Ohm Thitiwat, una vez en el box, se bajó del coche con la adrenalina recorriéndole todavía las venas por la emoción de la carrera.
Solo había sido una carrera de exhibición por un motivo benéfico, se recordó a sí mismo mientras lo rodeaba una multitud ruidosa.
Se quitó el casco y dejó al descubierto el pelo moreno y despeinado y unos ojos tan verdes como esmeraldas. Se oyó el habitual murmullo de las personas, los fotógrafos dispararon sus cámaras, los periodistas le hicieron preguntas y un montón de mujeres hermosas intentaron acercarse a él, pero todo eso era lo normal en el mundo que vivía. No obstante, no hizo caso y fue a saludar al ganador de la carrera y vigente campeón del mundo.
– ¡Me lo has puesto difícil para llevar tantos años sin pilotar! – reconoció Dirk. – A lo mejor deberías seguir corriendo y dejar de hacer cuentas detrás de una mesa.
– Ni hablar, Ohm es un genio de los negocios – intervino una guapa morena mientras lo rodeaba con los brazos antes de que él pudiera hacer algo. – Gracias por participar en el último momento cuando me falló Stefan. Ya sabes cuánto te lo agradezco...
– Kat...
Ohm frunció el ceño cuando se dio cuenta de que, probablemente, ya los habrían fotografiado como a una pareja, pero no eran una pareja por mucho que la prensa y sus familias quisieran que lo fuesen solo porque eran jóvenes y muy ricos y estaban solteros.
Se apartó de ella con una sonrisa. Kat le caía bien, siempre le había caído bien, pero su padre iba a llevarse una desilusión si todavía esperaba que se casaran para que así se unieran sus inmensos imperios empresariales. Desgraciadamente, las fotos solo conseguirían que se hiciera falsas esperanzas.
– Vamos a beber algo – Kat lo agarró de la cintura. – Te agradezco de verdad que hayas venido aunque te lo dijera con tan poca antelación.
– Era por una buena causa y eres una buena amiga...
– Una amiga que podría ser algo más – susurró Kat.
– Me he divertido con la carrera – comentó Ohm para pasar por alto lo que le había dicho ella.
Al fin y al cabo, no había una manera amable de decirle por qué estaba perdiendo el tiempo al perseguirle y sería una hipocresía decírselo con la fama de Playboy que tenía. Todavía recordaba con agrado lo desenfrenada que era Kat cuando eran más jóvenes, pero seguía sin querer casarse con una mujer que se había acostado con casi todos sus amigos. Era un doble rasero, pero no podía evitarlo.
En cualquier caso, no quería casarse con nadie ni estaba preparado para tener los nietos que
Heracles Thitiwat, su padre, ansiaba tanto. Ohm sabía mejor que nadie que ser padre era como un campo de minas, porque su infancia había sido muy infeliz y había estado llena de cambios y dramas sentimentales constantes.Sus padres se habían divorciado cuando él era muy pequeño y su padre se había olvidado prácticamente de la existencia de su hijo menor durante los siguientes veinticinco años.
Argo, el hijo mayor de Heracles, había nacido de su primer matrimonio. Al quedar viudo, se había casado otra vez, precipitadamente, y nunca le había perdonado a su segunda esposa, a la madre de Ohm, su infidelidad.Él había pagado el precio de la aventura extramatrimonial de su madre de más de una manera. No había tenido dónde refugiarse de las repercusiones por las relaciones rotas de su madre y no había tenido respaldo paternal. Había sobrellevado solo los divorcios de su madre, sus intentos de suicidio y sus entradas y salidas de centros de rehabilitación.
Uno de sus primeros recuerdos era haberse escondido en un armario cuando su madre tuvo un arrebato inducido por las drogas. Debía de tener unos tres años, pero ya sabía que lo patearía y le daría un puñetazo si lo encontraba antes de que se le hubiese pasado la furia. Su madre era una impresionante estrella del cine adorada en público y un monstruo ofuscado por las drogas de puertas para adentro. Su padre lo había dejado en manos de esa mujer cuando era un niño indefenso.
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El dueño de su corazón
FanfictionTras una impetuosa aventura, el multimillonario griego Ohm Thitiwat dejó desolado y embarazado a Fluke Natouch, aunque él no lo sabía. En ese momento, él estaba decidido a llevar una vida nueva con su hijita, pero cuando Ohm volvió a irrumpir en su...