No sabía cómo, cuando ni en que momento había terminado en circunstancias tan alejadas y ajenas a las que su cabeza ideo en el momento en el que sugawara llegó a su vida.
La tibieza con que los labios rosados del peliblanco recorrían de forma tan dulce y adictiva su cuello estaba causando estragos y destrozos en el sistema nervioso del pelinaranja, el cual se encontraba hundido e inmerso en los toques suaves y las caricias que parecían quemar su pies a medida que marcaban trazos explorando y sintiendo hasta el más mínimo espasmo que el mismo tacto provocaba.
De una forma u otra aquel encuentro fuera de su departamento termino en respiraciones alteradas, jadeos sueltos y manos por dónde no se habían atrevido a tocar antes.
La lentitud y delicadeza que Sugawara tenía estaba enloqueciendo a Hinata, el cuál en un Intento por aliviar su deseo creciente y aprovechando estar sentado a ahorcadas sobre el regazo ajeno, dió pase libre a sus caderas de bailar y desplazarse con gracia y sencillez, disfrutar de lo que el ajeno le estaba provocando y causando, estaba logrando solo querer llevarlo a más.
Suspiros tibios y un leve giro fue suficiente para lograr que el mayor de ambos diera el paso siguiente, desplazo sus manos calientes por sobre la fría piel bajo la blusa del menor y exploró sin pudor alguno, mientras sus labios estaban inmersos en atender los ajenos, los cuales ya se encontraban rosados y mullidos por el contacto previo.
Todo en ese lugar podía representarse como un digno poema de admirar, Shoyo era una obra de arte emergente del momento, sus labios entreabiertos sin vigor, sus ojos medio achinados gracias a las mil y un sensaciones, su cuello y clavículas marcados cuál objeto perteneciente del maestro pintor de aquella obra y sus manos aferradas a una ancha espalda que sostenía con firmeza, como si al soltarla se fuese a romper.
Por otro lado el peliblanco no se quedaba atrás, su cabello estaba por completo despeinado, sus mejillas estaban teñidas de un cálido rosado el cual contrastaba a la perfección sus bellos ojos brillantes de lujuria, unas tiernas y disimuladas pecas le daban un toque romántico y su respiración bueno, esta de más decir que era un completo desastre.
Una fuerte oleada y presión en su vientre bajo le advirtió y dió un alto a la situación, si bien moría por deleitarse con aquel chico debajo de su cuerpo, no pretendía llegar a más sin estar por completo seguro de que nadie más pondría sus manos sobre las huellas que el había dejado.
- No estoy seguro de que el lo que Kenma tenga que no encuentres en mi, pero prometo ser mejor y adaptarme a ti, realmente lo prometo - Murmuró cercano al oído del pelinaranja, el cual sintió un escalofrío por toda su espalda.
- No tienes que hacerlo, eres tú a tu manera y no puedo pedirte que cambies, no es correcto - Se alejo un poco para poder apreciar el rostro ajeno, en el cuál solo vio reflejado inseguridad y miedo repentino.
Hinata era completamente consciente de que sus acciones lo habían herido de más de una manera, tanto a su ego como a su persona, y estaba tan casi seguro de que algo similar había sucedido con Kozume, pero si debía ser sincero, su mente estaba en un gran conflicto decisivo.
- Puedo ser mejor, quiero ser mejor. - Sus ojos decían lo que con palabras no podía ilustrar, una gran y persistente nube de pensamientos intrusivos inundaba ahora sí consciencia, ¿Porqué Kenma y no el?¿Porqué si estaba intentando de todo nada parecía ser suficiente?¿Porqué se sentía como una segunda opción en lugar de alegrarse por sus avances?
Y sin siquiera darle paso a Hinata la oportunidad de renegarse o reprochar, plantó un nuevo beso sobre aquellos pequeños pero suaves labios que se habían vuelto casi una adicción, la facilidad con la que el ajeno correspondía y seguía su ritmo definitivamente lo volvía loco.
-
R
ato más tarde cuando por fin aquel juego de sábanas decidió soltarlos y disfrutar de su tarde, ambos casi adultos se encontraban en la cocina del departamento preparando café y encargando una porción de torta de frutillas, la favorita de Hinata.
-¿Quieres algo? ya pedí la torta de frutillas, y se que no son tus favoritas - hizo un puchero inconsciente y dirigió su mirada hasta el ajeno, el cuál estaba de espaldas a el.
- Mm..algo que tenga uvas, muero porque haga calor y pueda comer helado de uvas - Sonrió el peliblanco al imaginarse a si mismo con un helado de color violeta en manos, podía sonar excesivamente raro, pero era delicioso.
- Soy alérgico a ellas - Dijo al aire, amaba aquella pequeña fruta redonda de sabor dulce, pero sus labios se hinchaban y su garganta ardía cada vez que la consumía, en principio creyó que era normal, hasta que en un examen médico le dió que era alérgico y dejo de comerlas.
- Tomas alergias tan raras.. eres alérgico a todo prácticamentea, a los gatos, a las almendras, al mani, a las uvas, al sol, a la mantequilla, al puré de tomates ¿a qué más, pequeña caja de sorpresas? - Rio ante su último comentario y rápidamente hizo una breve lista mental de sus conocimientos sobre las alergias del menor.
- Soy alérgico hasta a respirar, con cualquier mínimo cambio en el clima soy un saco de papas inservible que solo sabe juntar mocos - Rio negando con la cabeza, odiaba sus alergias, pero sobre todo odiaba lo débil que estás lo volvían.
- Bolita de alergias - Se acercó hasta el más chico con una sonrisa y lo abrazo por la espalda, logrando esconder su rostro entre el hueco de su cuello y el comiendo de su hombro, adoraba como el olor a vainilla y naranjas tan suave que el chico siempre tenía se impregnaba en sus fosas nasales.
- Me haces cosquillas.. - Sonrió en ancho y su mano por inercia pura fue a parar en aquella lisa cabellera peliblanca, adoraba la suavidad de esta, era como algodón de azúcar.
Pasaron al rededor de 10 minutos así hasta que un repentino sonido timbrante interrumpió su paz, desde el otro lado se había oído un claro "repartidor, departamento 267" y eso solo confirmo que alguno de los casi adultos debía atender a aquel hombre que los esperaba con su merienda.
- Necesito que me sueltes cielo..- Formó un pequeño puchero tierno al notar vino el mayor no pretendía soltarlo ni mucho menos, por lo que sin escapatoria, camino con aquella carga tibia en la espalda.
- Departameno 267, ¿un pedazo de torta de frutillas y una porción de torta yogurt con granola y frutas? - La mirada del aquel hombre que parecía neutra, ahora revelaba burla al notar como un dulce y pequeño pelinaranja estaba siendo rodeado cuál presa recientemente capturada.
El más bajo asistió y sin poder más con la vergüenza, pago el pedido dejando una razonable propina y cerró aquella puerta, podía sentir como la piel se le eribaza y le entraban escalofríos repentinos, Sugawara nuevamente estaba atacando su cuello y hombros.
Entre merienda, risas y besos eventuales, la tarde se les pasó volando y dió pie a aquella noche en dónde el mayor durmió en el departamento ajeno, su rostro reflejaba una enorme paz y tranquilidad sobre la situación, pero su mente no paraba de maquinar y trasmáquinas todo lo que había recapitulado en su mente, la escena de aquel beso en un simple salón de clases lo atormentaba y asustaba en demasía, podía no ser la primera vez que eso sucedia entre el pequeño y su compañero de equipo, podía no ser el la persona con la cuál su deseado pelinaranja fantaseara, podía no ser suficiente su amor y quizá y muy tal vez, podia solo rendirse y dejar de insistir en querer conquistar algo que ya tenia una etiqueta con nombre sobre el.
Las inseguridades brotan tan faciles como lo hace el amor y desaparecen sin siquiera dar un previo aviso, o eso era lo que realmente Koshi Sugawara vivia a flor de piel.
//ALOOOOOOO, me cebe (obsesione) escribiendo el capítulo y lo acabé en dos días, es más que nada para la comunidad fanática de este segundo ship que podría hasta considerar culposo por lo adorable que es.
espero guste tanto como yo adoro escribirlo para ustedes ^^.
nos vemossssss~🎀//
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𝓵𝓮𝓽 𝓶𝓮 𝓵𝓸𝓿𝓮 𝔂𝓸𝓾 - (ᴋᴇɴʜɪɴᴀ)
Fanficpartidos,prácticas,encuentros inesperados y jugadas compartidas,todas esas pequeñas cosas logran unir a muchas personas con un aspecto de pensamiento similar¿nuestros protagonistas serán capaces de manejarlo?