Fui asesinada, pero gracias a un amuleto mágico, fui transportada al cuerpo de otra persona.
Este nuevo cuerpo no tenía una familia que la quisiera ni un novio que la valorara. Así que, con la ayuda de una liga de villanos, escapé a otra ciudad y co...
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─── ⋆⋅☆⋅⋆ ───── ⋆⋅☆⋅⋆ ───── ⋆⋅☆⋅⋆ Kija y yo seguimos comiendo en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos.
A pesar de la aparente calma entre nosotros, no pude evitar sentir una extraña sensación, como si alguien me estuviera observando. Era como si, de alguna manera, estuviera siendo analizada.
Todo en el restaurante parecía estar diseñado para ofrecer una experiencia perfecta, pero debajo de esa perfección, algo no encajaba.
El ambiente contribuía a esa inquietud. Las luces cálidas que iluminaban el lugar creaban un juego de sombras inusuales en las paredes y el techo. Lo más inquietante era que muchas de esas sombras no tenían un objeto físico que las proyectara.
Estuve a punto de comentárselo a Kija, pero decidí mantenerme en silencio y seguir observando. Para disimular, continué comiendo como si nada, y a medida que terminaba mi comida, noté cómo mi cuerpo se iba relajando poco a poco. No me había dado cuenta de lo tensa que estaba hasta que el hambre comenzó a desaparecer, reemplazada por una agradable sensación de saciedad.
"Después de tanto tiempo sin comer, ¿cómo es posible que me sienta tan bien tan rápido? Usualmente, el malestar dura un tiempo antes de irse", pensé.
Entonces, una notificación familiar apareció ante mis ojos.
_________________________________ [⚠️ Alerta de estado físico ⚠️]
Estado de Inanición: Actualmente controlado.
Debido a la baja adquisición de Mana en uno de los alimentos, todas las estadísticas suben un 10%.
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"¿Mana?" Me pregunté mientras miraba mis manos, que aún mostraban rastros de suciedad. Pude sentir algo nuevo, algo que no había percibido antes: pequeñas corrientes de energía que fluían por mis venas. Era una sensación extraña, casi como si algo vivo se moviera dentro de mí, adaptándose y fortaleciéndose con cada segundo que pasaba.
Kija, que había estado observando mi reacción con una sonrisa tranquila, no tardó en intervenir.
-¿Ya te diste cuenta? -preguntó con una voz tan suave que casi no parecía una pregunta-. El mana es una de las especialidades de este restaurante. Es lo que le da ese toque especial a los platos, y también es la razón por la que los precios son tan elevados.
Lo miré sorprendida e incrédula. La idea de consumir mana como parte de una comida nunca había cruzado por mi mente. Sabía que existían métodos para absorber mana, pero siempre los había asociado con poderes o artefactos especiales, no con algo tan cotidiano como comer.
