Capítulo 07

736 95 7
                                    

Ya solo faltaba un mes para su graduación, el tiempo pasaba de volada y de eso no cabía duda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ya solo faltaba un mes para su graduación, el tiempo pasaba de volada y de eso no cabía duda.

Danielle se encontraba acostada viendo una película en espera de su omega, quien tuvo que ir a la universidad por unas cosas.

Y le había avisado que ese día se iba a quedar en el departamento de Danielle, por ello la alfa se puso a arreglar las cosas que según ella tenía desordenadas.

El sueño le estaba ganando, o mejor dicho se dejó vencer por el sueño, y cayó dormida con la película pasando a segundo plano.

Haerin se encontraba con lágrimas por todo su rostro, ella había llegado como hace una hora a la casa de su alfa pero no la quiso despertar, pues lucía muy cómoda descansando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Haerin se encontraba con lágrimas por todo su rostro, ella había llegado como hace una hora a la casa de su alfa pero no la quiso despertar, pues lucía muy cómoda descansando.

La omega pasó su mano para eliminar sus lágrimas, estaba sollozando bajito para no alarmar a la mayor.

Se empezó a calmar cuando estaba aspirando el aroma de su alfa. Ahora estaba acostada prácticamente arriba de ella, ya que la mitad de su cuerpo estaba arriba de Danielle y su cabeza escondida entre su hombro y cuello.

Marsh se empezó a despertar por las cosquillas que sentía debido a la respiración de Haerin, quien se separó un poco para verla y la alfa vio el rostro de su omega con lágrimas. Rápidamente se acomodó, quedando sentada con su espalda recargada en el respaldo de su cama.

—¿Qué pasa? —pregunto preocupada—. ¿Por qué lloras, Rin?

—Eres una tonta alfa —comentó de la nada—. Una muy tonta.

Danielle era una alfa muy pero muy mimada por su omega, y que le dijera esas palabras le dolía.

—¿Por qué lo dices? —preguntó con sus ojos llorosos.

—¡Lo siento, lo siento! Es mi culpa, no la tuya, pero yo... —no pudo terminar porque sus sollozos se hicieron más fuertes.

—Omega, necesito que te calmes y me cuentes qué pasa —pidió Danielle, abrazándola contra su pecho.

Haerin empezó a tranquilizarse unos minutos gracias a que la australiana empezó a soltar su aroma.

—Si tú quieres dejarme, lo voy a comprender, Dani —soltó de repente.

Danielle separó a Haerin de su pecho para verla a los ojos.

—¿Por que tendría que dejarte, amor? —cuestionó más confundida.

—Es que arruiné uno de nuestros planes a futuro...

Danielle se quedó pensando en todos sus planes, y uno de ellos era que iban a tener a su primer bebé después de un año de la marca que le haría después de que se graduaran.

—¿Cuál de todos, amor? —preguntó para confirmar sus sospechas.

—El de tener un bebé —contestó en voz baja—. Yo te juro que sí me cuidé y no entiendo qué pasó...

—Amor —la llamó para después sostener las mejillas de Haerin—. Está bien, pero tienes que tener esto claro —tomó un bocado de aire. Haerin se quedó viendo a Danielle, y se estaba preguntando dónde estaba esa carita de su tierna alfa, ahora la mirada de Danielle no tenía nada de esos brillantes ojos y su mirada era más intimidante—. Las dos nos tenemos que cuidar, no solo eres tú la persona que tiene que hacerlo —empezó a explicar—. Para tener relaciones se necesitan dos personas, no una, además si tú no quieres tenerlo yo te voy apoyar, ¿sabes por qué? —Kang negó—, porque tú eres la que va a cargar un bebé por nueve meses, va a tener cambios de humor y sobre todo antojos por las madrugadas.

Haerin en ese momento era un mar de lágrimas.

—Si yo quiero tener al bebé, ¿tú vas a cumplir todos mis antojos y vas a aguantar mis cambios de humor? —murmuró abrazándola.

—Claro que sí, además voy a intentar ser una mejor alfa y una buena mamá —comentó con una sonrisa.

Haerin se lanzó a darle besos por todo el rostro de Danielle y a dejar picos en sus labios.

—¡Vamos a ser madres, Dani! —exclamó tiempo después, con la penita esfumada y ahora muy emocionada.

—Y vamos a ser las mejores mamás, Rin —respondió Danielle con una hermosa sonrisa.

—Y vamos a ser las mejores mamás, Rin —respondió Danielle con una hermosa sonrisa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Gracias por leer!
🐋

TIERNA ALFA, daerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora