»No todo puede ser color de Rosa, aveces suelen tornarse carmesí por la sangre derramada«
Un recuerdo permanente
¿Acaso nunca desapareces mi querida amada?
Koyuki
"Mi sangre arde y mis lágrimas caen por ti , ahora dejaré tu r...
Una danza inmortal Un corazón en llamas Avivando a.. Un corazón adormecido.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
(I lived 👹)
Mis ojos se abrieron intentando identificar esa figura ajena, mis ojos se achinaron buscando encontrar ese parecido tan extraño en alguno de mis recuerdos, un niño rubio, similar al de una misma vela, con ojos vivaces se acerco a mi con una sonrisa de oreja a oreja, el exclamó mientras sus manos se movían enérgicamente intentando llamar mi atencion a toda costa, esa actitud fogosa que se lograba ver a lo lejo.
—Señor Hakuji-!— El muchacho exclamó mientras se tomaba un poco de aire cuando tuvo que frenar de golpe estando frente a mi, su pecho subiendo y bajando, aún llegaba el uniforme de algún colegio cerca de la zona, su sonrisa aún seguía plasmada en sus labios, una gota de sudor bajo por su frente cerca de sus dos cejas gruesas, el muchacho no podia formular muy bien sus palabras mientras tomaba aire. —Es un gus-..— Su voz se entrecortaba, balbuceando.
Un escalofrío recorrió mi espalda al ver su increíble parecido con uno de los cazadores a los que enfrente, en aquellos años antaños donde mi mente solo vagaba en las órdenes de mi malévolo amo, una orden suprema e inquebrantable, Kyojuro Rengoku era el nombre de ese cazador que mate sin piedad o remordimiento en un intento de probar mi fuerza, ahora, la culpa me calcomia al ver al joven frente a mi con una sonrisa encima sus labios con una inocencia que solo podría traer la juventud y inocencia misma. Una sonrisa nerviosa se hizo presente en mis labios, mis colmillos se hicieron presentes a pesar que mi nerviosismo era palpable, pero el joven no lo percató.
—Ah, tu debes ser...?— Mis palabras murieron en mi boca cuando el muchacho me interrumpió dando un saltito de emoción, alzó su mano derecha estirandola mientras una voz fuerte casi pareciendo un grito salio de el emitiendo un pequeño gallo.
—Mi nombre es Tojuro Rengoku, soy el hijo menor de la familia que acepto espedarlo-!— Exclamó el menor mientras sus ojos se abrian de par a par un pequeño viento salió de su nariz tras un refunfuñido. ¿Rengoku? Debes estar jodiendome, pensé para mí al escuchar el mismo apellido de el cazador que le quite la vida, el joven rubiecillo era la viva imagen de uno de sus antepasados, el descendiente era igual de energético, Quizas este es mi karma.., de alguna manera.
—Soy Hakuji Tanaka, es un verdadero placer— Dije mientras mi mirada se posaba en Tojuro, mi expresión se suavizó un poco, había cambiado ya mi apellido varias veces, identidades diferente con el pasado de los siglos, aún seguía siendo la misma persona, el mismo nombre; El menor sonrió, yo también estreche mi mano en un apretón.
—Me alegra poder recibirlo en el pueblo, espero que Buda lo haya guiado en su camino tranquilamente..!, mi madre no pudo venir, pero me escogí como voluntario para llevarlo— Dijo Tojuro mientras sus mejores se enrojecida, el sudor un corriendo por su frente, el aclaro su garganta y yo lo unico que pude hacer, fue extenderle mi botella de agua.
