El Hermano De Mi Mejor Amigo || BossNoeul ||

03

[...]

La semana siguiente al torneo fue una mezcla de rutina escolar y nuevos comienzos para Noeul. Su relación con Boss y Fort se estaba profundizando, y Noeul se sentía más cómodo en su compañía. Había algo en la energía y la calidez de Boss que lo hacía sentir bienvenido y apreciado.

Una tarde, mientras Noeul estaba en la biblioteca trabajando en un nuevo poema, recibió un mensaje de Fort:

Fortthie amiguito 💗

En línea

💬:: Nos vemos en la cancha a las 5. Boss quiere enseñarte algunos movimientos. No puedes decir que no :)

Noeul sonrió ante la insistencia de su amigo. Recogió sus cosas y se dirigió hacia el gimnasio. Al llegar, encontró a Boss practicando tiros libres, su figura alta y atlética destacándose bajo las luces brillantes del gimnasio.

[...]

Boss lo vio y le sonrió.

—¡Noeul! Me alegra que hayas venido. Vamos, toma una pelota.

Noeul, un poco nervioso pero decidido, recogió una pelota de baloncesto. Boss se acercó y comenzó a mostrarle los movimientos básicos, explicando con paciencia y claridad cada paso.

—Es cuestión de práctica y confianza—dijo Boss mientras Noeul intentaba un lanzamiento.—No te preocupes por fallar. Todos fallamos al principio.

Noeul asintió, apreciando el apoyo de Boss. Después de varios intentos, finalmente logró encestar una pelota. Boss levantó los brazos en señal de victoria.—Lo lograste!

Noeul rió, sintiendo una oleada de satisfacción.

— Gracias, Boss. Nunca pensé que sería capaz de hacerlo.

—Solo necesitas creer en ti mismo—respondió Boss con una sonrisa cálida.—Y recuerda, siempre estaré aquí para ayudarte.

Mientras continuaban practicando, Fort llegó y se unió a ellos. Juntos, los tres amigos pasaron la tarde jugando y riendo. Para Noeul, fue una experiencia liberadora y enriquecedora.

Al terminar la práctica, Boss y Fort invitaron a Noeul a unirse a ellos para una comida rápida en una cafetería cercana. Mientras comían, Boss comenzó a hablar sobre sus planes para el futuro.

Mientras Boss y Noeul hablaban, Fort se unió a la conversación.

—Y tú, Noeul, ¿cuáles son tus sueños?

Noeul se detuvo a pensar por un momento.

—Quiero ser escritor. Me gustaría escribir historias que inspiren a las personas, que las hagan sentir y pensar.

Boss y Fort asintieron, impresionados.

—Eso es increíble, Noeul—dijo Boss.—Tienes un talento especial con las palabras. No tengo dudas de que lograrás grandes cosas.

Esa noche, mientras caminaba de regreso a su casa, Noeul reflexionó sobre el día. Sentía que había encontrado un grupo de amigos que lo apoyaban y lo inspiraban. Boss, en particular, había comenzado a ocupar un lugar especial en su corazón. Noeul sabía que su relación con Boss era más que una simple amistad; era una conexión profunda que desafiaba sus propios límites y expectativas.

[...]

Al llegar a casa, Noeul se sentó en su escritorio y comenzó a escribir sobre su día. Las palabras fluían con facilidad, capturando cada emoción y detalle de su tiempo con Boss y Fort. Sentía que estaba en el umbral de algo grande, algo que cambiaría su vida para siempre.

Con cada palabra que escribía, Noeul se daba cuenta de que estaba creando no solo una historia en papel, sino también una nueva realidad para sí mismo. Una realidad donde los sueños eran posibles y las conexiones humanas eran la base de todo.