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Dahyun observaba su piano, perdida en el espacio de su mente, sus manos estaban sobre sus muslos y no podía concentrarse en su práctica diaria. Hace dos días habia llegado de Busan, un lugar al que no quería volver.

A pesar de que el plan era quedarse toda la semana para pasear por allí y tener un buen tiempo con sus amigas, comenzó a sentirse mal de pronto. Sus amigas pensaron que fue la comida o los nervios, pero decidieron volver antes para evitar problemas. Obviamente no diría que era ella luchando contra su animal interior, quien no habia dejado de hablar acerca de la tal Momo.

¿Era la repartidora de pizzas su alma gemela? ¿La chica que se encontró de nuevo en el festival?

Eso debía ser un completo error. Era imposible.

Negarlo no ayudará en nada.

Se puso de pie de golpe, respirando entrecortadamente.

¿Por qué me tienes tanto miedo?

Abrió su boca, intentando gritar pero ningún sonido fue emitido.

¿Por qué no puedes comunicarte conmigo? ¿Por qué no me hablas?

Fue hasta el baño de su estudio personal y mojo su rostro repetidamente, no sabía cómo hacer que se callara, habia estado así desde que conoció a esa chica.

Y lo odiaba por completo.




—Haz estado algo extraña estos días. —Jihyo hacia cuentas en su portátil, ella y Momo se encontraban en su oficina, agradecía que los números eran positivos en su mayoría. — ¿Todo anda bien?

— ¿A qué te refieres con extraña?

—Ya sabes, más callada de lo normal. —La observo de reojo. —Sueles ser más comunicativa pero apenas respondes, incluso algunos de los empleados se dieron cuenta.

Se encogió de hombros, leyendo una revista que encontró por allí. —No es nada, soy así normalmente.

—Claro. —Rodo los ojos para seguir tecleando, esos informes no se terminarían solos. —Oh, por cierto ¿Podrías cubrirme en el viaje a Seúl dentro de un mes?

Frunció su ceño para mirar a su amiga. — ¿Y la razón de eso sería...?

Suspiro, acomodando sus lentes. —Sana entrará en celo y bueno, ya sabes, debo estar con ella esos días y no puedo viajar a Seúl sabiendo que ocurrirá eso.

—No morirá.

—Es una omega marcada, Momo, por supuesto que puede hacerlo. —La observo seria. —Si tú no puedes encontrare a alguien más, no te preocupes.

Trago duro antes de asentir. —Tranquila, iré yo, lo siento. —Murmuro lo último, continuando con su lectura cuando una foto llamo su atención. —Oye ¿Conoces a esta persona? —Paso la revista a su amiga, señalando la foto de la chica.

—Como no conocerla, dirás. —Jihyo sonrió levemente. —Es Kim Dahyun, una de las mejores pianistas que tiene Corea del Sur, tiene una carrera increíble para tener solo 26 pero, según leí, se ha retirado de dar presentaciones. Aunque estuvo en el festival del fin de semana.

— ¿Cómo sabes tanto de ella?

—Mi hermanita es su fan, sabes que estudia violín desde que tiene uso de razón, es una de sus pianistas favoritas.

—Es muy joven para lograr tanto.

—Es un prodigio.

— ¿Es omega?

Lucky #17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora