☆꧁༒Capítulo 10༒꧂☆

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Continuamos en silencio por un rato mientras el auto avanzaba rápidamente por la ciudad.

Finalmente, despues de un rato, llegamos a la zona residencial donde vivía. No había muchas personas circulando, así que me bajé del auto de Kija con tranquilidad. Si me veían o no, ya no era importante; no iba a quedarme mucho tiempo en este lugar de todas formas.

—Aquí es, Kija —dije, señalando la puerta principal.

Kija asintió y estacionó el auto mientras yo me dirigía a la entrada. Saqué las llaves de mi bolsillo y abrí la puerta.

Lo primero que vi fue el reloj frente a la puerta.

[08:39 am]

No había pasado mucho tiempo desde la explosión, pero debía apurarme si no quería encontrarme con mi "familia". A estas alturas, debía ser noticia lo que pasó en el instituto.

"Ojalá y esa desgraciada de mi "hermana" se haya desmayado para así ganar más tiempo." Me mordí los labios y me dispuse a entrar hasta que Kija me detuvo.

—Vamos, te acompaño —dijo con una sonrisa tranquilizadora mientras me tomaba del hombro.

—Umm... —asentí mientras fruncía el ceño.

"¿Por qué siempre tiene que sonreír? ¿No sabe que su belleza me aturde?"

—¿Pasa algo? ¿Por qué me miras así? —dijo mientras ponía uno de sus dedos en el medio de mi frente.

Fruncí más el ceño y aparté su dedo de mi cara con mi mano.

—Sí, tu cara de niño guapo me aturde, así que quítala.

Kija soltó una carcajada y me siguió al interior de la casa. El lugar estaba en silencio, lo que me permitió escuchar el suave sonido de nuestros pasos sobre el suelo de madera. Me dirigí a mi habitación rápidamente, sabiendo exactamente lo que necesitaba.

—¿Qué buscas? —preguntó Kija, curioso, mientras inspeccionaba el lugar con la mirada.

—Algo importante —respondí sin entrar en detalles.

Abrí el armario y saqué una caja grande de metal oculta en el fondo. Dentro de esa caja había guardado todas mis cosas valiosas: documentos, dinero y algunos recuerdos.

Al principio, este dinero no era suficiente. Era lo poco que había ahorrado Cirse antes de que yo llegara a este lugar y tomara su cuerpo.

Sin embargo, durante los días en que estuve encerrada, logré escaparme por la ventana y entrar en la habitación continua.

Ese cuarto también estaba cerrado con llave desde afuera, al igual que mi habitación, así que no pude salir de él. Pero, para mi fortuna, encontré una gran caja llena de sobres con dinero y ahorros.

La Obsesión de Los Héroes Es Una Anti-Heroina StrimerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora