Secreto de Familia [Cillian Murphy]

Capitulo IX

"Un día a la vez y un día menos"
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Nadie odiaba la rutina más que Cillian Murphy, cuya vida caía en la monotonía a pesar de tener uno de los bufetes de abogados más importantes de los Ángeles, ser un hombre exitoso y de renombre socialmente, que, además, tenía un largo y envidiable matrimonio con una mujer que lo amaba con locura y lo apoyaba incondicionalmente. Él lo tenía todo y aun así no era feliz, por qué no lo comprendía y sinceramente, ya llevaba algunos años con esta crisis.

No le veía el sentido a nada y sentía que iba sin rumbo por la vida. Si dejaba atrás todo aquello que ya le molestaba, de cualquier forma, no sabría que más buscar ¿Qué era lo que quería? no lo tuvo claro y eso era aún más jodido. Eso fue así hasta aquel día, en que ese sueño con Melody Beckham le cambio la visión y que si bien era algo perturbador al menos resulto una distracción de su vida monótona y aburrida.

La conocía desde pequeña y desde el momento en que la conocía, cuando la tomo en brazos por primera vez supo que le tendría un cariño incondicional. Pero ahora, la hija de su mejor amigo le despertaba cosas muy diferentes, desde ese primer beso, su primer encuentro, Cillian sintió que ahora, después de tanto tiempo, algo le hacía sentir vivo.

Su aventura su vida cambió por completo, nunca pensó que podría necesitar tanto a alguien y a. Era curioso cómo funcionaba el tiempo, cuando no estaba a su lado y solo podía pensar en ella cada minuto del día parecía una eternidad, pero sus encuentros, las horas a su lado, se le escapaban como agua entre los dedos.

La adoraba completamente, estar con ella había sido su salvación de una vida aburrida y sin sabor. Estar a su lado era su escape, y se sentía el hombre con más suerte en el universo cada vez que estaban juntos, cuando la miraba, la besaba, cuando le hacía el amor. Ninguna mujer lo había complacido tanto como ella.

Conforme pasaban los días, sentía cada vez más fuerte la necesidad de verla, estar a su lado al menos un momento al día, y se tomaba las libertades necesarias para estar con su preciosa Melody.

Tal como sucedía ese viernes por la mañana. Cillian acababa de estacionar frente a la casa Beckham y se apresuró para entrar en el lugar, nadie le dio permiso de entrar o lo recibió en su llegada, pero él sabía que la joven lo estaba esperando en su habitación.

Cerró la puerta principal de la casa y se apresuró a subir las escaleras, sintiendo como ese sentimiento de adrenalina y excitación le recorría las venas. Ni siquiera tuvo que tocar, tan pronto como él estuvo frente a la puerta ésta se abrió mostrando a la joven Melody Beckham del otro lado en su habitación.

Usaba aún bata y sus shorts de pijama eran tan cortos que Cillian solo podía ver sus largas piernas. El cabello oscuro y ondulado le caía sobre los hombros en una onda que se hizo el día anterior. El mayor la observó hipnotizado, lo único que quería era lanzarse a follarla en ese mismo instante, pero la chica se adelantó tomándolo por la corbata atrayéndolo para besarlo. Sus manos pequeñas se le enredaron en el cabello del mayor mientras él tomaba sus labios como si le fueran indispensables para vivir.