I. Kafka Hibino

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— ¡Buenas días! — Kafka saluda mientras entra a la cocina.

Al entrar al cuarto se encuentra con su esposa terminando de servir el almuerzo de ambos en los respectivos tapers. (nombre), suelta una sonrisa al oír a su marido.

Kafka se acerca a ella para darle un abrazo así como también le da un beso en su coronilla. Dicho acto la coloca nerviosa y lo demuestra soltando una risa nerviosa.

Entonces cuando el se aleja recuerda lo que tenía planeado decirle.

— Amor, hoy voy a llegar tarde tengo que hacer horas extras en la oficina.

— Está bien, linda. De todas maneras hoy junto con los chicos íbamos a tomar unas cuantas cervezas.

Ella hace un puchero al escuchar aquello.

— No bebas mucho, sabes que odio cuando apestas a alcohol.

Kafka se queja.

— Ándale, amor tu esposito quiere divertirse. ¡Mira! ¿Que te parece si te traigo tus alitas favoritas? — (Nombre) lo piensa.

Kafka junta sus manos en forma de suplica.

— Está bien, pero conste que espero mis alitas acevichadas al llegar a casa — (nombre) lo apunta acusatoriamente.

Hibino pega un pequeño salto en señal de victoria. Entonces se vuelve a acercar para llenarle de besos su rostro entero.

— Lo que mi esposita mande.

(nombre) toma con cuidado su rostro para darle un beso corto, pero lindo.

— Me tengo que ir, por favor cuídate — por alguna extraña razón ella tenía un mal presentimiento.

— Tu también, amor. — entonces ella se retiró el delantal tomó su almuerzo y se marchó a su trabajo.

Hibino solo la observa irse, para luego preparar su desayuno, pero se da cuenta que frente a él hay un plato de waffles con algo de miel y frutas. Ese acto lo emociona, la vida de casados era tan genial. Inconscientemente suelta un suspiro embobado.

Kafka y (nombre) se conocieron por primera vez hace siete años gracias a algunos amigos. (nombre) quedó encantada con la gran persona que era Kafka que se propuso hacerlo entrar a su vida. Y así empezó, todo como una simple amistad, pero pronto sin pensarlo Kafka fue cautivando a la joven oficinista.

Aunque en un principio Hibino descartó la idea de que ella estuviera enamorada de él, quizás acomplejándose de la vida que tenía. A diferencia de ella no contaba con una carrera y solo era un simple limpiador de kaiju a tiempo completo. Sin embargo, (nombre) no se andaba con rodeos y fue directa con sus sentimientos.

Era todo o nada.

Fue así que después de dos años de conocerse empezaron a salir y hace apenas nueve meses habían decidido contraer nupcias, por lo que aún pueden decir que se encuentran en su luna de miel.

Viven en una pequeña casa que con sus ahorros lograron comprar, aunque no se trataba de una mansión era perfecta para tres personas, ya saben por si en un futuro se viene su primer hijo.

𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗠𝗘 𝗕𝗔𝗖𝗞 ;; Kaiju no 8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora