Cómo muestra de gratitud, la reina Rhaenyra Targaryen cumplió su promesa. Entrego a su hija en mano de Cregan Stark.
Así la alianza con el norte se hizo más fuerte aún.
La joven y risueña mujer observaba a su alrededor compartiendo una mesa apartada con su esposo.
El hombre quedó encantado con la pelinegra, su delicadeza, belleza, feminidad, su personalidad y timidez lo volvían loco.
La joven igualmente quedó encantada con su esposo, se mostraba muy caballeroso y educado, desde el momento en que lo conoció.
Hicieron un leve contacto visual, logrando que la mujer se sonrojara bajando la mirada. Su cuerpo se tenso al sentir la fría y grande mano de el tomar la suya.
El sonrio mirando al frente haciendo, para hace brindis en honor a su esposa.
Las puertas de sus aspesentos se cerraron ahora quedando solos. Cómo marido y mujer.
La mujer se abrazo a si misma mientras lo observaba servir vino para ambos.
-gracias. Mi señor.-hablo casi inaudible, tomando la copa, sus dedos se rozaron por un corto lapso de tiempo.
-¿Le gusto la ceremonia esposa mía?
-me encantó, aquí es muy bonito. Aunque es muy frío.
Hablo la joven mujer observado la habitación y caminando, hasta detenerse en la ventana.
Sintió la presencia de su esposo detrás de ella, su cuerpo se apego a su espalda, su brazo paso por su cintura y su rostro se apoyo en su hombro.
-asi es mi señora, Pero muy pronto te acostumbraras. Yo te daré calor siempre que así lo necesites.- esas últimas palabras hicieron que algo se moviera dentro de ella.
Con unas sonrisa nerviosa bebió de su copa tratando de calmar su nerviosismo.
Ambos observaron la luna.
Un cariñoso beso en el cuello de la mujer la hizo suspirar cerrando sus ojos. La enorme mano del hombre se movió por su estómago.
La mujer movió su rostro y sus labios se unieron con los de el en un pasiónado beso.
Nhaerys se dió la vuelta besando aún más a Cregan.
Las copas de vino empezaban a estar de más.
El cuerpo de la mujer se tenso al sentir como los dedos de el pelinegro desprendían de apoco su vestido, acariciando su espalda con delicadeza.
-¿quieres ayudarme, esposa mía?- la mujer de inmediato asíntio con su cabeza, no podía hablar debido al nerviosismo.
Sus manos temblaban tratando de quitar las prendas del hombre. El lo hacía más hábilmente con ella. Ya que su vestido ya estaba bajando de apoco por sus pechos.
-tranquila, no hay prisa.- el susurro contra sus labios acariciando su espalda desnuda.
-lo siento es que yo.
-esta bien, solo déjate llevar.- sus besos bajaron por su cuello quedando ahí. La mujer suspiro sintiendo algo diferente en su cuerpo, una sensación de cosquilleo en su zona íntima.
Su madre la había preparado para eso, lo recordó, era normal, simplemente su cuerpo estaba reaccionando a su esposo.
Los gemidos de ambos invaden la habitación, el hombre lo hacía con cuidado y cariño. Trataba a su esposa con mucho cuidado.
Las manos de la mujer pasaron por la espalda de su esposo aferrándose a ella. Sus ojos se cristalizan por la extinción y experiencia que estaba recibiendo por primera vez.
El hombre halagaba a su esposa con palabras bonitas, su grande y fuerte mano tomo su muslo dándole un apreton.
La cama se movía bajo los jóvenes esposos.
El lobo del norte reclamaba a su esposa, ahora en este momento ella le pertenecía en cuerpo y alma, y el a ella.
Las yemas de los dedos del hombre fueron al cabello que cubria el enrojecido rostro de su mujer, una leve capa de sudor pinto su delicada y suave piel.
La mujer tímidamente acercó su rostro y no tardó mucho en sentir los labios de su esposo en los de ella.
El beso fue candente y lujurioso, la lengua del hombre entro en su cantidad bucal, ella gemia en su boca mientras el la devoraba con hambre. Había anhelado tanto hacerla su mujer. Vivía un sueño.
-esto se siente tan bien. Mi señora, oh sí, por los dioses que si. Eres tan hermosa, mi perfecta esposa.- beso su cuello, su dedo jugo con su clítoris dando un punto nuevo en ella, un gemido más alto salió de sus labios al toque de el.
Cregan suspiro pesadamente en su cuello al sentir como la mujer se apretaba al alrededor de su dura longitud.
Mordió su labio inferior elevando la velocidad.
La mujer sonrio aferrándose sin más a el y abriendo más sus piernas.
-¿asi, eso te gusta?- el pregunto al ver su rostro de satisfacción.
-si, yo, estoy casi por.- no podía formar una oración pero el sabía a lo que se refería.
El con unas sonrisa y su respiración agitada asintió con su cabeza.
-esta bien. Déjalo salir cuando quieras.
La mujer soltó un sollozo de placer al sentir un enorme cosquilleo y tan pronto todo fue un desastre.
Ambos observaba el techo en silencio, en los labios de la mujer se dibujo una sonrisa coqueta. Lo que acaba de experimentar era mucho mejor de lo que su madre le contó. Deseaba hacerlo de nuevo.
Movió su rostro a su esposo al sentir su mano caer en su muslo. Le dió un apretón y beso su frente apegandose a ella.
-¿te dormirás?-ella pregunto.
-si, si tu lo haces.
-en realidad no tengo sueño.
-esta bien, puedo hacerte compañía y hablar.
Su brazo ahora paso por su hombro, la mujer aprovecho esa instancia para recostar su cabeza en su fuerte pecho y acariciar tímidamente su pecho.
Sin duda algunas este sería un buen matrimonio, en el cual ambos tenían una buena relación, y atracción física mutua. Muy pronto llegará el amor a ellos dos.
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Primer shot, debo de confesar que desde que ví a este hombre quedé obsesionada. Y bueno Miles de historias me vinieron a la mente.Aquí la primera de muchas.
Casi todas las historias contendrán +18.
Acepto pedidos.
Xoxo💋🐺
