Capítulo 6 Un chico real ?

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Papá y la tía Laura estaban en  la habitación frente a nosotros, su presencia era imponente. Papá caminó rápidamente hacia mí y me sujetó del brazo, llevándome fuera de la habitación sin decir una palabra. Teresa nos siguió, pero mantuvo una distancia prudente.

Cuando llegamos a la sala, papá finalmente me soltó y se volvió hacia mí con una expresión que combinaba ira y decepción.

—¿Qué demonios estabas haciendo, Noah? —preguntó con una voz contenida pero claramente enfadada.

No sabía cómo explicarle lo que había pasado. ¿Cómo podía hacerle entender que estaba defendiendo la memoria de mi abuelo? O más bien como sabría si a él le importaría? .

—Lucas estaba diciendo cosas horribles sobre el abuelo —dije, tratando de justificarme.

—¡Eso no justifica que te comportes como un salvaje! —gritó papá.

- No entiendo porque siempre te has metido en problemas por él- dijo con una voz más suave pero que se notaba más deprimida .

Antes de que pudiera decir algo más, la tía Laura apareció, visiblemente enfadada.

—¡Tu hijo  salvaje  golpeo a Lucas! —dijo, señalándome con un dedo acusador.

—Laura, por favor, cálmate —dijo papá, intentando mediar—. Noah se equivocó, pero no podemos resolver esto gritando.

Me sentí muy pequeña en ese momento. Quería desaparecer. Quería ser alguien más, alguien que no causara problemas, alguien que no fuera una constante decepción para todos a su alrededor, alguien como , un chico real .

—Vamos, Noah —dijo papá, sujetándome del brazo otra vez, pero esta vez con menos fuerza—. Hablaremos en casa.

Teresa nos siguió, pero antes de salir de la casa, se giró hacia la tía Laura y Lucas.

—Noah solo estaba defendiendo a su abuelo —dijo con firmeza—. No creo que haya actuado bien, pero tampoco lo hicieron ustedes al decir esas cosas.

La tía Laura miró a Teresa con sorpresa, pero no dijo nada. Lucas simplemente se frotó la mejilla donde le había golpeado y no levantó la mirada.

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La caminata de vuelta a casa fue silenciosa. Papá no dijo nada, y yo tampoco. Sentía un nudo en la garganta y las lágrimas amenazaban con salir, pero me las tragué. Sabía que no debía llorar, al menos no delante de papá.

Eso no mejoraría las cosas .

Cuando llegamos a casa, papá me llevó directamente a la sala y me hizo sentar en el sofá. Él se sentó frente a mí, con una expresión que parecía agotada.

—Noah, tienes que entender que no puedes ir por la vida golpeando a la gente —dijo con un tono más calmado pero firme—. Sé que estás pasando por mucho, pero la violencia nunca es la respuesta.

Asentí, pero no pude decir nada. Las palabras se me atoraban en la garganta.

Papá suspiró y se pasó una mano por el cabello.

—Noah, sé que has estado luchando con muchas cosas —dijo con un tono más suave—. Y quiero que sepas que estoy aquí para ti, aunque a veces no lo parezca.

Me quede sin palabras, al oír eso papá nunca había sido tan amable conmigo , era extraño y confuso , algo tan imposible para mi como ver un día a una ballena volando en el cielo, pero aun así sentí calides en mi corazón al sentir la ternura con la que él me hablaba.

Eso era algo que siempre había estado esperando , un cariño que no había sentido desde que era muy pequeña de  su parte  .

Miré a papá a los ojos y vi algo que no había visto antes: comprensión. Quizás estaba empezando a entender un poco de lo que estaba pasando.

—Papá, yo... —intenté hablar, pero me interrumpió.

—No tienes que decir nada ahora —dijo, levantando una mano—. Solo quiero que sepas que podemos encontrar una solución juntos. Pero por favor, prométeme que no te meterás en más peleas.

Asentí de nuevo, esta vez con más firmeza.

Me sentía feliz al ver el afecto de papá en su mirada , una mirada que hasta ese momento había sido pura frialdad,  o al menos desde que tenia 4 años .

—Lo prometo, papá. - dije con emoción.

- Descuida Noah , sin importar lo que hagas siempre serás mi hijo - .

Esa última palabra fue la que destruyó toda mi ilusión, me di cuenta de que papá no estaba siendo amable conmigo , estaba siendo amable con el hijo que el quería que yo fuera .

El nunca me querría solo quería la idea del hijo perfecto que yo podía llegar a ser , el solo quería que yo fuera lo que mamá deseaba  antes de morir .

Tuve ganas de llorar pero no me salieron las lágrimas.

Papá estaba apunto de salir de la habitación pero antes dijo .

- Pero no creas que esto se quedará sin castigo,  te cambiaré de escuela - dijo con la misma  frialdad de siempre .

- Que !? - Exclamé  .

No podía creer lo que estaba diciendo , yo había ido a esa escuela desde primero básico.

- Si Noah!  - dijo papá - Creo que en tu escuela actual no son lo suficientemente estrictos contigo , voy a inscribirte  en una escuela de hombres y así aprenderás a ser un chico más " normal " - esas fueron sus  últimas palabras antes de azotar la puerta al salir .

Ahora probablemente se iría a trabajar y no volvería en días.

Y mientras tanto yo me quedaría sola en  casa , con mi madrastra y mis hermanastras y sin mi abuelo Simón, reflexionando sobre  lo horrible que era mi vida por culpa de ese hombre .

Lo odiaba .

Sin duda lo odiaba .

Mi abuelo ( La historia de Índigo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora