Capítulo 3: Transición y Fortaleza: 1: Comienzo de un Cambio

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El día que todo cambió en la vida de Lamine Yamal comenzó como cualquier otro en Rocafonda. El sol brillaba con fuerza, y los sonidos familiares de la ciudad resonaban en el aire. Pero esa mañana, la casa de los Nasraoui Ebana estaba extrañamente silenciosa.

Lamine, con cinco años, observaba desde la puerta de su habitación cómo sus padres discutían en el salón. Sus voces, aunque en tono bajo, transmitían una tensión palpable. Su madre, Sheila, una mujer de ojos cansados pero llenos de amor, tenía los brazos cruzados, mientras su padre, Mounir, gesticulaba con frustración.

Sheila: (Con voz quebrada) "Mounir, esto no puede seguir así. Necesitamos pensar en el futuro de Lamine."

Mounir: (Suspirando profundamente) "Lo sé, Sheila, pero separarnos no es la solución. Podemos arreglarlo."

Lamine se encogió en su cama, tratando de no escuchar, pero las palabras parecían penetrar cada rincón de la casa.

Lamine: (Susurrando para sí mismo) "¿Por qué estáis peleandoos otra vez?"

Fátima, la madre de Sheila y abuela de Lamine, entró en la habitación con una expresión preocupada pero serena. Ella siempre había sido un pilar de apoyo para la familia.

Fátima: "Lamine, ven aquí, cariño. Vamos a dar un paseo."

Lamine asintió, dejando que su abuela lo guiara fuera de la casa. En la calle, los niños jugaban al fútbol, pero Lamine no tenía ánimo para unirse. Se sentó en el borde de la acera, mirando cómo el balón rodaba de un lado a otro.

Horas más tarde, cuando regresaron, la casa estaba en silencio. Su madre lo llamó a la cocina.

Sheila: (Con suavidad) "Lamine, ven aquí, cariño."

Lamine entró, sintiendo un nudo en el estómago. Su madre lo tomó de las manos y lo miró a los ojos.

Sheila: "Cariño, vamos a mudarnos a la casa de la abuela por un tiempo. Será mejor para todos."

Lamine no entendía del todo, pero el tono de su madre le hizo sentir que algo importante estaba pasando.

Lamine: (Con voz temblorosa) "¿Y papá?"

Sheila: (Acariciando su rostro) "Papá va a quedarse aquí. Pero nos veremos los fines de semana. Prometo que todo estará bien."

La mudanza fue rápida. En cuestión de días, Lamine se encontró en una nueva casa en Vallès Oriental. La casa de la abuela era acogedora, pero extraña. Los primeros días fueron un torbellino de emociones para Lamine, adaptándose a su nueva escuela y a un vecindario diferente.

Escena: En la Nueva Casa

Lamine se sentaba en el pequeño balcón de la casa de su abuela, mirando el cielo estrellado. Las noches eran tranquilas, pero su mente estaba llena de preguntas y miedos.

Amira: (Su prima, sentándose a su lado) "¿En qué piensas, Lamine?"

Lamine: (Mirando al cielo) "Extraño a papá. Y a Rocafonda. ¿Volveremos algún día?"

Amira: (Abrazándolo) "Claro que sí, primo. Todo esto es solo temporal. Y mientras tanto, vamos a estar bien. Mamá está aquí, y yo también."

Lamine asintió, sintiendo el consuelo en las palabras de su prima. Poco a poco, comenzó a adaptarse a su nueva vida en Granollers. Encontró en el fútbol una constante, un lugar donde podía olvidar sus preocupaciones y sentirse libre.

Escena: En el Campo del CF La Torreta

El campo de fútbol del CF La Torreta era su escape. Aunque era un lugar nuevo, el amor por el fútbol lo unió rápidamente a sus nuevos compañeros. Una tarde, mientras entrenaba, el entrenador, un hombre de semblante severo pero amable, se acercó a él.

Entrenador: "Lamine, ¿verdad?"

Lamine: (Asintiendo) "Sí, entrenador."

Entrenador: "He visto cómo juegas. Tienes talento, chico. Pero recuerda, aquí no solo venimos a jugar, también venimos a aprender. ¿Entendido?"

Lamine: (Con determinación) "Sí, entrenador. Lo daré todo."

El entrenador sonrió y le dio una palmada en la espalda. A pesar de los cambios y las dificultades, Lamine encontró en el fútbol una fuente de estabilidad y propósito.

Aquella noche, en su nueva habitación, Lamine escribió en su libreta, reflejando sus sentimientos y esperanzas. Sabía que la vida estaba llena de desafíos, pero también estaba convencido de que tenía la fortaleza para superarlos.

La vida cambia, se transforma,Con cada paso, con cada norma.De Rocafonda a este lugar,Mi sueño sigue, no se va a apagar.El balón a mis pies, mi guía fiel,En cada jugada, en cada nivel.El campo es mi refugio, mi hogar,Donde mis miedos puedo olvidar.Las estrellas brillan en el cielo,Como mis sueños, sin recelo.A pesar de todo, sigo adelante,Con el fútbol, mi pasión constante.Papá, te extraño, eso es verdad,Pero sé que en el campo encontraré mi paz.Mamá, abuela, gracias por estar,Con su amor, sé que puedo soñar.El futuro es incierto, eso lo sé,Pero en cada partido, me encontraré.La vida cambia, pero yo sigo igual,Con el balón, siempre me sentiré real."

Con estas palabras, cerró la libreta y apagó la luz. Mientras se acomodaba en su cama, una nueva determinación creció en su corazón. Sabía que, a pesar de las adversidades, siempre encontraría un camino hacia adelante, impulsado por su pasión y su familia.

Lamine Yamal: Sueños De BarrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora