Capítulo 4: Sueños de La Masía: 4. Primer Partido en La Masía

51 1 0
                                    


Preparativos

La mañana del primer partido oficial de Lamine en La Masía estaba llena de emoción y nerviosismo. Desde el momento en que se despertó, sentía una mezcla de anticipación y ansiedad. Los entrenadores habían preparado al equipo durante toda la semana, y ahora era el momento de demostrar en el campo todo lo aprendido.

Pau Cubarsí, un talentoso central y nuevo amigo de Lamine, notó su inquietud y le ofreció palabras de aliento. "Tranquilo, Lamine. Juega como sabes. Estamos todos juntos en esto."

Lamine asintió, aunque la tensión seguía presente. "Gracias, Pau. Haré lo mejor que pueda."Los jugadores se reunieron en el vestuario para la charla táctica. El entrenador, Jordi, los miró con intensidad y habló con firmeza: "Hoy es el día para demostrar el fruto de vuestro esfuerzo. Hay que jugar con el corazón y la mente."

El capitán del equipo, Sergi, añadió: "Chicos, confío en cada uno de vosotros. Vamos a salir y darlo todo."

El Partido

El equipo salió al campo con determinación, Lamine y Cubarsí intercambiaron una mirada llena de complicidad. Desde el primer minuto, se desplegaron con intensidad en el terreno de juego. Lamine recibió el balón en el centro del campo, dribló hábilmente a dos defensores y envió un pase al hueco para Cubarsí, quien avanzó desde la defensa. Cubarsí controló el balón y realizó un pase preciso a Lamine.

"¡Vamos, Lamine!" gritó Cubarsí, animando a su amigo mientras este se abría paso entre los defensores con una serie de regates vertiginosos.

Lamine disparó al arco con potencia. ¡Gol! La grada estalló en júbilo. Los compañeros corrieron hacia él para celebrar. "¡Eres increíble!" exclamó Sergi, dándole una palmada en la espalda.El equipo rival intentó reaccionar, pero la defensa liderada por Cubarsí se mostró impenetrable. En una jugada clave, Cubarsí despejó un balón peligroso dentro del área, asegurando la portería. "Bien hecho, Pau," elogió Jordi desde la banda.

Lamine continuó siendo un peligro constante para la defensa rival, desbordando por la banda y creando oportunidades de gol

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lamine continuó siendo un peligro constante para la defensa rival, desbordando por la banda y creando oportunidades de gol. En una de esas jugadas, encaró al lateral derecho y lo dejó atrás con un amague espectacular. "¡Vamos, Lamine!" se escuchaba desde las gradas.

El partido continuó con intensidad, con intercambios de ataques entre ambos equipos. En los últimos minutos, Lamine recibió un pase de un compañero y se enfrentó al portero rival en un mano a mano. Con calma y determinación, dribló al portero y definió con precisión hacia la esquina inferior derecha. ¡Segundo gol para Lamine!

El estadio estalló en aplausos. "¡Lamine, eres una máquina!" gritó Cubarsí, corriendo a abrazarlo.

Reacciones

Al final del partido, que terminó con una victoria de 2-0 para el equipo de La Masía, Lamine y Cubarsí fueron aclamados por sus compañeros y la afición. El entrenador Jordi se acercó a ellos con una sonrisa de orgullo. "¡Increíble trabajo, chicos! Lamine, Cubarsí, vosotros fuistéis los pilares de la victoria hoy."

Lamine, con una sonrisa radiante, respondió: "Gracias, míster. Pero fue un trabajo de equipo."

Cubarsí asintió. "Sí, todos lo dimos todo."

Lamine sintió una profunda satisfacción al contribuir con dos goles a la victoria de su equipo. La amistad entre él y Cubarsí se fortaleció aún más en el campo de juego, y ambos sabían que esto era solo el comienzo de una exitosa colaboración en La Masía.

"Vamos a celebrarlo, Lamine," sugirió Cubarsí, dándole un golpe amistoso en el hombro.

"Claro, Pau. Pero esto es solo el principio," respondió Lamine Yamal con determinación.

Lamine Yamal: Sueños De BarrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora