La Venganza de Takemichi

Cap 19:

"Takemichi Hanagaki, el más pequeño y feo asteroide en la inmensidad del espacio, uno más de los miles de millones de peces del vasto océano. Su insignificancia es demasiada para considerarlo una herramienta; sus defectos, demasiados para nombrarlos todos. Es tan cuestionable si posee alguna virtud, y aun así el... me agrada."

Ayanokōji nunca tuvo amigos, lo más parecido a ese sentimiento fue cuando se involucró por primera vez en el mundo de las pandillas. Todos le parecían niños, pero le resultaba interesante la extrema lealtad de sus segundos hacia sus líderes. Con el tiempo, descartó amistades como la de Hakkai y Mitsuya, o la de Inui por Koko, pues en estas había un interés romántico de por medio.

Tras un exhaustivo estudio, Kiyotaka concluyó que no estaba interesado en tener un subordinado con perfiles similares a los de Draken o Kakucho, porque estos tenían una dependencia demasiado unilateral hacia sus supuestos amigos. Ayanokōji podía manipular a cualquiera, no estaba interesado en tener una amistad bajo esos términos, quería una relación más parecida a la de Peh-yan con Pah-chin, o tal vez algo tipo hermano mayor adoptivo, como la que tenían Mucho y Sanzu. Fue entonces cuando lo conoció.

¿Quién habría pensado que un simple cambio crearía semejante diferencia? La historia fue completamente modificada por la aparición de un individuo tan ridículo que ni siquiera podías odiarlo, solo reírte de él.

"Y tengo bastantes motivos para odiarlo."

Varios de sus planes habían sido frustrados por la aparición de Hanagaki, pero a Kiyotaka le agradaba, reconocía que tuviera el valor para ponerse frente a un individuo que lo superaba en todos los sentidos y le gritara sus verdades en la cara. Le resultaba fascinante, no tanto como su capacidad para llorar tanto sin tener problemas de deshidratación, pero le resultaba fascinante.

Ese era el prototipo que amigo que quería, tal vez por eso le dio su poder cuando lo vio medio muerto a manos de Mikey. No contaba con que Draken suplicaría de rodillas que lo perdonara, podría haber elegido a cualquiera para probar si un detonante recuperaba sus recuerdos cuando el sujeto con el poder regresaba al punto de partida, pero escogió a Takemichi, una de las existencias más problemáticas.

"¿Acaso estaba... preocupado por él?"

Era una pregunta interesante, de ser cierta, significaría que finalmente reconoció a alguien como su amigo. Era una sensación que no le disgustaba, pero este no era el momento para experimentos sobre la irracionalidad de las emociones humanas, los resultados obtenidos por Takemichi eran demasiado significativos.

"Si su crecimiento ya era impresionante en la línea modificada por mi intervención, ahora ha superado mis expectativas más salvajes."

Mientras Ayanokōji se acercaba, podía verlos, los cuatro Reyes Celestiales, no eran más que una molestia por separado. Juntos, bueno, eran un rival digno, pero no imbatible, ese no era el problema.

"Tener que enfrentarme a alguien con el poder de ver el futuro ya es problemático, si esa persona además tiene el respaldo de esos cuatro, sería una carrera cuesta arriba incluso para mí. Afortunadamente, no tengo que hacerlo."

Un cuerpo se interpuso entre ellos, Kiyotaka ya lo había visto venir, así que no se sorprendió. Era Chika, y estaba completamente inconsciente.

—¡Sí! ¡¡SIIII!! ¡¡¡POR FIN!!!— Quien gritaba era Endo, feliz porque su mayor desea se había cumplido. Mikey estaba frente a nosotros, su labio estaba partido, y tenía el lado izquierdo del rostro hinchado, pero los gritos de alegría no eran por eso.

—Esa es...

—¿Pero qué diablos...?

—La cara de un... un demonio.