Para Toda La vida

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Holaa, en este capítulo habrá un momento en el que sonará una canción así que os recomiendo que la pongáis a la vez porque queda guay, disfrutad!

— Vaya horas — murmuré cuando Marcos entró por la puerta — Pensé que ya no vendrías — Le miré de arriba a abajo gratamente sorprendida con su vestimenta, llevaba una camisa blanca y unos pantalones negros, una gran sonrisa y el pelo peinado con gomina.

— Perdona... ¿Ya has hecho la rehabilitación de por la mañana? Siento no haber llegado estaba... Bueno no importa, te ayudo a vestirte que nos vamos — dijo un tanto nervioso y yo me sorprendí ante sus palabras.

— ¿Irnos? ¿A dónde? Pero si todavía me queda la rehabilitación de por la tarde... — Marcos no contestó y siguió rebuscando en mi armario. Sacó un vestido verde pastel y me lo enseñó orgulloso.

— Te voy a poner este.

— ¿Eh? ¿Para qué? ¿A dónde me llevas? — tenía muchas preguntas pero Marcos no parecía dispuesto a responderlas, no entendía porque estaba tan nervioso.

De repente me agarró de la espalda y de los brazos y me puso de pie.

— ¡Marcos! ¡Te recuerdo que estoy paralítica! — grité nerviosa apoyándome en él.

— No grites que nos van a oír, y no te preocupes por eso yo me ocupo — sus manos bajaron hasta el dobladillo del camisón del hospital.

— ¡Marcos! — grité cuando vi sus intenciones de quitármelo — ¿Se puede saber que haces?

— Te voy a poner el vestido, y no te pongas roja — me sonrió — no hay nada que no haya visto antes, aunque tú no te acuerdes.

Me puse roja al instante, yo no recordaba nada, pero si éramos novios si que... Todo mi cuerpo se tensó cuando sus suaves dedos rozaron mi piel sacándome el camisón y dejándome en sujetador.

Quise taparme pero, cómo no, mis brazos no reaccionaron, él no se inmutó al verme descubierta y tiró a toda velocidad de mis pantalones para abajo, dejándome en ropa interior.

— Marcos...

— Calla — me puso el vestido verde y me abrochó unas sandalias a juego en los pies — Venga, nos vamos.

— ¿Eh? ¿Pero a dónde? Si me has puesto tan guapa es que iremos a un lugar especial entonces tengo que maquillarme...

— A ti no te hacen falta polvos de esos Carol, eres guapísima — soltó y me sentó en la silla de ruedas — Agárrate porque esto va a ser rápido.

Marcos condujo la silla de ruedas al pasillo principal en silencio tratando de esquivar a todos los médicos.

— Agárrate.

Empezó a correr y todos los médicos se nos quedaron mirando al ver como Marcos huía conmigo en silla de ruedas.

— ¡Marcos! ¡Vuelve! ¡Hoy no es día de salidas y Carolina tiene rehabilitación! — las palabras de Sonia fueron en balde, Marcos aceleró más y salió del hospital y siguió corriendo con la silla hasta que llegar a un coche gris. Me cogió en brazos y me sentó en el asiento de copiloto, guardo la silla en el maletero y entró en el asiento del piloto.

Cuando arrancó vi a un montón de médicos por el retrovisor que nos habían seguido, Marcos sonreía por haber conseguido salir.

— ¿Éste coche es tuyo o es robado? — dije nerviosa.

— Es robado — dijo Marcos sonriendo, me puse tensa al instante y miré a todos lados nerviosa — Qué no tonta, es de mi tío Héctor.

— Eres tan gracioso — contesté irónica y su sonrisa se ensanchó — ¿Me vas a decir a donde me llevas o tengo que suponer que me estás secuestrando?

¿En otro Universo? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora