Había pasado el tiempo, Haerin ya tenía dos meses y dos semanas, y sus cambios de humor eran muy notorios. A veces estaba feliz y al segundo triste o enojada.
Se enojaba cuando algo no le salía o le quedaba bien, se podía sentir triste cuando Danielle se iba a trabajar o cuando no recibía besos por parte de la alfa, y estaba feliz cuando estaba junto a Danielle y recibía mimos de su parte.
—Hae, ¿no hay algo de almuerzo? —preguntó Danielle, quien ahora estaba comiendo unas galletas.
—No, Dani—respondió parándose de su lugar—. ¿Quieres que te cocine algo? —preguntó acercándose a la mayor.
—No, no —respondió—. ¿Quieres ir de compras? —cuestionó dejando las galletas en la mesa.
—Estaría bien, pero ¿podremos comprarme algo de ropa para mí también? Es que ya no me quedan mis pantalones —dijo emocionada.
—Claro que sí, mi amor —dicho eso se fueron a cambiar.
—Dani es una tonta —dijo una omega de cinco meses de embarazo para sí misma.
Oh, la omega embarazada estaba muy pero muy enojada. ¿La razón? Danielle tenía más de veinte minutos de retraso, ella ya tenía que estar ahí, con ella, acostada a su lado y dándole mimos y muchos pero muchos besitos.
—¡Bebé, ya llegué! —Marsh gritó desde la planta de abajo.
Haerin se dio la vuelta, dándole la espalda a la puerta, ella no quería ver a su alfa.
—¿Bebé? —entró a la habitación—. Amor, te estoy hablando.
—No quiero hablar con alguien que no puede llegar a tiempo —comentó con un puchero.
Danielle quedó de cuclillas a su lado y acarició su mejilla.
—Lo siento por haber llegado tarde, bebé. Es que me distraje porque vi una tienda de bebés y encontré un trajecito y me gustó, mira —le enseñó la prenda.
Haerin vio el trajecito y le pidió ayuda para sentarse en la cama, ya sin su actitud de gatito refunfuñón.
—Es muy bonito, ¡me encanta! —lo agarró—. Dani, para cuando vayamos otra vez al hospital para ver cómo está nuestro bebé, ¿podríamos preguntarle al doctor qué es, si niña o niño? —formó un puchero.
—¿Pero no me dijiste que no querías saber hasta que naciera? —preguntó algo divertida.
—Sí, pero yo quiero decorar ya el cuarto, por favoooooor —le hizo ojitos.
—Está bien, cuando vayamos le preguntaremos —rió y le dio un beso en los labios, seguido de otro en el vientre ya más grande de Haerin.
Danielle y Haerin estaban muy felices; se habían enterado que iban a tener dos hijos, una niña y un niño. ¿Cómo se habían enterado después de meses? Era muy fácil, el niño estaba escondido detrás de su hermana.
Haerin lloró mucho cuando se enteró que iban a ser mellizos.
En estos momentos Haerin se encontraba viendo cosas por una página web, ya que Danielle se encontraba trabajando. Ella se encargaba de ver las cosas que iban a ir en la habitación de sus hijos y cuando llegaba Danielle le preguntaba si le gustaba y luego elegían las dos juntas.
Solo faltaban dos meses para que sus pequeños cachorros nacieran.
Si alguien le preguntaba si estaba feliz, ella no dudaría en decir que sí.
El cuarto de sus pequeñitos ya estaba listo, y eso la tenía con el corazón inflado. Además, su Dani la trataba como una reina, la consentía, la mimaba y le daba muchos besitos.
Lo único que le faltaba para ser completamente feliz era que su niña y su niño nacieran.
Fin
¡Gracias por leer!
🐋
ESTÁS LEYENDO
TIERNA ALFA, daerin
RomanceTA | Haerin es una omega que cuida mucho de su alfa, pues sabe que ella es un poco sensible. Su alfa es cariñosa, le gusta que le den mimos y también que Haerin le dé su leche. Habían muchos rumores sobre que esa relación no funcionaba o que termina...