Capítulo 10

34 4 0
                                    

"El regreso del demonio (Parte 2)¨


Quackity pov:

Estaba sentado en la ventana, esperando a que Samantha volviera con los rescatistas para por fin irnos. Ya no aguantaba un segundo más de esto, sentía que iba a enloquecer.

Pero algo andaba mal. Al menos eso era lo que yo sentía.

No sabía qué era, pero tampoco es que me importara saberlo. Ya nos han pasado tantas cosas malas como para agregar algo peor de lo que nos sucede.

En lo que esperaba, pensaba en Roier de nuevo. En qué será ahora de la casa en la que vivíamos.

Y ahí iba de nuevo, mis lágrimas bajando por mis mejillas de forma lenta de tan solo recordar a la persona que más apreciaba en este mundo de mierda. 

¿Por qué?

¿Por qué todas las personas que quiero mueren? ¿Qué hice para acabar así? ¿Por qué...?

El sonido de la puerta me hizo parar de llorar y me bajé de la ventana para ir hacia la puerta. La abrí y vi a Samantha sana y sin ningún rasguño.

―¡Samantha! ¿Estás bien, verdad? ¿No tienes ninguna herida? ―igualmente, le pregunté por las dudas.

―No tengo ninguna herida, no te preocupes. ―me sonrió. ―Pero tengo que hablar contigo.

Alguien muy alto salió de la nada, literalmente, de la nada. Se veía que era un chico, él empujó a Samantha hacia un lado y se puso en frente mío.

―Es un gusto verte de nuevo, Alex. 

Escalofríos recorrieron todo mi cuerpo al escuchar su voz y verlo nuevamente. No puede ser... él estaba aquí... ¿qué hacía en mi escuela? Si el lugar donde él vivía era lejos, ¿por qué estaba aquí?

―¿Qué haces aquí? ―le pregunté con la voz temblorosa.

¿Por qué cuando ya superé todo eso tiene que volver?

―Tú y esta tarada tienen mucho en común. Hace rato también preguntó lo mismo, y pues yo creo que es obvio que vine a sobrevivir. Como todos los demás que están aquí. 

Al terminar de decir eso, me empujó para que pudiera pasar y vio todo a su alrededor como si estuviera escaneando cada parte y mueble que teníamos dentro. 

Luego se volteó a ver a los chicos, también escaneando a cada uno con la mirada, y sonrió.

―¿Estos son tus amigos? ―cuestionó aún mirándolos.

―Sí, son mis amigos... así que no te permitiré lastimarlos. ―me puse delante suyo. ―Lárgate, Dylan. No quiero volver a verte nunca más.

―¿En serio? ―preguntó sarcástico. Como él era un poco más alto que yo, se inclinó y me miró a los ojos directamente, sin apartar la mirada. ―Porque a mí no me importa en lo más mínimo. Aunque no me importe, me iré porque aquí no hay nada y la verdad es que no creo poder aguantarte hasta salir por completo de este lugar. 

―¿Y qué esperas? Lárgate.

―Has cambiado mucho, Alex. Sigue así, porque igualmente volveré. Y tal vez la próxima venga con mi propia gente. Gente que conoces a la perfección.―advirtió y se fue de ahí de lo más tranquilo.

― ¡! ―

Ya habían pasado las horas desde que Quackity tuvo que enfrentar al causante de todos sus traumas en su antiguo colegio.

No lo iba a negar, en realidad había recordado muchas cosas. Como por ejemplo, la primera vez que Dylan y sus amigos se le acercaron parar golpearlo en el baño de su escuela, donde lo dejaron todo un desastre.

Cosas como esa y más le llegaron a la mente cuando lo vio después de 1 año.

―¿Estás bien? ―le preguntó Carre, que venía algo preocupado por su amigo desde lo que había pasado más temprano. 

Quería preguntarle quién era ese tipo que era tan alto. Pero no le preguntó nada para no incomodarlo, si Quackity quisiera decírselo él lo escucharía. Sin embargo, no le obligaría a decirle algo que tal vez sea muy personal y delicado.

―Estoy bien, solo un poco angustiado por lo que dijo Dylan cuando estaba por irse.

―Dylan es el nombre del pibe este, ¿no? 

―Sí. En realidad, él es una persona que me lastimó mucho tanto físicamente como psicológicamente.

―Si querés me podés contar, yo no te voy a juzgar, solo desahógate. ―le aseguró.

Quackity confiado le contó todo lo que le había pasado hace dos años, todo lo que él y Rivers tuvieron que pasar por su culpa.

Carre solo lo escuchaba. En ciertos momentos, a Quackity se le entrecortaba la voz y comenzaba a soltar pequeñas lágrimas que él mismo limpiaba. Y Carre se había dado cuenta de que todos siempre tenemos un pasado que queremos olvidar.

Pero el hecho de querer olvidarte de algo, es lo mismo que concentrarte en ello.

Después de unos minutos, Quackity había terminado de hablar, sintiéndose un poco más aliviado.

Carre lo veía con nostalgia, preguntándose cómo hizo su amigo para poder salir adelante después de todo eso. Porque siendo sincero, él no lo soportaría.

―Amigo, ¿te puedo abrazar?

El otro asintió con la cabeza, para luego sentir un brazos cálidos rodearlo en un lindo y amistoso abrazo. Quackity no evitó soltar algunas lágrimas de felicidad. Por fin había recibido una muestra de afecto que lo sentía bonito y nada malicioso.

―Estoy muy orgulloso de vos, me alegra saber que saliste adelante y no te rendiste. Eso es lo más admirable que he visto en mi vida. No olvides que te queremos y que nos tenés a todos nosotros para cualquier cosa. ―apoyó su amigo. Aún abrazándolo.


― ¿? ―

―Ya llegué. ―saludó Dylan. Entrando a un lugar desconocido, que parecía un salón de clases pero con varios bolsas de plástico cubriendo las ventanas como si fueran cortinas.

―Hasta que por fin vienes. ―dijo una voz femenina. ―Estábamos intentando encontrar una forma de salir sin ser vistos y que los humanos y tú salgan con vida. 

―¿Por qué nos llamas "humanos"? Es tan raro. ―puso una cara de disgusto. ―Además, ya no será necesario buscar una salida. Ya sé quiénes pueden darnos una sin que lo sepan. Pero tendríamos que usar a alguien para que vaya como espía.

Se quedaron viendo unos segundos, pensando en alguien que pueda ir. Necesariamente tendría que ser un infectado y alguien que no tenga el virus.

―Roier, ¿tú y tu amigo podrían ir a sacarle información a tu grupo? ―preguntó Dylan con una sonrisa maliciosa.


_______

Infectados: 1

Sobrevivientes: ¿?

No mires atrás | StreamersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora