Esa misma noche Hinata al sentirse en demasia incómodo volvió a su departamento al poco tiempo, el tal akaashi había logrado acaparar por completo la atención de sugawara y en gran parte eso le molestaba, aunque era consciente de que el hacia algo similar.
Ingreso en su vivienda de residencia y al cerrar detrás de si la puerta, una figura adormilada se hizo presente en su campo de visión. Este se encontraba fregandose ligeramente un ojo mientras intentaba enfocar el otro y de sus labios se escapaba un bostezo, escena totalmente adorable ante la vista del pelinaranja, el cual no dudo en correr y abrazar a Kenma, el cuál lo recibió con los brazos más que abiertos y tibios.
— ¿Puedo saber en dónde estabas? desperté y la cama estaba vacía. — musitó Kozume. El mayor no había tardado ni dos segundos en enredar sus dedos tibios en la cabellera anaranjada, le transmitía cierta sensación de paz aquel mínimo contacto físico que le brindaba a Hinata, el cuál no dudaba en hundir su rostro en el pecho ajeno en busca de un poco más de calor.
— Solo salí por un momento, lo siento..— Hinata estaba sumergido en su propio mundo, nada lo confundía más que pasar tiempo con los dos adolescentes cercanos a el, si bien algo que tenia claro era que no se dejaría de ninguno, la decisión parecía volverse más pesada y molesta, al punto de desorientarlo.
El mayor de los dos no pregunto o mencionó nada luego de aquella breve respuesta, el solo tono de voz del ajeno le indicaba su estado de ánimo y en base a las casi inaudibles notas que su garganta había logrado soltar, descifró rápidamente que este no quería o necesitaba entablar una conversación, solo un poco de calor y espacio para meditar, cosa que no se le hacía difícil de brindar, entendía que muchas veces cuando la cabeza no funciona, nada funciona.
—
No más de una semana había transcurrió desde aquel amargo reencuentro entre Sugawara y Akaashi, el mayor de la pareja tenía al pelinegro de aqui para allá, entre edificios y clases, calles y cafés, la universidad era tan grande y espaciada que sentia que las horas del dia no le alcanzaban para mostrar todo, necesitaba al menos un mes entero o quizá dos.
Dicho recorrido también incluía llevar a Akaashi a ver los entrenamientos, acción que perjudicaba no solo la situación sentimental si no que también la concentración de Hinata, el nombrado desde que había puesto un pie en el partido de práctica no había conseguido pegarle ni una sola vez a la pelota para rematar, y eso realmente lo estaba sacando de su mejor quicio.
— Tomate un descanso, Hinata. — Sentenció preocupado el entrenador del Karasuno, aquel castaño apedillado Takashi había estado observando los movimientos y jugadas de su segunda mejor estrella del equipo.
El anaranjado no hizo nada que lanzar el balón enojado hacia cualquier lado y sentarse de mala gana, salir de la cancha por "cosas insignificantes" lo ponía de peor humor, realmente está semana no era la suya y estaba más que claro, estaba en problemas.
— ¿Que es lo que te está desconcentrando? normalmente no eres de perder rápidos de tiempo menor. — Murmuró con suavidad Takashi, tenía el conocimiento de como era Hinata enojado, si bien no era capaz de hablarle mal ni de maldecir, las cosas se tomaban con pinzas y paciencia, mucha paciencia.
— El apoyo innecesario me está comiendo el espíritu. — Mencionó con los brazos cruzados y su mirada completamente fija en cierto pelinegro, este no estaba muy lejos de ellos y podía sentir aquella mirada asesina sobre el, era realmente escalofriante.
— Ya veo..— Rio para si mismo y nego, el entrenador de los cuervos empatizaba fácilmente con sus pimpollos, al fin y al cabo, el también habia sido estudiante.
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𝓵𝓮𝓽 𝓶𝓮 𝓵𝓸𝓿𝓮 𝔂𝓸𝓾 - (ᴋᴇɴʜɪɴᴀ)
Fanfictionpartidos,prácticas,encuentros inesperados y jugadas compartidas,todas esas pequeñas cosas logran unir a muchas personas con un aspecto de pensamiento similar¿nuestros protagonistas serán capaces de manejarlo?