— Ibas a hablarme de tus padres adoptivos – le recordó Ohm tres semanas más tarde, mientras paseaban con Bella por una playa desierta.
– ¿De verdad? Eran buenas personas. Yo tenía nueve años y tuve mucha suerte de encontrar una casa a esa edad.
– Me imagino que serías un niño muy guapo y que eso ayudaría.
Fluke se encogió de hombros y recordó ese período de tres años en el que había formado parte de una familia.
– Eran muy estudiosos. Cuando me adoptaron, les avisaron de que me había retrasado en el colegio y contrataron profesores particulares para cada asignatura.
– Un poco impacientes, ¿no? – preguntó Ohm con el ceño fruncido.
– No, intentaban ayudarme, pero me metieron mucha presión. Yo intentaba por todos los medios ser lo que ellos querían que fuera, pero suspendí un examen muy importante para entrar en el colegio que ellos querían y se sintieron decepcionados de verdad. Creo que no era el niño indicado para ellos – reconoció Fluke en tono apesadumbrado, – pero cuando murieron en el accidente de coche, todo terminó y volví al sistema de acogida porque ninguno de sus familiares me consideraba parte de la familia. Al final, te guste o no, la sangre cuenta.
– Es verdad.
Ohm pensó en Argo, su difunto hermano, un joven bondadoso que, visto retrospectivamente, era muy distinto a Heracles y a él.
Bella soltó la mano de su padre y tiró de los vaqueros de Ohm para que la tomara en brazos. Él la levantó por los aires y ella se rio antes de apoyar la cabeza en su hombro desnudo. Fluke pensó que se trataban con tanta naturalidad que parecía imposible que se hubiesen conocido hacía un mes. Ohm y Fluke no habían aguantado ni una semana en la isla sin Bella. Fluke no se había separado nunca de su hija y una semana era demasiado tiempo, e innecesario, cuando había una niñera entre los empleados de la casa. Los jardines eran impresionantes, pero Ohm y él habían pasado mucho más tiempo en la playa.
A Fluke, aunque no sabía nadar, le gustaba chapotear en la orilla. Nunca había tenido la ocasión y no le gustaba la idea de confiar su cuerpo a una piscina o al mar, pero Ohm había insistido en que tenía que aprender a nadar por una cuestión de seguridad. En vista de lo cual, había empezado a tener clases con Ohm, algo que había resultado igual de irritante para los dos, para Ohm porque era impaciente por naturaleza y para él porque era nervioso.
Habían aprendido muchas cosas el uno del otro durante las tres últimas semanas. Ohm era diurno y Fluke era noctámbulo. Habían pasado diez días maravillosos navegando por el Mediterráneo en el Sea Queen, el yate de su padre. Habían desembarcado en distintas islas para ver el paisaje, comer en restaurantes y hacer compras. A Fluke le encantaba bailar y habían pasado algunas noches hasta las tantas en distintos clubs. Él le había comprado montones de ropa en tiendas de moda de Creta y Mykonos y había llevado a un joyero hasta Tifnos para que eligiera lo que a él le parecía lo más elemental. En ese momento, llevaba un reloj de oro en la muñeca y un aro, también de oro, en la oreja izquierda. También tenía un colgante, una pulsera y un pendiente de diamantes, lo que él había llamado un regalo de boda atrasado. Además, el cuarto de Bella estaba repleto de juguetes, ropa y libros para colorear a juego con los muebles de diseño.
En realidad, Fluke creía que ya tenía todo lo que había querido en su vida o había soñado tener. Ohm les había mimado a los dos. Era maravilloso con Bella, tenía una paciencia con ella como no la tenía con nadie. Estaba haciendo un esfuerzo enorme para ser un buen padre y Fluke lo apreciaba cuando muchos de sus amigos, hombres sofisticados a los que había conocido en los clubs, donde también le conocían muy bien a él, todavía no habían sentado la cabeza. Ohm, para ser un hombre que no había querido casarse, estaba adaptándose muy bien a la vida familiar.
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El dueño de su corazón
Fiksi PenggemarTras una impetuosa aventura, el multimillonario griego Ohm Thitiwat dejó desolado y embarazado a Fluke Natouch, aunque él no lo sabía. En ese momento, él estaba decidido a llevar una vida nueva con su hijita, pero cuando Ohm volvió a irrumpir en su...