En donde Hanagaki Takemichi comienza a viajar en el tiempo para salvar a Tachibana Hinata de la muerte y termina haciendo hasta lo imposible por salvar a Sano Manjiro y Shimura Megumi de la oscuridad en el proceso.
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4 de julio de 2017.
— ¿Qué te parece La Sirenita?
—Tía Meg, ya no tengo cinco años.
Meg bufó cuando oyó la respuesta de su sobrina, mirándola sentada a su lado en el sofá de tres plazas en la estancia de su hogar: Yuna tenía el cabello negro a la altura de sus hombros con las puntas teñidas de rosa y el flequillo bien recortado caía sobre su frente sin cubrirle los ojos e impedirle ver bien. fue sorprendente que su madre la dejara teñir su cabello teniendo los trece años recién cumplidos, pero no hizo preguntas y se dedicó a decirle que se veía genial.
—Bueno, ¿qué quieres ver entonces? —le preguntó, pasándole el control remoto.
Yuna se encogió de hombros.
—No sé. Buscaré algo entretenido en la guía.
Meg asintió, viéndola comenzar a vagar por la guía de programación con el entrecejo levemente hundido en una mueca conocida. Yuna se parecía bastante a su padre, quien falleció unas semanas después de ella nació. Megumi lo recordaba con más frecuencia de lo que le gustaría cada día que veía a su sobrina crecer, con esos ojos negros de la familia paterna y sus cabellos negros como la noche. Además, es pálida como él, pero no tenía ese olor permanente a cigarrillo como él solía tenerlo.
El sonido de la puerta siendo abierta llamó su atención y después le siguió un grito.
— ¡Yuna, ¿ya desayunaste?! —Se escuchó desde el recibidor.
—Sí, mamá —contestó la menor, girando la cabeza para ver a su madre entrando a la estancia con bolsas en sus manos.
Meg se levantó para acercarse a ella y ayudarla, tomando todas las bolsas. Su hermana le sonrió en agradecimiento y se acercó a su hija, sentándose junto a ella sobre el sofá mientras Meg se dirigía a la cocina para acomodar todo lo que su hermana compró en el supermercado.
