El anochecer del segundo día ya estaba ahí, y era más que claro que tampoco serían liberados ese día, muchos comenzaban a resignarse y aprovechaban para descansar de sus arduos labores como dueños de sus territorios. Pero para el mexicano no era tan fácil, ni FBI ni ONU volvían, no le ayudarían con lo de las habitaciones.
Tenía otro plan, pero era su último recurso, además de que eso desencadenaría un sinfín de problemas, pero no tenía opción. Hablaría con su padre.
—Apa, tengo que decirle algo. —el mexicano se acercó finalmente a su padre quien se encontraba en el jardín junto a todos sus hermanos, Italia y UK.
—México, dónde has estado chaval, venga, ve con tus hermanos, no saldremos está noche de cualquier manera.
—Es que le tengo que contar algo... —Italia entendió que México quería hablar con su padre a solas, así que solo le dio un corto beso al conquistador y se encamino a la piscina junto a los demás.
—Venga crío, cuéntame.
—Es que, es sobre... las habitaciones —no era fácil, un nudo en su garganta se formaba tan solo al intentar hablar.
—Tenéis que dormir con tu esposo, que hay con eso.
—Es que, es exactamente eso, USA y yo... el... —tan pronto intento contar la verdad, sus ojos se cristalizaron, y España lo notó de inmediato, preocupándose por su hijo.
México sabía que España no había sido un buen padre, incluso tal vez había sido el peor de todos. Pero hacia algunos años ya, había intentado arreglar las cosas con todos sus hijos, y todos sabían que de verdad lo estaba intentando, a su manera, pero lo intentaba. ¿Qué pasaría después de contarle la verdad de su matrimonio? Claro que sabía esa respuesta. Se volvería loco, intentaría matar a USA, sería un problema enorme, además de que seguramente la relación que tenía con UK se arruinaría y eso también sería un problema para el matrimonio de su hermano, por eso se mantenía en silencio, y al ver al rostro de su padre, sabía que las cosas pasarían así. Así que termino por morder su propio labio y negar con la cabeza.
—Chin, ya se me olvidó lo que le iba a contar. —Decidió callar un poco más, resolvería eso solo.
—¿Pero de que vas crío?
—Mejor me voy, tengo un chingó de cosas que hacer allá.
—México, espera, México...
—Yo voy por el... —Argentina había presenciado todo eso, así que corrió tras su hermano, dejando al español más tranquilo, aunque aun dudando de lo que quería hablar su hijo.
Argentina logro alcanzar al mexicano y lo jaló hasta la habitación del inglés cerrando la puerta.
—Que nadie sabe pedir que lo acompañe, chingada madre.
—Si, si, cállate ¿Resolviste lo de las habitaciones? — esa pregunta le dejo una presión en el pecho y simplemente negó —¿Que harás entonces?
—Como que, que, pues... — nuevamente no hubo respuesta, y Argentina sabía que lo que menos quería México era dormir nuevamente con su esposo, ¿pero por qué? Todos sabían sobre la momentánea separación de su hermano y el estadounidense, pero nadie sabía la verdadera razón del porque y aunque México dijera que era algo sin importancia, sabían que había algo más.
—México... tienes que contarme porque te separaste. — Argentina era un poco más alto que México, así que este tuvo que mirarle hacia arriba mientras suspiraba. —Dime boludo, no le diré a nadie.
No quería recordar eso, no quería de verdad, pero sabía que, si seguía manteniéndolo en secreto, se ahogaría a el mismo por llevarlo tan adentro. Así que se dejó caer en la cama mientras Argentina se sentaba en el sofá junto.
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LA MATRIOSHKA MEXICANA
RandomLa matrioshka mexicana, fue la mejor forma que encontró para definir al amor de su vida, pues era como una de esas, cuando creías ya conocerlo una capa oculta con miles de secretos por revelar te sorprendía. Fue la manera en que ese joven país tan a...