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Lena se encontraba acostada en su cama, últimamente esa era su posición habitual. Habia dejado de interesarle todo, se pasaba los días a oscuras recordando a su amor. Juraría que podía verla y sentirla en cada rincón de la casa, esa casa testigo muda de su inmenso amor y noches de desenfreno. Lena lloraba en silencio, las lágrimas quemaban al salir. Sus ojos habían perdido su verde natural, ahora solo dejaban ver un rojo intenso testigo de su dolor. A pesar de las predicciones de Lilian, Lena no había ido ni una sola vez a verla necesitada de su protección de madre, la chica ni se ha molestado en responder a sus llamadas. Ella solo podía recordar el odio y la saña con la que su madre trataba a Kara, no sentía correcto, mucho menos sincero ser consolada por ella. La joven se negaba a cerrar el ciclo, a pesar de haber sido informada por la policía de la baja probabilidad de que Kara haya logrado sobrevivir. Luego de tres meses de búsqueda infructuosa ya estaban pensando en declararla muerta oficialmente, ella se negaba a aceptar semejante estupidez. Todo el mundo pensaba así porque no conocían a su rubia, ella prometió volver y así lo haría. De repente una duda atravesó la coraza de negación que llevaba puesta desde el mismo día en que Kara salió de su vida, "Por qué aún no ha regresado, algo debía haberle pasado a su rubia muy malo para que la dejara viviendo en semejante agonía por tanto tiempo". En ese instante el llanto se hizo presente mucho más fuerte, comenzaba a morir esa esperanza que la cubría abriéndose paso hacia ella la más cruda realidad. Su esposa jamás regresaría, ese infeliz si se la había arrebatado para siempre. A pesar de todo algo aún luchaba en su interior impidiendo que muriera del todo esa lucecita de esperanza que la mantenía viva, esa esperanza que de vez en vez escuchaba susurrandole, "Calma Len, ella es fuerte y lo prometió. Solo ten paciencia, Kara regresará a ti". Debia confiar en su amor, algo muy dentro de ella, muy suyo, algo que no sabia como explicar le decía que su esposa aún vivía a pesar de que todo lo demás gritara lo contrario.

Escuchó llamar a la puerta, se negaba a abrir. Estaba segura que sería Samantha en un nuevo intento por hacerla salir de la cama y de la casa, obligándola al menos a retomar sus ganas de pintar. Cómo podía pensar que tendría algún deseo de eso, sus cuadros eran todos siempre para Kara, una sorpresa y ya no estaba. De nuevo los toques, decide ignorarlos volteandose para el otro lado. De repente su celular comienza a sonar, hoy Sammy estaba desatada. Mira la pantalla y para su sorpresa no era su amiga sino su cuñada. Alex y ella no habían vuelto a coincidir desde el día que fueron juntas a darle la noticia a Eliza de lo sucedido con la menor de sus hijas. Su cuñada se sentía tan culpable que se negaba a darle la cara por no haber sido capaz de proteger a su hermana como lo había prometido. Lena muchas veces trató de convencerla de que no era su culpa pero no existía poder cósmico que la hiciera desistir de cargar con semejante peso. Así que si ahora estaba aquí seria por algo muy importante. Una idea fugaz pero muy esperanzadora atraviesa su cerebro, como felina salta ligera de la cama dirigiéndose a la puerta. La abre de un tirón y sin decir nada más solo lanza su pregunta.

-- La encontraste? -- Alex baja la vista con dolor.
-- No, lo siento Lee. De hecho están más que decididos a declarla ya muerta oficialmente. Vine por otro motivo.
-- Ya tengo conocimiento de esa payasada y no pienso permitirlo. Tus compañeros son todos unos incompetentes. No pienso rendirme jamás, voy a contratar a la mejor agencia de detectives para que sigan buscando. Algo tiene que aparecer, no puedo vivir para siempre con esta incertidumbre dentro de mi Alex.
-- Te entiendo. A mi me impidieron seguir con el caso pero no pienso obedecer esa orden Len, ahora menos que nunca. -- la mira asombrada.
-- Por qué? Qué pasó? Descubriste algo Alex, habla por dios.
-- Por eso vine. Maggie no estaba de acuerdo pero creo que tienes todo el derecho a saber. Además porque también pienso que debes tomar algunas medidas de seguridad, yo las tomaré con mi madre.
-- Me estás asustando. Deja de divagar y acaba de ir al punto. Estás igual que Kara, cuando quiere decirme algo y no sabe como. -- baja la mirada al piso al percatarse de que hablaba de ella como si solo estuviera en el cuarto de al lado.
-- Algo muy importante surgió en la investigación Lena y no fuiste informada.
-- QUÉ? -- gritó. -- Por qué mierda harían eso? Kara es mi esposa y es su deber mantenerme al tanto de la investigación.
-- Spheer solo fue el brazo ejecutor Len. Alguien más ordenó la muerte de Kara. Quien lo hizo nos conoce muy bien, conocían del odio que Jack sentía por mí hermana, de la pasión sin límites que Kar sentía por la velocidad, hasta le proporcionaron a Jack un auto idéntico al de Kara para así hacer más difícil que ella se le escapara usando la ventaja que le brindaba su auto. Sabían todo lo necesario Len, hasta que mi hermana iría en ese viaje sin ti. No ves, lo usaron todo. De hecho ni siquiera hemos podido averiguar quién logró sacarlo de la cárcel.  Me dijeron que un abogado presentó todos los papeles en regla para la fianza y salió. Nadie sabe quién es el tipo pero se ve que es un abogado de los ricos, es uno de los bien caros. Solamente había que ver el reloj que llevaba. Entonces yo me pregunto, de donde sacó Jack el efectivo para pagarle a un tipo así. Si se puede decir que el vivía prácticamente gracias a mi hermana. -- Lena no perdía ni una palabra de lo que decía su cuñada. Su cerebro iba a mil por hora. -- Lo peor no es lo que te he dicho hasta ahora len, a Jack lo asesinaron de la misma forma que mataron a nuestro padre, con un disparo en la frente proveniente de la misma arma.
-- Espera, espera, me estás tratando de decir Alexandra que alguien ordenó la muerte de mi mujer. -- sus ojos se estaban tornando rojo de inmediato pero esta vez era de ira incontrolable.
-- Si, y no solo eso. La persona que mandó a matar a Kara es la misma que mató a nuestro padre. No entiendo por qué mandaría a eliminar a mi hermana, solo puedo pensar que ella haya descubierto algo. Lo que no me cabe en la cabeza es el por qué ocultarmelo, no me dijo nada y viendo tu cara de asombro me doy cuenta que a ti tampoco. Ten certeza Len que no descansaré hasta dar con el maldito.
-- Kara no sabía nada Alex, me lo hubiera dicho de inmediato. Ella no tenía secretos para mí. No podía ocultarme nada, era incapaz de mirarme a los ojos cuando trataba de esconder algo. No podía ni guardar una sorpresa mucho menos lo haría con algo así de serio. Le hicieron daño por gusto, pero a mi no me interesa el motivo lo único importante aquí ahora es encontrar al estúpido que creyó tener el derecho de jugar a ser dios y poder decidir sobre la vida de mi mujer Alex. ACASO LO PUEDES ENTENDER, MI MUJER, MI HERMOSA RUBIA. -- gritaba fuera de si. -- Por lo tanto yo también me voy a convertir desde este mismo minuto en una diosa y usaré todo mi tiempo, incluyendo toda la cuantiosa herencia que me dejó mi padre en cazar a ese infeliz. Juro que cuando lo encuentre me tomaré mi tiempo con él para enseñarle el por qué jamás debió creer que meterse con la esposa de Lena Luthor sería una buena idea. Te aseguro que el muy hijo de su madre maldecira el día en que tomó todas las malas decisiones que lo hicieron estar de rodillas frente a mi. -- sus ojos destilaban odio puro.
-- No puedes hacer eso Lena. Vas a acabar con tu vida.
-- Quién me lo va a impedir ¿tú? No lo creo, y no te preocupes que yo dejé de tener vida desde el día en que tu hermana cayó de ese puente diciendo que me amaba.
-- De qué hablas? -- la sorpresa era innegable.
-- Yo la pude escuchar mientras caía antes de que se cortara la comunicación. Me decía que me amaba y me pidió que viviera por ella, me prohibió caer en depresión por mucho tiempo. Esa era mi amor, iba camino a su final y aún así todavía tenía tiempo para preocuparse por mí. Lo único que deseaba era que fuera feliz.
-- Entonces Lena, hónrala. Cumple su último deseo, te juro que yo me encargo de encontrar a ese malnacido y hacerlo pagar... -- fue interrumpida.
-- No Alex y por favor no te atrevas a jugar esa carta conmigo. Ella no tenía ningún derecho de pedirme eso sabiendo que me iba a ser imposible cumplirlo. Kara sabía muy bien que ella es mi alma, mi vida entera, entonces Alexandra dime cómo se hace para vivir sin alma, cómo le hago para seguir sin mi vida. Lo único que me queda ahora es mi deseo de venganza y nadie me lo va a quitar, no imaginas cuán agradecida estoy de que hayas venido a contarme. Me has dado un motivo para levantarme de esa cama, un motivo para seguir. -- Alex la miraba cuestionando si había sido buena idea contarle sabiendo lo inestable que se encontraba su cuñada. Sentía el peso de la mirada inexistente de su hermana sobre ella cargada de enojo y desaprobación.
-- Lena, no me parece correcto que...
-- Nada, Lena nada, y si no vas a ayudar mejor que no estorbes. Es lo único que te pido Alex. -- la pelirroja asintió. La aprisiona entre sus brazos fuertemente antes de partir. -- Aquí estaré siempre para lo que necesites Len.

Lena cierra la puerta tras ella y en sus ojos solo se podía ver determinación. Estaba decidida a dar con el causante de la desgracia de su amada y hacerlo pagar a como diera lugar. Ese vacío que antes tuviera en su corazón fue llenado con un odio avasallador que iba acallando todo lo bueno que había en ella para darle paso a una oscuridad tenebrosa.

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Cómo lo van llevando hasta aquí. Espero sus comentarios y no olviden votar. Gracias a todos por leer 👋👋♥️

Tú, siempre has sido tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora