Tropiezo 26

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Advertencia: Este capítulo, contiene agresión, abuso, y contenido sexual.

—Auch— el chico de ojos azules y cabello rubio, se quejó, cuando un algodón con alcohol pasó por una de sus heridas en la mejilla.

—lo siento... tengo que desinfectarla antes de poner un curita—contestó, pasando nuevamente el algodón por el rostro del chico; con una mirada preocupada, y un expresión arrugada, contemplaba el rostro  mayugado del chico.

Fumiko esta indefensa, se sentía del carajo ahora; su realidad, había sido alterada, en un segundo.—No puedo creer que Baji te haya hecho esto, Chifuyu...— murmuro, arrugando su ceño.

—No lo hizo porque quería; te lo puedo asegurar...— contestó él rubio, con un tono de voz serio; la presencia de la chica, no era de su agrado total, que lo dejara curarlo, solo era por la propia insistencia de ella.

Sus labios rosados, se apretaron, en una línea recta; a pesar de saber perfectamente, que no era del agrado de Chifuyu; ella todavía lo consideraba un poco su amigo, así que estaba preocupada. Se altero en el momento, que lo vio tirado afuera de su departamento, en un intento de ir hacia el del pelinegro; lo llevó al suyo, creyendo que estaría en mejores manos, si ella lo tenia en vigilancia, en el momento que se despertó, y ella le preguntó, quien le había hecho eso, si que se llevó una sorpresa en saber, que fue su propio novio. No lo veía de esa forma...

—Veía cambiado a Keisuke, pero nunca me imagine que fuera a hacerte esto... eres su amigo— sus manos temblaron, ante la propia idea, que alguien, que pensaba que confiaba, le pasaría esto.  No daba fe y credibilidad, a que su novio, siendo tan fiel a sus ideales, golpeara a uno de sus amigos.

—Tú, deberías preguntarle que esta tramando, porque hasta ahora... no lo tengo del todo claro.— Argumento el rubio, dejando que la chica, tomará su rostro con toda libertad, para curarlo.
Tenía muchas heridas, una en el ojo, la nariz y mejillas.

Ella negó de inmediato.— No puedo; Aunque le preguntara, jamás me diría... Baji siempre intenta alejarme de las pandillas.— contestó, poniendo un parche en el ojo dañado del chico, después de desinfectarlo.

Esa respuesta tan apática; le molestó de sobre manera.
¿Por qué no lo ayudaba? Que le costaba investigar, sobre la nueva y desconocida actitud de su novio; incluso si no consiguiera nada, se estaba negando tan rápido, a la posibilidad de ayudar. Además. ¿Qué pasa con esa expresión en su rostro? Le hacía sentir cierta rabia, verla tan, asustada de las heridas que tenía él.

Arrugó su ceño, viéndola con severidad, era más que evidente por su rostro tan expresivo, que no le gustaba lo que estaba viendo; así que, tenía que cambiarlo.

—Quita esa cara de miedo—soltó sin compasión, con un tono de voz arisco.

—¿Ah?— dijo ella, parpadeando atonita, por lo exigente que sonó. Se quedó quieta, al notar, esa expresión en el  rostro ajeno.

—Que quites esa cara, cómo si estuvieras asustada de Baji— contestó hostil, a pesar, de que la joven seguía preocupada por el; en este momento, no le importaba decir la verdad.

—No...— tartamudeo, lo que había dicho, fue tan de repente, que no tenia como justificarse tan rápido.—Yo no le tengo miedo—

El chico rubio, tomo la mano de la joven, que intentaba ponerle un curita, en su mejilla; la quito, sin necesitar mas ayuda de ella.—Ésta es la naturaleza de un pandillero; a diferencia de tí, él nunca mintio sobre lo que era— soltó la bomba.

Algo, que seguramente, hizo una grieta, plantando una amarga semilla, en el corazón de la chica... que, ya no podía parar de admirarlo, con desilusión; no esperaba ese golpe bajo.

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