☆꧁༒Capítulo 2༒꧂☆

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Me encontraba en un lugar desconocido, frío y oscuro. Mi cuerpo aún sentía los efectos del dolor y la fatiga. Intenté moverme, pero un peso en mi pecho y un dolor profundo en mi abdomen me hicieron gemir.

Parecía que la herida causada por la espada sagrada aún no se había curado por completo.

Pero entonces, algo cambió. Después de lo que parecía una eternidad de oscuridad y dolor, finalmente sentí que mi consciencia regresaba.

Escuché voces distantes y confusas. Podía sentír una presencia hostil a mi alrededor. Traté de concentrarme, pero antes de que pudiera aclarar mi visión, la realidad me golpeó de manera literal.

Abrí los ojos sorprendida. No podía ver claramente y mis recuerdos estaban confusos. Y antes de darme cuenta, una gran mano voló hacia mi cara.

-¡Bofetada!

El golpe fue tan fuerte que todo mi cuerpo tembló.

- ¡PAM!

Fui golpeada de nuevo y volé hacia un lado, estrellándome con las sillas de una mesa.

- ¡Agh!

"¡Es una mierda despertar de esta manera!" pensé mientras me retorcía de dolor y enojo.

Mis ojos se acostumbraron a la luz tenue y distinguí las siluetas de tres chicas que me rodeaban.

Todas tenía sonrisas sádicas en sus rostros.

-Vaya, vaya, si no es nuestra querida Circe -dijo la chica alta con el cabello teñido de rubio y mechones rosados-. ¿Pensaste que podías esconderte de nosotras?

Intenté levantarme, pero el dolor en mi abdomen me hizo caer de nuevo. Mi mente estaba aturdida, intentando procesar la nueva situación.

"¿Por qué estas chicas me llamaban Circe? ¿Acaso mi alma había sido transferida al cuerpo de esta persona?" La confusión era abrumadora.

Otra de las chicas, una pelirroja con pecas y expresión de desprecio, se acercó a mí  y me dio una patada en el costado.

- iiik! -Apenas pude contener un grito.

-Siempre creíste que eras mejor que nosotras -continuó la pelirroja-. ¿Dónde está tu altivez ahora?

La tercera chica, una morena con gafas, se limitó a reír mientras las otras dos seguían golpeándome. Me sentí muy impotente, sin saber cómo defenderme en este nuevo cuerpo débil y herido.

-Por favor, basta... -logré murmurar con una voz extraña y desconocida para mí.

Las chicas se detuvieron un momento, solo para reírse aún más.

-¿Por favor? ¿Circe suplicando? Esto es demasiado bueno -dijo la supuesto líder, disfrutando de mi miseria.

En ese momento, la puerta del aula se abrió de golpe y un hombre alto con gafas y expresión severa entró. Era evidente que era un profesor, y su presencia hizo que las chicas se detuvieran de inmediato.

La Obsesión de Los Héroes Es Una Anti-Heroina StrimerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora