5/². ☆🏩

185 6 0
                                    


Cómo ya lo sabía desde hace muchísimo tiempo, lo único que hice fue acostumbrarme. Crear una barrera a mis sentimientos que no me permitió sentir miedo, hasta ahora.

Cualquiera en donde sea sabe lo que nosotros conllevamos. Somos un costal de problemas que a veces tienen el valor de pedir ayuda, pero son ignorados porque, si yo no estuviera aquí, también subiría la música de mi estéreo para fingir que no escucho los gritos suplicantes por un poco de compasión. Es tan normal que ni siquiera tienes la oportunidad de pensar " Yo soy diferente, a mí eso no me hace daño " porque en cualquier momento puede golpearte la cruel realidad.

Millones de hombres han tratado de " salvar a una puta " ¿Pero salvarnos de qué, o de quién y por qué? La gran respuesta que al menos yo creo es que no quieren salvar a absolutamente nadie, sólo es el ego de un macho que se enamoró de la persona equivocada, por lo que, ahora que sabe que lo ama, tratará de amoldarlo a como mejor lo convenga, pero como eso no suena bien, nos ruegan para que dejemos de trabajar en ésto, disfrazados con el sermón de " Es que yo te amo ".

Como si no supieran que es la única manera seguro de darnos el dinero suficiente para vivir con algo de dignidad. Para el Santo Dios que me quiso hacer hombre, gracias. Ahora soy sólo yo, pero la mitad de mis compañeras trabajan por ellas y sus hijos, otras por su familia y unas cuántas para nosotras mismas.

Nos quieren salvar de los hombres mismos, porque saben hasta dónde puede llegar uno de los suyos por un poco de metanfetaminas y supuesto placer ¿Tengo razón o no? Porque debe de haber excepciones ¿Pero cómo carajo sé yo que estoy en una de esas?

Felix llegó de una forma correcta y satisfactoria a mí, pero yo no estaba preparado, ni siquiera advertido, así que, me enamoré perdidamente de Lixie, y ahora todas las emociones que había reprimido por tanto tiempo están saliendo de mi corazón como un montón de fuegos artificiales haciendo explosión.

Tiene su magia. Me hace sonreír de inmediato, sueño cosas tan reconfortantes que no puedo creer que sólo unos meses antes tenía problemas para dormir, me llena de paz el corazón, que se me enciende hasta que su luz llega a mis ojos y allí, se convierte en agua.

Soy consciente de mi rostro cuando dejamos de hablar y sólo nos vemos el uno al otro. Me pierdo en él. Sus labios con sabor a moras, el puchero que hace de vez en cuando, su perfecta nariz de botón, pequitas que he besado por horas, una sonrisa inigualable, ojos oscuros que a veces me ven con deseo y al segundo siguiente con amor.

¿Cómo no estaría enamorado de él? No solamente lo permití, si no que alenté a mi corazón a absorber cada parte posible de él.

Puedo confiar en Yongbok. No lo sabía, pero resulta que sí.

No tengo que estarme cuidando, medir mis palabras para evitar decir algo incorrecto, ser directo sin miedo a que quiera hacerme daño. Nah, Felix ya habría demostrado ese lado suyo en caso de que lo tuviera.

Por supuesto que tenemos defectos. Tiene mucha razón cada vez que menciona el detalle de su horrible carácter.

Trabajando es un hombre muy distinto, se le ve serio, imponente y regañón, porque eso es exactamente en lo que se convierte en cuando le mencionan algún nuevo problema en la escuela.

Supongo que es esa dualidad que tanto lo caracteriza. A veces lo hacen enojar mientras yo estoy en su oficina, regresa dando pasos fuertes y soltando suspiros largos, aprieta los puños antes de ponerse a trabajar para tratar de olvidarse de todo a su al rededor, menos de mí, creo.

Me acerco poco a poco a él, pregunto sin hablar si puedo sentarme en sus piernas, y él nunca me ha respondido directamente, pero llega un punto en el que simplemente estoy allí, dándole un poco de comida mientras su vista se mantiene completamente pegada a su computadora gigante, la que tiene luz muy cegadora.

𝗟𝗮 𝗺𝘂𝗲𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗲𝗹 𝗰𝗼𝗿𝗮𝘇𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝗽𝘂𝘁𝗮.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora