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Desde que tenían 12 años, Heeseung y Jake habían sido inseparables. Se conocieron en la secundaria, un encuentro fortuito en el patio de la escuela que pronto se convirtió en una amistad inquebrantable. Ambos compartían una pasión por el fútbol y los videojuegos, y pasaban horas hablando de sus sueños y secretos. Jake era extrovertido y carismático, el tipo de persona que iluminaba cualquier habitación con su presencia. Heeseung, por otro lado, era más reservado, pero en la compañía de Jake encontraba la comodidad que su naturaleza introvertida le negaba en otros lugares.

Los años pasaron y su amistad se fortaleció. A los 16 años, algo cambió dentro de Heeseung. Empezó a notar detalles en Jake que antes le pasaban desapercibidos: la manera en que su risa resonaba en su pecho, la calidez de su sonrisa, la forma en que sus ojos se iluminaban cuando hablaba de algo que le apasionaba. Fue en ese momento cuando Heeseung se dio cuenta de que lo que sentía por Jake iba más allá de una simple amistad.

El amor floreció en su corazón, silencioso y solitario. Cada día que pasaba al lado de Jake, Heeseung sentía su afecto crecer, pero también su miedo. ¿Cómo podría confesarle sus sentimientos sin arriesgarse a perder la amistad más importante de su vida? Así que, en lugar de hablar, decidió observarlo en silencio, escondiendo su amor detrás de sonrisas y palabras amables.

La vida de Jake, mientras tanto, parecía girar en torno a un carrusel de novias. Era encantador y atractivo, y siempre había alguien nuevo que capturaba su interés. Para Heeseung, esto era una tortura constante. Cada vez que Jake presentaba a una nueva novia, su corazón se rompía un poco más. Pero, como siempre, se tragaba el dolor y se mantenía a su lado, siendo el amigo leal y comprensivo que Jake necesitaba.

Heeseung se sumergía en sus estudios y pasatiempos, pero nada lograba distraerlo de sus sentimientos por Jake. Cada vez que estaban juntos, cada sonrisa que Jake le dedicaba, lo hacía sentir un rayo de esperanza que sabía que nunca podría alcanzar. Su amor por Jake era unilateral, un fuego que ardía solo en su pecho, consumiéndolo lentamente.

Jake, por su parte, seguía sin sospechar nada. Para él, Heeseung era su mejor amigo, su confidente y el pilar de su vida. No podía imaginar la profundidad de los sentimientos que Heeseung ocultaba tras su mirada serena y su sonrisa tímida. Jake confiaba plenamente en Heeseung, pero nunca había considerado que su amigo pudiera verlo de una manera diferente.

Así, la vida continuaba, una mezcla de momentos felices y dolorosos, con Heeseung soportando en silencio un amor que parecía destinado a ser solo una fantasía. Cada día era una lucha, una batalla entre su deseo de confesar sus sentimientos y el miedo a perderlo todo. Pero en el fondo, Heeseung sabía que no había peor castigo que el amor no correspondido, un amor que lo estaba destruyendo lentamente, mientras el mundo seguía girando indiferente a su dolor.

Heeseung siempre había sido consciente de su naturaleza introvertida, pero nunca había sentido un odio tan profundo hacia sí mismo hasta que Jake comenzó a presentarle una tras otra a sus novias. Cada chica que Jake traía a su vida era una puñalada en el corazón de Heeseung, una recordatorio constante de que el lugar que él deseaba en el corazón de Jake estaba ocupado por alguien más.

Con cada presentación, Heeseung se derrumbaba un poco más. Empezó a compararse obsesivamente con las chicas que Jake traía a su mundo. Observaba sus cabellos brillantes y sus ojos llenos de vida, sus cuerpos estilizados y sus sonrisas perfectas. Cada rasgo que admiraba en ellas se convertía en una sombra oscura sobre su propio reflejo. Su cabello negro, que una vez le había parecido aceptable, ahora le parecía opaco y sin vida. Sus ojos marrones, antes simplemente normales, ahora eran insípidos y aburridos en comparación con los ojos claros y brillantes de las novias de Jake.

Pasaba horas frente al espejo, buscando fallas, odiando cada imperfección que encontraba. Su cuerpo, su cara, su voz... todo de él le parecía insuficiente. No era tan alto ni tan atlético como los chicos que veía en la televisión. Sus manos temblaban cuando intentaba peinar su cabello de manera diferente, y ninguna cantidad de ropa nueva o cambio de estilo parecía hacer una diferencia. La verdad ineludible era que no podía cambiar quien era, y eso lo atormentaba.

Las conversaciones con Jake, que antes habían sido su refugio, se convirtieron en una tortura constante. Jake hablaba con entusiasmo de sus novias, sus citas y sus experiencias. Cada palabra era como un cuchillo que se clavaba en el alma de Heeseung. Ver la felicidad en el rostro de Jake al hablar de esas chicas hacía que el dolor en su pecho se volviera insoportable. A veces, sonreía y asentía, tratando de parecer interesado, pero por dentro, cada momento lo destruía un poco más.

"¿Qué tiene ella que no tenga yo?", se preguntaba Heeseung una y otra vez. "¿Qué debo cambiar para que Jake me vea como algo más que un amigo?"

La duda y la inseguridad se convirtieron en sus compañeros constantes. Empezó a odiar cada parte de sí mismo, convencido de que si tan solo fuera diferente, más atractivo, más extrovertido, entonces Jake podría verlo de la manera en que él deseaba ser visto. Tal vez, si cambiara, si se convirtiera en alguien más, Jake podría amarlo como él lo amaba.

Heeseung comenzó a evitar los espejos y a esconderse detrás de ropa suelta. Evitaba las conversaciones largas con Jake sobre sus novias, fingiendo estar ocupado o distraído. Pero no podía escapar del dolor que sentía cada vez que veía a Jake sonreír por otra persona. Era un castigo constante, un recordatorio de que su amor nunca sería correspondido.

Las noches se volvieron aún más solitarias para Heeseung. Se quedaba despierto, mirando el techo de su habitación, imaginando cómo sería si Jake lo amara. Pero cada sueño terminaba con la cruda realidad: Jake nunca lo vería de esa manera. Y así, Heeseung se hundía más y más en su propio odio y desesperación, atrapado en un amor unilateral que lo estaba destruyendo.

RecuérdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora