Lucky #17

7

Arrastro su maleta con mala gana mientras seguía a la alfa, estaba irritada y todo empeoraba al verse rodeada de tantas personas en el aeropuerto ese día. —Maldita sea, la gente de aquí no sabe mirar su camino.

Jeongyeon rodo los ojos. —Solo avanza, estamos cerca de la salida.

Bufó, empujando a unos cuantos que se atravesaron en su camino y pudo respirar cuando estuvieron afuera.

— ¡Ahí están! —Voltearon para encontrarse con Soyeon, quien las se acercó a ellas corriendo. —Pensé que no llegarían nunca.

Jeongyeon rio levemente, abrazando a la menor. —Bueno, llegamos a tiempo, pero el aeropuerto está repleto.

—Temporada de vacaciones. —Apretó a la alfa fuertemente y luego extendió su mano hacia Momo. —Se ve que no eres fan del contacto físico.

—Gracias y hola. —Estrecho esta con firmeza para luego retirarla. — ¿Seúl siempre es así de molesto?

—Hay días peores. —Se encogió de hombros. —Vamos, Yuqi nos espera en el auto.

— ¿Trajiste a Yuqi?

Observo a Jeongyeon nerviosa mientras caminaban hacia el estacionamiento. —Nos arreglamos hace un par de meses y ahora lo estamos intentando bien, nos tomamos nuestro tiempo y resolvimos nuestras mierdas personales antes de estar juntas de nuevo.

—Me alegra oír eso, hacen bonita pareja. —Palmeo su espalda y sonrió al ver a la nombrada esperando, recostada en el auto. —Aquí esta pequeña gruñona.

—De tamaño no hablemos que para mirarte debo inclinarme. —Se abrazaron con fuerza mientras compartían un par de palabras más.

Momo observo todo desde lejos, no conocía a ninguna de las dos chicas, lo único que sabía es que la tal Soyeon era una vieja amiga de Jeongyeon en la escuela culinaria y que tenía un restaurante de estilo rustico en la capital. Según Jihyo, o lo que ella explico antes del vuelo, Soyeon tiene una historia similar a suya y Yuqi fue su rescate, solo que en el momento incorrecto. —Ella es Momo, Hirai Momo. Es nuestra amiga y repartidora de la pizzería.

— ¡Oh! Es un placer conocerte, he oído mucho de ti de Jeong y Jihyo cada vez que vienen aquí. —Casi la abraza, de no ser por su novia quien la detuvo. — ¿Eh?

—Cariño, Momo no es del tipo cariñoso.

—Entiendo, mi chica también es así. —Estrecho la mano contraria con una sonrisa. —Seguro deben tener hambre, vamos a comer algo, yo invito.

—Señor, todo está listo, esperamos su visto bueno para seguir avanzando. —El hombre coloco una Tablet delante de su jefe con cuidado.

Asintió leyendo el contrato y observo a su secretario. —Perfecto, arreglen todo para que sea perfecto.

—Entendido.

—Por cierto, ella y su hermano están en la cafetería de la empresa, necesito que los llames.

—Lo haré, señor.

Suspiro, acomodó su traje, sabiendo que su decisión traería algunos problemas con su hija pero no podía el brazo a torcer y mucho menos no tener nietos.

Momo comía en silencio, oyendo por las conversaciones que las tres animadas chicas compartían. — ¿Sigues soltera? —Yuqi bebió un largo trago de su cerveza luego de hablar.

—Es el sacrificio que debo hacer por el negocio.

—Eso o simplemente no quieres una relación. —Soyeon la señalo con sus palillos. —Te recuerdo del instituto, nunca estabas interesada en nadie y eso que los mejores omegas se acercaban a ti.

—Y todos los alfas me odiaban por eso. —Compartió una leve risa con la chica. —Pero sinceramente no estoy interesada en nadie, no ha aparecido una persona que me haga reconsiderar lo bien que la paso siendo soltera.

Termino su plato, anotando mentalmente que la manera en la que sazonaban las costillas de cerdo era increíblemente deliciosa, posiblemente podría hacer que Jeongyeon pregunte por los ingredientes que utilizaban. —Entonces ¿Podríamos saber un poco más de ti o prefieres seguir en silencio? Digo, estamos bien con lo que elijas. —Levanto su mirada, dándose cuenta que tenía a las tres presentes mirándola.

—Vamos, Mo, no seas tímida.

—Déjala, Jeong, que tú eras así en la universidad.

—Está bien, puedo hablar. —Sonrió levemente. —Aunque no tengo mucho que decir sobre mí.

Yuqi la observo con curiosidad. —Jihyo una vez menciono que eras instructora de baile ¿Es enserio?

Asintió. —Lo es, es la carrera que decidí seguir en la universidad y doy clases en un instituto público para niños de clase media-baja.

— ¡Oye! Eso es genial. —Soyeon sonrió hacia ella. —No muchos harían eso con esta economía.

Se encogió de hombros. —El dinero no es algo que me importe mucho.

—De eso puedo dar testimonio. —Jeongyeon bebió su vino. —Momo es una persona muy despreocupada pero responsable de alguna manera.

—Eso es lo que las chicas dicen. —Se recostó en el respaldar de la silla. —Soy japonesa, creo que ya se dieron cuenta de ello por el nombre, pero llevo viviendo en Corea varios años ya. Ayudo a Jeongyeon con la pizzería, siendo repartidora y a veces en el restaurante probando platos nuevos que inventa.

—Momo tiene un paladar muy delicado, todo lo que ella me dijo que sería buena idea poner en el menú ha sido un éxito desde entonces.

—Entonces deberíamos aprovechar su tiempo aquí para que pruebes algunos platos que Soyeon no se anima a lanzar.

—Claro, no tengo problema.

—Hecho, salud por eso. —Yuqi levanto su vaso y las demás la siguieron, chocando estos sin mucha fuerza.

Myungsoo observó a su padre con incredulidad. —Padre, te tengo mucho respeto y lo sabes pero ¿Acaso has perdido la cabeza? —Su ceño estaba fruncido, viendo a su hermana con la cabeza abajo en sumisión hacia el alfa mayor. —No puedes hacer esto.

—Claro que puedo, soy su padre. —Acomodo su corbata con elegancia. —Y está decidido y se hará de la manera que he dicho.

— ¿No vas a decir nada en contra de esto? —Se colocó delante de su hermana, enojado con toda la situación. —Es tu vida, deberías poder decidir.

—Myungsoo.

— ¡No! Di lo que quieras pero siempre has tenido ese sentido de superioridad hacia Dahyun, solo porque ella es omega.

—Es protección.

—Por supuesto que no, y lo sabes, papá. — Volteó hacia el hombre. — ¿Mamá sabe sobre esto?

—Ya se enterará. —Se puso de pie, golpeando su escritorio. —No quiero oír nada más. Dahyun, hija, prepárate para las citas. —Salió de su oficina, con sus hijos siguiéndolo. — 17 citas.

—Padre ¿No crees que es mucho?

—Es lo que conseguí y se quedará así.