¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
╰┈➤ Titulo; "Noche de bodas"
╰┈➤ Summary; después de un matrimonio arreglado para unir a tus clanes, te quedas sola en una habitación de hotel con tu nuevo marido.
╰┈➤ Advertencia de contenido; matrimonio arreglado (lector + toji), oral, apodos (cariño, bebe), posesividad de toji ("eres mia"), toji se describe como grande, lector sumiso, creampie.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Toji se dejó caer, el colchón se movió con la flotabilidad de su cuerpo, empujándolo hacia arriba solo ligeramente antes de inclinarse con su peso. Se había desabrochado los primeros botones de la camisa; la chaqueta y el chaleco se los había quitado mucho antes de que terminara la noche. Te quedaste de pie, torpemente, acariciando con el pulgar el dorso de una mano en busca de comodidad. En ese momento, habías estado agradecida por la elección menos interesante en cuanto a vestido de novia, un vestido lencero color marfil para una ocasión más informal; se había adaptado muy bien a los modales relajados de Toji. Debió haber sido una característica que tu madre había predicho, o tal vez aprendió del marido que había elegido para ti.
"Pareces un cachorrito perdido". Tal vez esa fue la primera frase que te dijo tu nuevo marido. La mayor parte de la velada había consistido en interactuar con familias, la unión de clanes era más importante que la unión de dos personas. Los Zen'in solo habían aceptado permitir que tu clan se aliara con ellos si te casabas con quien ellos consideraban su más débil, nacido sin energía maldita. Sin embargo, mientras tus ojos se posaban sobre el hombre robusto que tenías delante, te quedaste para presenciar un aura como ninguna otra. Con solo mirar a Toji, sentiste que tenía más habilidad que cualquier Zen'in que hubieras conocido esa noche.
-Lo siento -murmuraste, y tu mirada se cruzó con la de unos ojos verdes entrecerrados. Él se puso cómodo, recostándose en la cama con la cabeza apoyada en el grosor de las almohadas, con el cabello negro esparcido sobre las sábanas blancas que lo rodeaban-.
- Ve a cambiarte y quítate la cara, o lo que sea que hagan las mujeres por la noche. Toji cerró los ojos y le pasó un brazo por la frente. Echaste un vistazo hacia el baño e hiciste lo que te había sugerido, con un camisón blanco cuidadosamente guardado en la bolsa que habías dejado antes ese mismo día.
