El Hermano De Mi Mejor Amigo || BossNoeul ||

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ME ABURRI DE ESPERAR EL OTRO LUNES ASI QUE ACTUALICEMOS ESTO SISISI

[...]

La relación entre Noeul, Boss y Fort se fortaleció con cada día que pasaba. Noeul ya no se sentía como un extraño en su propio instituto; había encontrado un lugar al que pertenecía, rodeado de amigos que lo apoyaban. Sin embargo, a medida que se acercaban las vacaciones de verano, Noeul empezó a preocuparse por el futuro. ¿Seguirían tan unidos cuando la rutina escolar desapareciera?

Una tarde, mientras Noeul estaba en la biblioteca, Boss se le acercó con una sonrisa.

-Hey, Noeul. Estaba pensando... ¿te gustaría venir a mi casa este fin de semana? Podríamos trabajar en tus tiros y luego ver una película o algo así.

Noeul sintió una oleada de emoción y nerviosismo. -Claro, me encantaría-respondió, tratando de sonar casual.

El sábado por la mañana, Noeul llegó a la casa de Boss, una acogedora vivienda situada en un tranquilo vecindario. Boss lo recibió en la puerta, su sonrisa tan cálida como siempre.

-Bienvenido, Noeul! Vamos, te mostraré mi lugar favorito para practicar.

Boss llevó a Noeul al patio trasero, donde había una canasta de baloncesto y una pequeña cancha. Pasaron la mañana jugando, con Boss enseñándole nuevos movimientos y trucos. La paciencia y el aliento de Boss hicieron que Noeul se sintiera más seguro de sus habilidades.

-Vas mejorando, Noeul. Solo necesitas seguir practicando-dijo Boss mientras lanzaba un tiro perfecto.

-Gracias, Boss. No sé qué haría sin tu ayuda.-respondió Noeul, sintiéndose más conectado con Boss que nunca.

Después de la práctica, se dirigieron a la sala de estar para ver una película. Se acomodaron en el sofá, disfrutando de la atmósfera relajada. Durante la película, Boss comenzó a hablar sobre sus sueños y miedos, abriéndose más de lo que Noeul había esperado.

-A veces, me preocupa no estar a la altura-confesó Boss en voz baja.-El baloncesto es todo para mí, y no quiero fallar.

Noeul se giró hacia él, sorprendido por la vulnerabilidad de su amigo.

-Boss, eres increíble. Tienes tanto talento y dedicación. No hay manera de que falles. Y recuerda, siempre estaré aquí para apoyarte.

Boss sonrió, visiblemente aliviado.

-Gracias, Noeul. Significa mucho para mí.

La película continuó, pero Noeul no podía dejar de pensar en lo que Boss había compartido. Sentía una conexión profunda con él, una mezcla de admiración y afecto que crecía con cada momento que pasaban juntos.

Más tarde, mientras caminaban por el parque cercano, Boss tomó la palabra nuevamente.

-Noeul, hay algo que he estado queriendo decirte.

Noeul sintió su corazón latir con fuerza.

-¿Qué es, Boss?

Boss se detuvo y miró a Noeul con una intensidad que lo dejó sin aliento.

-Noeul, eres una de las personas más importantes para mí. Tu apoyo, tu amistad... todo significa mucho. Y creo que estoy empezando a sentir algo más por ti.

Noeul se quedó sin palabras, su corazón latiendo con fuerza.

-Boss, yo... yo también siento algo por ti. Desde el primer día que te vi en la cancha, supe que eras alguien especial.

Boss sonrió, dando un paso más cerca.

-¿Entonces, qué dices? ¿Podemos intentar algo más que una amistad?

Noeul asintió, sintiendo una mezcla de alegría y alivio. -Sí, Boss. Me encantaría.-

Se quedaron allí, en el parque, bajo el cielo azul, disfrutando del momento compartido. Noeul sabía que su vida.

[...]

Noeul se despertó con un sobresalto, el corazón latiéndole con fuerza. Parpadeó, tratando de orientarse en la oscuridad de su habitación. Se sentó en la cama, tratando de sacudirse la sensación vívida del sueño. Había sido tan real: la conexión con Boss, los momentos compartidos, la confesión de sentimientos... todo se había sentido auténtico.

Miró el reloj en su mesita de noche. Eran las tres de la madrugada. Suspiró, frotándose los ojos, y se recostó de nuevo, mirando al techo. La confusión y la mezcla de emociones seguían presentes. ¿Podría un sueño realmente significar tanto?

La mañana siguiente, Noeul se dirigió a la escuela con una sensación de extrañeza. Se encontró con Fort en la entrada, quien lo saludó con su habitual energía.

-¡Buenos días, Noeul! ¿Listo para otro día de clases?-preguntó Fort, dándole una palmada en la espalda.

-Sí, más o menos- respondió Noeul, tratando de sonar normal.

Fort lo miró con curiosidad.

-Pareces un poco distraído. ¿Estás bien?

Noeul asintió, esbozando una sonrisa.

-Sí, solo tuve un sueño raro anoche.

Mientras caminaban por el pasillo, Noeul vio a Boss hablando con algunos compañeros del equipo de baloncesto. La sensación de déjà vu lo golpeó con fuerza. Boss levantó la vista y sonrió al verlo.

-Noeul! ¡Fort! ¿Cómo están?-saludó Boss, acercándose a ellos.

Noeul sintió un nudo en el estómago.

-Hola, Boss. Estamos bien.-respondió, tratando de mantener la compostura.

Fort, siempre atento, notó la tensión en su amigo.

- Oye, Boss, ¿qué tal si esta tarde hacemos algo juntos? Podríamos practicar un poco en la cancha.

Boss asintió con entusiasmo.

-Suena genial. Nos vemos en la cancha después de clases.

Las clases pasaron en un borrón para Noeul. No podía dejar de pensar en el sueño y en la realidad que lo rodeaba. ¿Podría su sueño ser una premonición o simplemente una manifestación de sus deseos más profundos?

Al final del día, Noeul se dirigió a la cancha de baloncesto, donde Boss y Fort ya estaban practicando. Se unió a ellos, tratando de centrarse en el juego. Boss, siempre paciente y alentador, le mostró algunos movimientos básicos, tal como había sucedido en su sueño.

-Estás mejorando, Noeul-dijo Boss.