Capítulo 1 - Tres semanas

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Antes que nada,  algunas aclaraciones y agradecimientos. 

Primeramente, mil gracias a ManaKarin, por dedicarme tiempo y esfuerzo para hacer la bella portada que acompaña este fic.

También, para comentarles que este primer capítulo ya lo había publicado en el álbum titulado 'One Shot'; pero que lo resubí aquí para que la historia tuviera continuidad, ya que se le anexarán más capítulos. 

Finalmente, espero que la continuación de esta historia sea de su agrado. 

Mareo, mareo y más mareo

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Mareo, mareo y más mareo. Recién se levantaba en la mañana y lo primero que lograba sentir eran náuseas. Se levantó como pudo, moviéndose lo más rápido que su condición le permitía para llegar directo al baño. Regresó el prácticamente escaso contenido de su estómago, dando arcadas que se escucharon por toda la guarida.

Tres semanas... era el tiempo que había pasado desde su último encuentro desastroso... y hacía una que no llegaba lo que estaba esperando ansiosamente...

Mientras tenía la cabeza metida en el escusado y sentía el ardiente dolor del ácido en su garganta, se preguntaba si Orochimaru era consciente de la locura que había hecho; pero peor aún, se preguntaba cómo diablos seguirían las cosas a partir de allí.

- ¿Te encuentras bien?

Con sobresalto escuchó la voz proveniente desde el marco del baño. Maldición, no había logrado sentir que tenía un acompañante en su alcoba. Durante dos semanas había dejado pasar el hecho de que había empezado a disminuir su capacidad de rastreo, habían sido pocos metros al inicio, pero que no fuera capaz de percibir a alguien que se encontraba a escasos metro y medio de ella era de preocuparse.

El visitante le tendió un trozo de papel y posteriormente un vaso con agua, la joven lo aceptó sin mucho ánimo.

- Te ayudo a levantarte – como solía ocurrir con él, sonaba más como una orden que como una pregunta.

- Estoy bien – pero la pelirroja fue ayudada a ponerse de pie.


Hacía tres semanas que lo había visto, justo había ido a pedirle ayuda para la misión de la cual recién volvía. Pudo haber hablado con él desde antes de su partida, pero ella simplemente huyó del cuarto del hombre para encerrarse en el suyo y no salir a pesar de la insistencia del azabache; que se rindió al cabo de cuatro horas de estar afuera de su puerta.

Veintiún días desde que misteriosamente habían quedado solos en aquella guarida, con un encargo de su antiguo maestro puesto sobre la mesa. 'Ayuden a preparar la cena, regresaremos en la noche'.

Y sin que ninguno de los dos meditara mucho sus intenciones, se pusieron a realizar la petición del Sennin cuando apenas caía la noche. Ya habían cocinado juntos antes, y se coordinaban perfectamente en la cocina, por lo que sin mucho esfuerzo y al poco tiempo, la cena elegida por la serpiente estaba lista.

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