9: Robin a la ayuda.

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Zoro salió de la bodega y empezó a perseguir a Sanji. El rubio lo vió y eso hizo que lo enfadara a un más.

-¡Deja de seguirme una vez por todas!, ¡Y te dije que te vayas!- Gritó el rubio, haciendo que todos escucharan. Lo miraron raro, menos Zoro y Robin. La arqueóloga se preocupó por el cocinero. Quería ver que le pasaba, y por que reaccionaba así de horrible.

Sanji caminaba y caminaba a cualquier lado y Zoro atrás de él lo perseguía y perseguía. Robin se dió cuenta de eso y paró al espadachín. Sanji aprovechó para irse.

-¿Que estás haciendo, espadachín?- Preguntó la arqueóloga pensando por que estaba persiguiendo al cocinero. -Nada.- Le contestó el peliverde a la arqueóloga.

Robin se quedó incómoda y miró desagrable al espadachín. -¿Por que tan grosero?- Preguntó la arqueóloga. Zoro solo se fue, ignorando por completo a la de pelo negro.

-¿Que le estará pasando a Sanji?- Preguntó Nami mientras iba caminando a Robin.

-No lo sé. Pero estoy segura que tiene que ver con el espadachín.- Respondió la arqueóloga. Nami vio a Robin, le dijo que también pensó en eso hace tiempo. Robin se preocupó tanto que quiso hablar con el cocinero. O tal vez también con Zoro.

En la cocina, a la hora de comer. El rubio llamó a todos para comer. Vinieron todos, excepto el peliverde. Pero esta vez el cocinero no fue a buscarlo, solo puso su platillo a la mesa de comer. Al final, Luffy se la terminó comiéndosela.

Zoro despertó, de su larga siesta. Vió que no había nadie, ni en la cubierta. Fue a buscar, en la cocina. El abrió la puerta y vió a todos ya comiendo el postre. Sanji rápidamente se puso a lavar los platos. El peliverde quedó frustrado.

-¿Por que no me avisaron?- Preguntó Zoro. Haciendo que todos se callarán al momento en el que hablo. -No escuchaste cuando llamé para comer.- Le respondió el rubio con rabia, comenzando una pequeña discusión entre ellos dos.

-¿Y por que no fuiste por mi? - El peliverde se acercó al rubio. Los demás estaban viendo todo, mientras estaban en la mesa sentados.

-Por que no. Ahora aguántate el hambre, y vete de mi vista.- Contestó el cocinero. El peliverde frunció el ceño y se fue rápidamente de la cocina. Los chicos que estaban comiendo el postre, no entendían nada de lo que había pasado.

Robin estuvo atenta en todo. Lo que decía cada uno, sus comportamientos y acciones. Esto hizo que le diera más ganas de hablar con ellos dos.

Cuando todos terminaron de comer, se levantaron de la mesa. Dejando los platillos y vasos. Todos se fueron de la cocina a divertirse y a buscar islas, excepto la arqueóloga. Ella se quedó con Sanji, que se puso a lavar los trastes.

-Sanji.- Dijo Robin. El rubio volteó la cabeza hacía ella, diciéndole un "¿Que pasa, tigresa?".

-¿Paso algo entre el espadachín y tú?- Preguntó la de pelo negro con intriga. Sanji se quedó quieto y no dijo nada. Se calló. El rubio terminó de lavar los trastes. Y se fue.

Ignoró por completo a la arqueóloga, dejándola plantada en la cocina. Robin se quedó alterada. El cocinero no es así, algo le pasa. Lo que dijo Robin en mente.
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Ahora fue con Zoro. Lo encontró acostado durmiendo tranquilamente arriba, donde estaban las mandarinas de Nami. Subió por las escaleras. Despertó educadamente al peliverde, sin provocar un alboroto.

-¿Espadachín?
-Ah, Robin.
-Te quería preguntarte algo. Lo siento si arruine tu siesta.
-Esta bien. ¿Que me quieres preguntar?
-¿Pasó algo entre Sanji y tú?

Zoro se calló por unos minutos. Luego volvió a hablar.

-Bueno.., si paso algo. Supongo que una "pequeñita" discusión.- Respondió el espadachín. Robin preguntó qué pasó en esa discusión. El peliverde tragó saliva, y le contó lo que había pasado. La arqueóloga lo escuchó con atención y precaución.

-Con que eso pasó...- Dijo Robin. Pensó en un consejo para decirle al espadachín. Para que hablará con el cocinero.

-Te diré un pequeño consejo.- Sonrió Robin.

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-¿De verdad funcionará?- Preguntó un poco desconfiado el peliverde. La arqueóloga le dijo que confiará en ella. Zoro al final, aceptó.

Zoro se rascó la nuca. Se paró y fue a buscar al cocinero. El estaba en la popa, tendiendo la ropa. El peliverde fue allí, confiado en el consejo que le había dado la de pelo negro. Halló al rubio, tendiendo la ropa. El peliverde le bajó el dedo, de la espalda a la columna lumbar. Sanji sintió un cosquilleo en su columna. Se había sentido un poco extraño. Giró la cabeza para el otro lado y vió que era Zoro un poco serio.

Sanji se asustó y dió dos pasos atrás, casi se cae del mar. Por suerte, Zoro lo había agarrado rápidamente de la remera. El rubio se había espantado tanto que casi se le corta la respiración. Se sentó mientras respiraba agitado. -¿Estás bien?- Preguntó preocupado el espadachín.

-Ah. Si, si estoy bien.- Dijo mientras respiraba tranquilamente. El peliverde se sentó a lado de él.

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Disculpen si es corto o algo no tiene sentido JAJAJAAJ

Tuve muchos exámenes, por eso me tarde😔

Me dijiste que no era especial -ZOSAN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora