XI. Soshiro Hoshina

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Su respiración está agitada consecuencia de una larga batalla frente a diferentes kaijus. Era otra victoria para la tercera división.

No obstante, su sensación de gloria se desvanece cuando Okonogi informa de la salud crítica de algunos soldados y una teniente.

— ¡Rápido, escuadrón de primeros auxilios, la teniente (nombre) cuanta con signos vitales críticos!

Hoshina se detiene por unos segundos.

— Hoshina al habla. ¿Donde se encuentra la teniente? —aunque trata de que su voz salga con normalidad una vieja amiga como Okonogi nota el titubeo de su voz.

— Al noreste, al lado de la comisaría del distrito. ¡Vice capitán, esa zona es inestable por favor no haga ninguna locura!

No obstante, Soshiro no escucha.

— Hoshina, el tipo de kaiju al cual se enfrentó (nombre) es uno tóxico a expulsado esporas por todo el área, incluso con la máscara es un suicidio adentrarse a la zona —ahora habla su capitana.

— Lo entiendo. Pero aún así voy a ir a su lado. Mi prometida está en peligro, no espere que me quede de brazos cruzados capitana.

— Confía en el escuadrón de rescate —fue lo último que dijo Mina.

Al llegar el lugar y ver el terreno despavorido le provocó un escalofrío que recorrió toda su columna vertebral. Pese a que noto una gran nube de color turbio posada sobre la ciudad estaba dispuesto a adentrarse dentro de ella, sin embargo se frena al ser sujetado por una débil fuerza.

— Ni siquiera fuiste capaz de sentir mi presencia, ¿que tal si hubiera sido un kaiju? —logras pronunciar apenas.

Hoshina voltea rápidamente para verte, y lo que ve le roba el aliento. Su vista te recorre de pies a cabeza, estás bañada en sangre debido a las múltiples heridas abiertas que tienes y no siendo suficiente tienes manchas moradas que te cubren de todo el cuerpo. Nota también que tu brazo está perforado.

Sabe que has perdido una gran cantidad de sangre. Y sabe que lo peor puede suceder. Entonces te toma de brazos y está dispuesto a llevar junto con los médicos en ese instante.

— Hoshina. No, aún hay civiles que rescatar —lo tomas de los hombros para que te mire.

—¡(nombre), mira tu estado!

— Lo sé, es lamentable —sueltas una débil risa que solo altera a tu novio.

— ¡Como puedes bromear en una situación así!

— Hoshina, desde el momento en que me uní a la tercera división estaba mentalizada a esto —murmuras con una voz apenas audible.

Poco a poco tus fuerzas se desvanecen. Y el solo te aprieta contra él.

— No seas tonta. Vas a vivir no tengo planes de enviudar sin haberme casado —el tono tan serio en que lo dice dibuja una sonrisa en tu rostro.

Antes de que cierres los ojos observas tu dedo anular, notando que tu anillo aún se encuentra ahí.

Las lágrimas inundan tus ojos. «No quiero morir, no cuando estoy en el mejor momento de mi vida» piensas.

Fueron tan solo minutos los que se demoro Hoshina, pero para ti fueron mucho más que ello.

Al llegar a la base, los médicos inmediatamente se hicieron cargo de ti. Hoshina permaneció a tu lado, negándose a dejarte sola. Los médicos trabajaban frenéticamente, y cada segundo parecía una eternidad.

Finalmente, uno de los médicos se acercó a tu novio.

—Vice capitán, hemos logrado estabilizarla, pero necesita cirugía inmediata. Hay esperanza, pero será un camino largo.

Hoshina asintió, su rostro un reflejo de la mezcla de alivio y preocupación que sentía. Se inclinó sobre ti y te susurró al oído: —Lucha, (nombre). Te necesito. Te amo.

Tú con una fuerza que apenas parecía posible en tu estado, apretaste ligeramente la mano de Hoshina.

—Yo también te amo —murmuraste antes de ser llevada al quirófano.

Horas más tarde, Hoshina estaba sentado en la sala de espera, agotado pero aferrado a la esperanza.

— Hombre, creo que es la primera vez que te veo en este estado —suelta Mina, quien le estaba haciendo compañía— (nombre) es fuerte, estoy segura que podrá salir de esta —busca dar consuelo.

Él suelta un suspiro escandaloso.

Se gira para ver a su superior por unos breves instantes y cuando está apunto de hablar el médico encargado de la cirugía sale.

— Hemos logrado estabilizar a la paciente (nombre). Aún estará en cuidados intensivos durante las próximas horas, pero puedo asegurarles que está fuera de peligro.

— ¿Puedo entrar a verla? Soy su novio.

— Por el momento necesita descansar. Le recomiendo que descanse y cuando recupere fuerzas venga a verla.

Hoshina asiente y se desploma en el asiento. Soltando a la par un sonoro suspiro.

—Mierda por un momento temí lo peor. Llevamos tanto tiempo juntos que una vida sin ella se ve tan irreal —comenta con una voz titubeante mientras sus manos se posan sobre su rostro.

— Si que eres un hombre comprometido —Mina le da leves palmadas de consuelo.

(...)

A pasado un tiempo desde aquello, aunque no lo suficiente como para que te den de alta, pero si para salir de cuidados intensivos.

En la que va del día acabas de recibir a mil familiares, algunos que no ves en años. Tu situación preocupó a toda tu familia. Sin embargo, la persona que más ansias ver aún no llega y el tiempo de visitas está a punto de acabar.

Observas el reloj con desespero. ¿Enserio no iba a venir?

Todas tus esperanzas mueren cuando tu enfermera anuncia que el tiempo de las visitas terminó.

De lo poco que queda de la tarde solo te limitarás a ver la tonta televisión del cuarto.

Sin embargo, la puerta es abierta y sin ni siquiera voltear reconoces de quien se trata.

Tomas tu almohada y se lo arrojas, con ligereza el la toma.

— Vaya forma de recibir a tu esposo.

Tú te sonrojas mientras frunces tus labios avergonzada.

— Todavía no nos casamos, idiota. ¿Porque no viniste a verme más temprano?

Tu pregunta no tiene respuesta ya que el te rodea con sus brazos y te pega a él en un cálido abrazo. Ocultando su rostro cerca de tu cuello.

Tú aún queriendo una explicación ibas a protestar.

Pero en tu cuello sientes una ligera humedad y a tu oído llegan unos apenas audible sollozos junto a unas palabras de agradecimiento.

Sabes lo mucho que lo preocupaste y eso estruja tu corazón.

Finalmente le devuelves el abrazo tratando de aliviar sus preocupaciones.









Este iba a ser una reacción a tu muerte, pero al final Hoshina se llevo toda mi inspiración.

Pido perdón por desaparecer.

𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗠𝗘 𝗕𝗔𝗖𝗞 ;; Kaiju no 8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora