8: Ya no te quiero ver más.

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Los demás que estaban en el barco, desembarcaron en el Sunny. Y se despidieron de los que estaban en el aquel barco.

Cuando desembarcaron, se pusieron a descansar, ya que estaban demasiados
cansados.

Zoro quiso dormir. Pero primero, quiso hablar con el rubio. Miró para todos lados, pero en ningún lado estaba el cocinero. Pensó que estaría en la cocina, pero nada.

-Oye, Nami. ¿Viste al cocinero?- Preguntó el espadachín, un poco preocupado.

-Oh, hola Zoro. ¿Buscas a Sanji?, estaba antes por aquí, pero luego se fue. No se por que, pero bueno.- Respondió la navegante.

-¿Se fue?, que raro.- Dijo Zoro.

-Si. Y ahora que lo pienso, vos y Sanji, ¿Tienen algo entre ustedes?- Preguntó curiosa Nami.

-¿Que clase de pregunta es esa?- Respondió el peliverde serio.

-Ah?, ¿No tienen nada entre ustedes?, entonces algo le está pasando a Sanji.- Dijo la pelinaranja preocupada.

-¿Le pasa algo al cocinero?- Dijo Zoro con intriga.

-Diría que si, estuvo actuando extraño desde que se subió el barco. Hasta cambiaba de tema o hacía algo raro cada vez que hablaba de vos. Así que por eso pensé que tenían algo ustedes.- Dijo Nami.

Zoro tragó saliva. Ya había entendido por que Sanji se estaba comportando así. Era por él. (Zoro)

-Ya veo, veré si lo puedo encontrar.- Dijo el peliverde.

-Vale, suerte.- Dijo la navegante.

El espadachín se fue dejando a la navegante tranquila. Pensó y pensó.

-Tal vez estará en la cubierta o en la habitación de hombres.- Pensó el espadachín.

El peliverde se fue a fijarse si el tal cocinero estaría en esos lugares, donde pensó que estaría. En la cubierta, solo estaba Usopp pescando con Chopper.

-Hola, chicos.- Saludó el espadachín.

-¡Ah, Zoro! Hola, ¿Cómo estás?- Dijo el francotirador, Usopp.

-¡Zoro!- Exclamó el reno.
El peliverde preguntó si saben dónde estaría el cocinero, los dos miraron raro. Ellos no sabían, pensaron que ya estaba cocinando algo. Pero no.

Zoro no tuvo más remedio que ir a la habitación de hombres a ver si estaba el rubio.
Intento buscar por otros lados, pero primero quiso buscar en la aquella habitación.

-Tok tok- Tocó el espadachín. Y abrió la puerta. Lo que vió fue a Franky organizando algunas cosas. -Ah, Franky. Sos vos.- Dijo el peliverde.

-¡Zoro!, me asustaste, idiota.- Franky se rió, haciendo que Zoro le diera ganas de preguntarle si vió a Sanji. -Franky, de casualidad. ¿No viste al cocinero idiota?- Preguntó el espadachín.

-Vaya, no, no lo ví. ¿Lo estás buscando?- Respondió y preguntó el peliazul. -Si.- Le dijo el peliverde.

-Ya veo. ¿Y no buscaste en la cocina?, siempre está ahí.- Dijo Franky.

-Ya fui y no lo encontré.- Le respondió el espadachín. -Entonces, no lo sé. Quiero ayudarte pero no se me ocurre nada más.- Dijo el peliazul. De pronto, tocó Robin la puerta.

-Oh!, Robin.- Franky sonrió. Haciendo que la arqueóloga también sonriera. -Aquí te traje las cosas que me pediste, Franky.- Dijo Robin mientras soltaba una sonrisa.

-¡Súper!, muchas gracias, nena.- Dijo Franky.
-De nada, ahora me iré a ayudar a Nami.- Dijo la arqueóloga.
-Esta bien. Ah, y Robin. Zoro pregunta dónde está Sanji, ¿Vos lo viste?- Preguntó el peliazul. Zoro solo miraba.

-Oh!, ahora que lo pienso, no lo ví en el Sunny cuando desembarcamos. No se dónde estará. ¿Por que?, ¿necesitas decirle algo al cocinero?- Preguntó Robin mientras soltaba una pequeña risa. Haciendo que el espadachín lo malpensara con algo molesto.

-Ja, ja, ja. Que gracioso.- Dijo Zoro molesto. Robin le dijo que quizás esté en lugares que casi nadie va. O tal vez podría estar en el acuario. Zoro escuchó eso y inmediatamente fue. Obviamente le agradeció a Franky y a Robin.
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-¿Crees que esos dos tengan algo?- Le preguntó Franky a Robin.
-Créeme, pienso lo mismo que vos.- Le respondió.
Los dos se miraron y se rieron.
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Zoro salió de la habitación de hombres y se le ocurrió ir al acuario, como le dijo la arqueóloga.
Fue ahí. Pero tampoco estaba. El peliverde se empezó a quejarse por que no lo encontraba.

De pronto, pensó que estaría en la bodega. Por que no fue a fijarse por ahí. Entonces camino al aquel lugar. Abrió la puerta y lo encontró sentado como si estuviera esperando algo.

-¿Cocinero?- Dijo Zoro. Haciendo que el rubio esté se asustara. -¿Que estás haciendo aquí?- Dijo Zoro de nuevo preguntándole. El rubio se quedó callado por unos segundos. Intento hablarle. Pero en su garganta tenía un nudo, que le impedía hablar.

-¿Vas a responder, o no?- Preguntó el espadachín un poco preocupado por el cocinero. Como Sanji no respondía nada, el peliverde se sentó a lado de el.

-Me siento inseguro contigo.- Logró contestar Sanji.
-¿Por que? ¿Es por que te dije que no eres especial?, solo olvídate de eso y ya está.- Dijo Zoro. El rubio se paró.

-¡¿Es que tú no lo entiendes?!- Gritó el cocinero. Haciendo que el espadachín entendiera menos.

-¿Ahora que?, no te pongas a gritarme. Solo intenté hacerte sentir bien.- Dijo el peliverde.
-¿Ah, si?, pues sos un desastre para que alguien se desahogue contigo. Lo arruinas todo.- Le respondió el rubio comenzando a enfadarse.

-¿Como que yo lo arruino todo?, mira quien lo dice.- El peliverde también se paró, y se empezó a enojarse.

-Tsh. ¿Sabes que?, mejor ya vete. Ya no te quiero ver más en ningún lugar.- Dijo Sanji echándolo de la bodega.

-No, no me iré. Hasta que me digas que es lo que te pasa.- Le respondió el espadachín.

-Entonces me iré yo.- Dijo el rubio yéndose de la bodega, deprimido y a la vez enojado. Zoro se quedó en ese lugar. Comenzando a quejarse de todo lo que le había pasado con el tal rubio.

-¡Carajo!-

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EXTRA FROBIN:

En la habitación de hombres...
Franky termino de desembarcar sus cosas en el aquel lugar. Se había movido mucho que se cayó súper fuerte.

-Oh!, ¡Franky!, ¿Estás bien?- Dijo la arqueóloga mientras corría cerca de la puerta a donde estaba el peliazul lastimado.

-Auch, oh Robin. ¡Si, si estoy súpeeeer!- Le respondió Franky haciendo su pose de siempre. Robin se rió.

-Vale, si estas bien. Entonces yo también estoy bien.- Dijo Robin mientras se reía. Franky también se rió con ella.

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Amo a esa parejita😭

Perdonen si es muy corto, ando con muy pocas ideas. Pero seguiré escribiendo.

Me dijiste que no era especial -ZOSAN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora