Entre páginas┃𝐃𝐚𝐛𝐢𝐇𝐚𝐰𝐤𝐬 ♡

Capítulo 11 ━ Día 66 (Segunda parte).

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Keigo mira hacia la entrada de la biblioteca mientras sube las escaleras de cemento, cada paso hacia adelante aparentemente disminuye las frustraciones de su día, cada vez que la suela de su zapato golpea el suelo, se relaja ligeramente.

Lo había pasado bastante bien durante el resto de su día, hasta quizás hace una hora, cuando comenzó a sentirse inquieto simplemente deambulando sin rumbo por el campus, pensando encontrarse con Kai. Quizás es un poco paranoico a veces, mirando por encima del hombro de vez en cuando, pero, ¿no lo haría cualquiera?

Todavía es muy consciente de su entorno, observa a los que pasan junto a las voces de los extraños que detecta con cada grupo de personas. Está nervioso, medio esperando tal vez escuchar la voz de Kai mezclada con ellos.

Ha terminado el día de hoy, lo había logrado. Había llegado con éxito a las 4pm, la única hora que le importaba. Lo único que había estado esperando desde que dejó la biblioteca ayer después de hacer planes con Touya para finalmente encontrarse mañana.

Mañana. Mañana es viernes.

Su corazón palpita, una sonrisa avergonzada se extiende en sus mejillas sonrosadas mientras abre la puerta de la biblioteca y entra al edificio, reconociendo a la mujer en la recepción que lo recibe al entrar. Se dirige hacia la parte trasera de la biblioteca, pasando algunas grandes mesas circulares a lo largo del camino que se alinean en las paredes exteriores y llenan los grandes espacios vacíos.

Mira hacia arriba para encontrarse con algunas caras conocidas en el camino, algunos estudiantes que habían estado en clase con él esta mañana. Afortunadamente, no se estaban riendo como hicieron junto a Kai, pero ver sus caras, mirándolo como si fuera una especie de espectáculo, lo incomoda.

Su mente se inunda rápidamente con pensamientos de esta mañana después de esforzarse tanto toda la tarde para deshacerse de ellos.

"Touya", se dice a sí mismo. No pienses en esta mañana. Pronto hablarás con Touya.

Entra a su pasillo habitual, tirando su bolso al suelo con un ruido sordo. Se recuesta contra la estantería con un suspiro de cansancio, sacando su teléfono para mirar la hora.

3:55 pm.

Suspira, mirando hacia abajo su bolso tirado descuidadamente al suelo con una expresión en blanco, empujando su teléfono de vuelta a su bolsillo mientras se relaja considerablemente ahora que está aquí. No puede esperar a escuchar la voz de Touya, a sentir sus manos, a finalmente sentirse cómodo después de estar nervioso todo el día.

Así es como Touya lo hace sentir cada vez que sus manos se tocan. Relajado, tranquilo, sereno y tan, tan feliz.

Se muerde el interior de la mejilla, esperando ansiosamente la llegada de Touya mientras mira hacia sus pies, los ojos vidriosos fuera de foco cuando deja que su mente se vuelva loca por un momento, las imágenes del puño de Rumi chocando con el rostro de Kai llenan ansiosamente su memoria con pavor.

Se lo imagina por lo que parece ser la centésima vez hoy desde que fue testigo de cómo sucedió esta mañana. Lo recuerda claramente, viendo sus pinturas destrozadas en el gran fregadero en la parte trasera de la sala de arte, lienzos rotos y quemados en pedazos.

Honestamente, no le importan las pinturas. Se preocupa por Rumi, por él mismo y por Touya. Sus pinturas y proyectos finales se pueden rehacer. Tal vez no sea lo mismo, o con la calidad que había logrado la primera vez, pero no es un gran problema.

Lo superará, de hecho, ya lo ha hecho.

Está tan atascado en sus pensamientos, los momentos que pasan aparentemente de la nada en su cabeza, que se sorprende por completo cuando escucha el conocido ser irrumpiendo hacia él desde el otro lado de los libros, la voz de Touya llamándolo por su nombre y rápidamente volviéndolo a la realidad.