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╰┈➤ Titulo; Es tan dulce saber que me amas.
╰┈➤ Advertencia de contenido; Relato suave/confort
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"Volveré pronto", te dice OKKOTSU YUUTA con una suave sonrisa. Sostiene su katana en su mano, envolviéndola diligentemente con la funda antes de deslizar el arma sobre su hombro. "Dijeron que la maldición es solo de grado uno. No es nada serio".
Frunces el ceño suavemente y das un paso hacia él. Tu mirada se detiene en el fino anillo de metal que rodea su dedo. Casi brilla bajo las luces de tu cocina, un recordatorio deslumbrante de la maldición permanentemente unida a Yuuta. "Si no fuera grave, no te habrían llamado".
-Lo siento -Yuuta se muerde el labio inferior. Sus ojos se cierran mientras extiende la mano y la pasa por su flequillo, un hábito nervioso. Su mano se queda en la nuca, rascándose ansiosamente la zona de la nuca-. Sé que esto también es duro para ti.
Yuuta se sobresalta cuando agarras el cuello de su chaqueta. Él observa con ojos muy abiertos y mejillas sonrosadas cómo tus dedos se enroscan alrededor de la tela, agarrándola con fuerza. Su uniforme necesitará ser planchado más tarde, se desmorona en el agarre de tu mano, pero no puede encontrar en sí mismo la necesidad de preocuparse mientras lo atraes hacia tus brazos.
Apoyando la cabeza en su hombro, encuentras consuelo al esconder tu rostro en el hueco de su cuello. Mechones sueltos de su cabello hacen cosquillas en tus mejillas. Sus brazos serpentean alrededor de tu cintura; tiemblas cuando los dedos de Yuuta se deslizan debajo de la tela de tu camiseta, frotando formas indistintas contra la piel de tus caderas.
El zumbido del refrigerador llena el silencio. Te mueves ligeramente para apoyar la cabeza en el pecho de Yuuta. Cerrando los ojos, te concentras en el sonido rítmico de los latidos de su corazón. El continuo golpe, golpe, golpe, golpe alivia lo peor de tus ansiedades.
El tiempo pasa indistintamente. Te permites perderte en la tranquilidad del momento hasta que Yuuta se inclina. Presiona un beso ligero como una pluma contra tu frente. "Necesito irme", susurra culpablemente.
De mala gana, te alejas, pero tus brazos permanecen envueltos alrededor de su cuello y sus manos permanecen tentativamente contra tus caderas. Los ojos de Yuuta son del color de la miel. Su mirada traza los contornos de tu rostro, admirando tus rasgos. Lentamente, te inclinas. Sus labios son suaves cuando se encuentran con los tuyos. Sus cuerpos se moldean juntos como dos piezas de rompecabezas, como si estuvieran hechos el uno para el otro. Tus labios permanecen un poco más de lo normal; el beso es amargo pero dulce. Restos de tu tinte de labios tiñen los labios de Yuuta, pintándolos de un suave rosa cereza.
Las manos de Yuuta se deslizan para descansar cómodamente contra tu cintura. Tus propios dedos se enredan en mechones de su cabello crecido, rastrillando los suaves mechones de su nuca. Sus mejillas se sonrojan intensamente cuando te alejas, dejando su rostro brillando con un brillante tono rosa. Yuuta sonríe tímidamente. Está casi seguro de que puedes escuchar cuán rápido late su corazón en su pecho.
-Vuelve pronto -murmura. Apoyas la mano en su mejilla y acaricias con cuidado su suave piel con el pulgar. Las yemas de tus dedos recorren las cicatrices de acné descoloridas y los moretones que aún se están curando. Tonos morados florecen a lo largo del borde de su mandíbula. -Vuelve sano y salvo.
Yuuta sonríe. Inclinándose, presiona otro beso casto en tus labios. "Siempre lo hago".
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