Adéntrate en el vibrante y peligroso mundo de "House of the Dragon" con esta colección de one shots, cada uno una ventana a la vida oculta y apasionada de sus personajes más emblemáticos. Desde intrigas palaciegas y traiciones hasta fantasías íntima...
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My dearest brother
Aegon II Targaryen x Lectora
Tomaba mis alimentos en la enorme mesa familiar, sola, habían solicitado mi presencia cuando el banquete estaba siendo servido para toda la familia, pero estaba inmersa en otros asuntos.
- ¿Comerás todo eso? - dijo una voz, que a cada paso resonaba con mayor intensidad.
- De hecho ya acabé - me levanté para saludar a mi hermano mayor con un beso en la mejilla. - Supongo que recién despiertas - acomodé su cabello aún desordenado.
- ¿No compartiste mesa con nuestros padres y hermanos? - se sentó en la silla contigua a la mía.
- Hace tiempo me dejó de agradar hacerlo. Estaba atendiendo algo más importante.
- ¿Cómo que? - comenzó a servirse de la comida que las sirvientas habían preparado para mi.
- Elegía un vestido para usar tu boda - dije y de inmediato me miró con histeria.
- Solo será una estúpida ceremonia, no sé por qué todos le dan tanta importancia
- Tienes razón, las grandes bodas, con todos los lords de las grandes casas son solo para herederos - bromee, como era de costumbre entre nosotros, pero él no respondió como siempre,
- Tu lo dijiste - lleno a tope su copa y dio un gran sorbo.
- ¿Qué sucedió ahora?
- Nada ¿Debería suceder algo?
- No creo que la llegada de Rhaenyra y su familia te tenga así - recargue todo mi peso sobre mis codos en la mesa - No me lo diras.
Él no dio respuesta y siguió comiendo.
Miré a todos lados para percatarme de que estábamos completamente a solas.
- Hey... - hice que volteara para poder sentarme sobre sus piernas y tenerlo frente a frente. - Dime... - comencé a acariciar suavemente desde su nuca hasta su mandíbula.
- Madre... volvió a hablarme sobre el deber y la vergüenza que soy para la familia - bajó la mirada
- ¿Qué hiciste? - sonreí.
- Una maldita sirvienta dijo que la toque. - puso los ojos en blanco.
- ¿Lo dijo? - reí. - ¿Y lo hiciste?
- No.... - dijo en un tono tan convincente que si no lo conociera le hubiera creído.
- Aegon...
- ¡Solo nos divertíamos!
Me levanté de su regazo y volví a mi asiento.
- Si no quieres recibir regaños de nuestra madre tal vez deberías dejar de hacerlo, o ser más discreto.
