Adéntrate en el vibrante y peligroso mundo de "House of the Dragon" con esta colección de one shots, cada uno una ventana a la vida oculta y apasionada de sus personajes más emblemáticos. Desde intrigas palaciegas y traiciones hasta fantasías íntima...
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He comes back
Daemon Targaryen vs Aemond Targaryen x Lectora
Advertencia: BDSM
Nací en Runestone, en el seno de la Casa Royce, mi madre, Rhea Royce, era una mujer fuerte y orgullosa, pero su matrimonio con Daemon Targaryen no fue por amor, sino una alianza política. Daemon, mi padrastro, nunca ocultó su desdén por ella, pero siempre nos trató con respeto a mi hermano mayor y a mí. Mi padre había muerto, y mi madre aceptó a Daemon con la esperanza de asegurarnos un futuro más seguro.
Desde el primer momento que vi King's Landing y la Fortaleza Roja, supe que mi corazón pertenecía a ese lugar. Anhelaba la vida de lujo y poder que ofrecía la capital. Aunque mi madre insistía en que me quedara en Runestone, no podía resistir la atracción que sentía hacia la ciudad.
En uno de esos días en los que Daemon no soportaba estar cerca de mi madre, decidió ir a King's Landing y me invitó a acompañarlo. Mi madre renegaba y me suplicaba que no me fuera, pero yo no podía rechazar la oferta. Sabía que cada viaje a la capital era una oportunidad para acercarme más a mi sueño de ser parte de la realeza.
Durante esos viajes, mi relación con Daemon comenzó a cambiar. En la Fortaleza Roja, lejos de las miradas críticas de mi madre y de los nobles de Runestone, él y yo comenzamos a conocernos de una manera más íntima. Al principio, fue solo una atracción, un coqueteo inofensivo que por supuesto rechace, pero pronto se convirtió en algo más.
Daemon era todo lo que siempre había deseado, poderoso, carismático y, sobre todo, peligroso. Me enseñó a moverme en los círculos de poder, a entender las intrigas de la corte y a aprovechar cada oportunidad que se presentara. No lo negaba, a veces sentía que solo me buscaba para darse placer y después botarme pero no ignoraba esa sensación en la que me sentía viva y deseada, algo que en mis 17 años nunca había experimentado en mi vida en Runestone.
Nuestro amorío era un secreto cuidadosamente guardado. Sabíamos que si se descubría, las consecuencias serían desastrosas. Pero cuando estábamos solos, lejos de las obligaciones y las apariencias, todo parecía posible.
Cada vez que regresábamos a Runestone, tenía que esconder nuestra íntima relación y comportarme como la hija obediente que mi madre esperaba que fuera.
Y justamente en este viaje fue cuando todo cambió.
Esperaba a Daemon en la librería tomando el té, cuando de pronto las puertas se abrieron, volteé esperando encontrarme con mi padrastro pero no fue así.
Me encontré con la sonrisa pícara del príncipe, ese joven con el que conectaba y fue así desde la primera vez en mis visitas a King's Landing.
- No sabía que nos visitarías - camino con las manos entrelazadas tras la espalda.
