Capítulo 02

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Haerin se encontraba esperando a que Danielle saliera de su departamento, no quiso subir ella también ya que estaba un poco cansada

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Haerin se encontraba esperando a que Danielle saliera de su departamento, no quiso subir ella también ya que estaba un poco cansada.

Además, se encontraba muy molesta, su alfa no le había contado muchas cosas, o mejor dicho, se las estaba guardando para ella sola.

Cuando Danielle volvió a entrar a su carro se inclinó para dejar un beso en los labios de la menor, pero esta se apartó.

Hizo una mueca y soltó un suspiro, Haerin estaba de mala gana y eso lo tenía claro.

Ya había pasado una vez esto y ellas lo habían hablado en esa oportunidad.

—Hae, no te preocupes, todo está bien —comentó tranquila.

—No es cierto, nada está bien —se cruzó de brazos y miró hacia la ventana—. Mentirosa.

Soltando un suspiro pesado, Marsh manejó hacia el departamento de Haerin.

Sabía que su omega no hablaría con ella y menos manejando.

Después de una media hora llegaron al hogar de la coreana, Danielle se dirigió al cuarto a dejar sus pertenencias

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Después de una media hora llegaron al hogar de la coreana, Danielle se dirigió al cuarto a dejar sus pertenencias.

La omega por mientras caminaba a la cocina viendo qué podían comer.

—Rin, ¿podemos hablar? —fue lo que dijo una vez llegó a su lado.

—Sí, y esta conversación sí va para largo —habló con su ceño fruncido.

Marsh solo asintió y las dos salieron de la cocina para sentarse en la sala del departamento.

—Te escucho, alfa —dijo Haerin, sentándose en el regazo de su novia aunque estuviera enojada.

—¿Qué quieres escuchar? —preguntó con burla.

—Tú bien sabes qué quiero escuchar —la fulminó con la mirada.

—Mira, lo que pasó hoy no es nada —le restó importancia.

—Claro que sí es algo, ese tonto estaba diciendo cosas feas de ti y no me habías contado —bufó con un puchero.

—Bebé, sé que estuvo mal no decirte, pero también sé que lo que dicen de mí te afecta más a ti que a mí misma —arrugó la boca.

Haerin dejó un beso en su nariz.

—Alfa, pero quedamos que nos íbamos a contar todo y más si se trata de que están hablando de nuestra relación. Y no me gusta que hablen cosas de mi alfa.

Danielle soltó una risita y dejó muchos besos por el rostro de la menor para distraerla.

—Sabes que te quiero mucho, omega.

—Claro, alfa, como yo te quiero a ti —le regaló una hermosa sonrisa, más tranquila.

—¿Qué quieres hacer ahora? —cambió de tema.

—¿Y si cocinamos algo? —propuso con emoción.

Danielle asintió con entusiasmo, porque sabía que cada que cocinaban juntas todo terminaba en caos. Por esa razón mayormente era ella quien se encargaba de cocinar.

Aunque también le gustaba pasar momentos así con su omega y disfrutar cada minuto que pudiera estar con ella.

Aunque también le gustaba pasar momentos así con su omega y disfrutar cada minuto que pudiera estar con ella

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TIERNA ALFA, daerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora