Tropiezo 23

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Advertencia; este capítulo contiene contenido sexual, consumo de tabaco u malas palabras, se requiere discreción. (...)

Una jadeo ahogado, se escucho desde el fondo de su garganta, mientras su mano hábil, empuñaba su miembro erecto, echó la cabeza para atrás, disfrutando del momento. Mientras que, en el pequeño televisor de enfrente, se reproducía una serie de gemidos, maldiciones, y expresiones de placer.

—Maldita sea... Fumiko— gimió el pelicastaño, que no podía mantener del todo, la concentración en el televisor.

Se sentía estúpido, pero a la vez, una abrumadora sensación en la espina, lo electrificaba; estaba apunto de acabar, por tercera vez, repitiendo una y otra vez, el videocasete en el televisor.

Mordió su labio inferior, en el momento que presintió su clímax, bombeando cada vez más veloz. Sin duda, que se sorprendió, en el momento, que la manilla de la puerta de su cuarto, estuvo apunto de abrirse.

—Aoki...¿Por qué no fuiste por mi a la— la puerta se abrió, y la chica pelicastaña, adentro la mitad de su cuerpo, deteniendo su andar, cuando vio a su novio, cubriendo su parte viril, y el sonido de unos gemidos, la aturdieron.

—Mierda— masculló el chico, estirando su cuerpo, para apagar el televisor; se tuvo que parar un poco, con el cojín, cubriendo su pelvis, para apagar lo.—Rika ¿No sabes tocar? O ¿Qué?— Cuestionó molesto.

Aunque, le grito de alguna manera, la castaña no mostró algún tipo de molestia, de hecho, de adentro en el cuarto, cerrando la puerta desde sus espaldas, colocando el seguro.

—¿Qué estabas haciendo?— Cuestionó con una sonrisa socarrona —¿Te estás divirtiendo sin mi?— Hablo en un tono de voz bajo, e intento sonar seductora.

El chico, se sentó en la orilla de la cama, con una mueca en los labios, aún cubriéndose, mientras la veía acercarse.

—Si ya sabes lo que estaba haciendo ¿Para qué preguntas?— Cuestionó molesto.

Su novia, se acercó, delante de él. —¿Por eso no fuiste por mi? Te estabas manoseando, viendo una película para adultos, que aburrido eres...— soltó, y pese a que lo "insulto" poco a poco, se fue arrodillado enfrente de su novio.

Él rodó los ojos de solo verla ahí. —Rika, levántate— Pidió.

Pero, ella tenía otros planes, quitando el cojín, del miembro, casi flácido de su novio; paso los dedos encima de este.
—Deberías cerrar la puerta... ¿Qué tal si entra alguien y te ve haciendo algo tan patético?— siguió con sus insultos, que de alguna manera, la calentaban. —¿Te gustaría que te vieran? O que nos vieran— Cuestionó, dejando una lamida en su parte carnosa.

Pero, no se sentía bien, incluso, podría decir, que verla ahí, la forma en la que hablaba, o  intentaba hablar, le bajaba cualquier especie de calentura. Solo pensaba en una persona que quería, y no es ella.

—Me quitaste el humor— confesó, haciéndose a un lado y parándose.—Vete a tu casa, no voy a hacer nada contigo hoy— le dio la espalda, en busca de una de sus playeras, subiendo su short deportivo.
Se vistió —Y ya te he dicho, que no puedes entrar a mi casa cuando te plazca; te ves vulgar, entrando en la casa de un hombre.—

Eso si la ofendió —¿Vulgar?Tu mamá me dejó entrar imbecil, le dije que estudiariamos— contraataca.

Él chasqueó la lengua —¿Estudiar contigo?Tú eres muy lenta y yo soy un año mayor que tu, vete al diablo, Rika— fueron sus últimas palabras, antes de salir del cuarto, azotando la puerta.

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