La Normalidad

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— Julia, ¡qué se lo quiero decir yo! — me desperté asustada cuando escuché el grito proveniente del pasillo, era la voz de Marcos, se oían zancadas fuertes.

— ¡Te jodes, lentorro! — se mofó la segunda voz, que parecía la de Julia, y también corría por el pasillo.

Una tercera voz, que cuadraba con la de Sonia se elevó ante la de Julia y Marcos con un tono un poco irritado.

— ¿Podéis dejar de correr? La vais a despertar — se quejaba ella, pero las zancadas ruidosas de la persecución de Marcos a Julia se seguían oyendo por lo que interpreté que no iban a obedecer a Sonia.

Segundos después las zancadas se volvieron más fuertes, por lo que ahora estaban más próximas a mi, la puerta se abrió y apareció Julia, que respiraba con dificultad, cerró la puerta y se apoyó en ella mientras recuperaba el aliento.

— Buenos días Carol — dijo entre jadeos por la carrera, yo la saludé de vuelta y ella abrió la boca para hablar, pero alguien empezó a aporrear la puerta.

— ¡Julia! ¡Julia joder abre que se lo quiero contar yo! — La voz de Marcos sonaba al otro lado de la puerta, la sonrisa de Julia se ensanchó ante las quejas de Marcos y se apoyó sobre la puerta dejando todo su peso en ella para que no pudiese abrir. Yo miraba sin entender.

— ¿Qué...

— Tengo una sorpresa para ti — me interrumpió radiando emoción, las quejas de Marcos y sus aporreos se oían de fondo, yo la miré sin fiarme del todo, para mis amigos las "sospresas" solían ser malas ideas — Vamos a ir a la piscina a hacer rehabilitación, pero a una piscina mejor que la de normalmente — me explicó sonriente y yo la miré sin entender.

— Pero... Si hoy es Lunes, no toca piscina — ella sólo sonrió ante mi comentario y abrió mi armario en busca de un bikini.

— ¿Este te gusta? — me enseñó un bikini morado, con estampado de flores y de solo un tirante. Me ayudó a ponérmelo y por encima me puso una camiseta de Nike y unos shorts azules.

— ¿Dónde está Marcos? — pregunté mientras Julia me sentaba en la silla de ruedas, vi como se le escapaba una sonrisa triunfadora.

— Se habrá cansado de aporrear la puerta y nos estará esperando en el mall, estará un poco enfadado porque te he contado yo la sorpresa en vez de él — me explicó, cuando llegamos a bajo Marcos estaba dando vueltas por el mall con cara de pocos amigos, llevaba una camiseta marrón con flores y un bañador azul, no pegaba ni con cola, pero a él le quedaba increíble, como todo.

Cuando me vio su rostro se suavizó y se acercó dejándome un beso en los labios y un "buenos días Carol" antes de fulminar a Julia con la mirada mientras ella soltaba una risita.

— No sé quién me saca más de quicio, si tú o tú novio — farfulló él, cogiendo la silla, Julia caminaba al lado tratando de no reírse ante lo molesto que estaba Marcos.

Cuando llegamos al coche de Marcos, Julia se encargó de colocar mi silla en el maletero y de subirme, mientras Marcos arrancaba el coche. No fue un camino largo, estuvimos unos veinte minutos, con la música a tope durante todo el trayecto mientras sonaban temazos como Como te atreves, Besos en Guerra, Como Camarón...

Cuando el coche se detuvo nos encontrábamos en un sendero poblado de árboles, uno que me sonaba mucho, miré a Julia nerviosa al recordar donde estábamos.

— Julia, no me digas que estamos otra vez aquí... ¿No recuerdas que casi nos pilla la poli la última vez? — dije y ella me mató con los ojos, Marcos, que estaba al lado nuestra se giró con los ojos como platos y yo miré a Julia arrepentida.

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