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Incluso sus besos en mi cabello me destruyen, no porque sea algo malo, sino porque acabo de darme cuenta de que yo soy el problema en todo ésto.

¿Cuántas veces fue necesario pasar por ésto antes de darme cuenta del error que he cometido?, ¿De eso se trata, de ser el error una vez más?

Cálmate de una puta vez, Hyunjin.

Sobre mis rodillas, en la terraza, subí mi mirada hasta encontrar a la luna. Si viviera en un lugar menos iluminado por luces artificiales y sin tanta contaminación, podría haber visto una casi perfecta milky way.

Logré caer en el sofá antes de cerrar los ojos y tragar todo lo que mi corazón estaba rogando por sacar. Escuché sus pasos y luego sentí una bolsa de tela helada en mi cuello.

- ¿Por qué no probamos darnos una ducha fría? Necesitamos relajarnos.

- Y el sexo no va a solucionar nada esta vez.

- Creo que no- Movió la bolsa, relajándome al instante- No te juzgaré si me cuentas lo que pasó hoy, amor- Niego mientras suspiro, mi interior me contradice.

Es mi corazón quién quiere hablarle, de todo un poco, no sólo sobre lo que ocurrió hoy- ¿Estás seguro de querer saberlo?

- Por supuesto- Tiene el valor que yo no- ¿Qué te hizo el hombre que ocasionó ésto?

- Me dijo que algún día me iban a violar.

- Ah.

- ¿Ah?

- Amor, no sé qué más esperas de un hombre- Besa las marcas en mi cuello, suspirando sobre ellas.

- Qué todos fueran como tú - Toma asiento a un lado mío, abre dos latas de cerveza y me da una de ellas. Vamos, solamente un poco más y sentiré que por primera vez recupero el equilibrio.

- Estarías aterrado si conocieras quién era yo hace unos años...

- ¿Porqué? - Sonrió a la nada, dio un trago a la cerveza y luego escondió su rostro entre sus dos bonitas y limpias manos.

- Estoy peor de lo que crees. Me drogaba todo el tiempo, follaba con una chica estando los dos inconscientes, dejaba que ella me golpeara y me quemara con sus cigarros... No sé, mi yo de antes no conoce a quien soy actualmente, a tí te daría asco... Seguramente miedo.

- Me acostaría con él y no volvería a hablarle.

- Eso creo.

- A tí tampoco te encantaría quién era antes, aunque bueno, tal vez ni siquiera me habrías conocido.

- ¿Por qué no?

- Rumbos distintos. Nací en Corea y vine a vivir a Australia porque mamá y papá querían ser una feliz pareja casada. No funcionó y terminé jodido mental y físicamente... Además, yo estaba en la peor zona de Australia, en cualquier momento pude haber muerto, pero aquí estoy ¿No? Habríamos tenido sexo mientras estábamos drogados y te robaría dinero antes de que te fueras, no habría más- Incluso una cerveza apenas fría es agradable en un ambiente tan agradable como éste- Creo que estamos en el momento correcto.

- ¿Lo crees?

- Tal vez fue demasiado repentino para mí, no te miento. De todas formas, estoy bien, yo me siento más que bien, es un momento confuso, pero sigo siendo feliz, lo único que necesito es algo de tranquilidad.

- No creo que podamos tenerla ahora mismo- La bolsa de hielos cumple su misión, el temblor en mi cuerpo se detiene, sigo teniendo ganas de llorar, pero no creo que eso sea parte del repentino ataque de pánico que me obligó a despertar y correr hacia la terraza de mi recámara.

𝗟𝗮 𝗺𝘂𝗲𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗲𝗹 𝗰𝗼𝗿𝗮𝘇𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝗽𝘂𝘁𝗮.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora