Corrió y corrió y se detuvo cuando ya no pudo más. Fue una suerte que los hombres que lo siguieron lo perdieron de vista.Pero enfermo más gravemente en el camino el veneno hizo más rápido su efecto. Ya que la esencia que lo mantenía con vida se había agotado, ya que la perdió toda con la herida que su ex compañero le provocó y sin tener su lado fénix su cuerpo murió lentamente. Y los días sin alimentos, y todo lo que vivió, la tortura, la violación y esas heridas eso ya era lo último que pudia durar.
Así que descansó un poco ya que sus piernas lastimadas se negaron a continuar con el camino lo que hizo que el proceso fuera más rápido y ya hubiera ningún tipo de oportunidad.
Hasta que por fin su cuerpo cedió.
Su cuerpo callo rendido junto a lo resto de un tronco seco, su respiración cada vez era más lenta, cada vez ya no sentía una parte de cuerpo.
Quiso mover su cuerpo ya que habían insectos que se habían metido en sus heridas y habían empezado a comer de él.
No importaba no podía moverse y extrañamente no sentía como era comido, paso tanto tiempo en ese momento que pudo ver cómo el atardecer llegaba.
Sus ojos deslumbro el horizonte. Deseo no volver nunca más tenía la esperanza de que Wangji y Wei Wuxian aparecieran con bien también deseaba que sus hijos vinieran plenamente y también quería que Xichen se salvará de Su She. Y lo más importante era que todos se olvidaran de él ya que el también lo haría después de morir.
Sonrió mirando la noche llegar, mientras una fuerte tos lo embargaba y empezó a salir sangre negra que lo empezó a asfixiar hasta que finamente murió, solo y desprotegido en el bosque lejos de todos ellos, a los cuales una vez amo con toda su vida. Y que en un momento injusto de su vida le dieron la espalda y abandonaron a su suerte. A una familia que nunca le importó, a un esposo que nunca lo amo y a unos hijos que el nunca crearon una conexión.
Lo bueno de morir es olvidar y ser olvidados más cuando no se es amado.
Solo deseo que sus únicos seres que de verdad lo armaron estuvieran bien, cuando el se fuera más que todo pensó en su hermano su pobre hermano Wei Wuxian está vez no pudo decirle cuánto lo extraño y andaba.
Lan wangji tampoco pudo decirle cuánto lo extraño y amaba ellos su única familia.
||En la actualidad||
Un joven médico auxiliar de la brigada de él ejército del sur.
Iba de investigación a una isla casi desolada, ya que los habitantes morían por enfermedades respiratorias y entre otros efectos que aún no tenían explicación.
Además de que casi todos los médicos salían corriendo ya aseguraban que pasaban cosas extrañas en ese lugar.
Así que nadie iba por su mera voluntad o ni siquiera por ser amenazando, todos se negaban pero el gran Jiang Wangyin jamás se negaba a ayudar a un prójimo.
El nació con las ganas de ayudar todo el tiempo, por eso prometió dar su vida para convertirse en un gran médico.
Después de hacer chequeos y todo lo rutinario. Empacó las muestras para procesarse. Suspiro al mirar el clima era temprano y estaba lloviendo mucho y el cielo estaba cubierto de nubes oscuras. Que asían creer que era de noche.Las horas pasaron y ya estaba más que oscuro y las gotas de agua caían por todas partes y la pequeña choza donde estaba su consultorio. Era muy vieja y descuidada que estaba seguro de que pronto le colapsaría en cima.
Ese día era su cumpleaños y sitio que por alguna extraña razón, sintió que las cosas no andaba bien y que algo malo iba a pasar ese día.
¿Será que fue una buena idea, quedarse hasta la noche?
El sonido de su teléfono lo saca de sus pensamientos.
- Diga- responde agotado ya que tenía sueño y hambre y no había hecho ninguna de esas cosas solo por terminar pronto de sacar todas las muestras.
- Tienes que salir de allí- el grito en la otra línea lo espanto de sobre manera pues nunca lo había escuchado de esa manera tan lleno de terror.
- ¿Qué pasa?- pregunta desconectado.
- Un tsunami -sintió como la sangre se le helo cuando desde la pequeña ventana de la choza y gracias a un fuerte relámpago pudo ver cómo una monstruosa ola se alzaba en vuelo hacia el.
- Ya es tarde- murmuro soltando el teléfono. La persona en la otra línea grito su nombre una y otra vez sin oír repuesta más que un horrible pitido final.