Capítulo VIII

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"Las consecuencias del no sentir"

"Las consecuencias del no sentir"

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Margaret Murphy tenía el don de la decoración muy bien desarrollado, había sido siempre, cualquier fiesta o reunión que ella organizara tendría el sello del buen gusto y podría asegurársele como un rotundo éxito y cualquiera que dijera lo contrario, estaría hablando desde la envidia.

A pesar de que el sueño de su vida fue ser madre y ese siempre fue el objetivo que le dio a su matrimonio, cuando tal espera se volvió tan larga y poco a poco menos esperanzadora, la mujer decidido dedicarse a la organización de eventos como algo más serio, un trabajo que pudiera distraerla de la dolorosa realidad de la su fracasada búsqueda de un hijo.

Ese era su método de defensa, llenar a su mente de pendientes para mantener fuera a aquellos pensamientos tormentosos, tal como lo hizo con su cena de cumpleaños, que logro distraerla del reciente distanciamiento de su esposo y sus actitudes cada vez más frías hacia ella que apuntaban a lo que tanto temía; el final de su matrimonio.

Bajo la tarea de querer olvidar, la cena de cumpleaños fue perfecta, al menos en cuanto al decoro y la organización, pue recibió una larga serie de felicitaciones al respecto, pero ninguno de los invitados pudo dejar de lado la escandalosa ausencia de su esposo en tal evento y más de uno cuestiono: " ¿Dónde está Cillian?" y ella, que sentía que una larga hilera de agujas se le clavaban en el corazón, respondía asegurando: "Estará por llegar".

Eso jamás sucedió, nunca apareció en el lugar, tampoco respondió ninguna de las llamadas y mensajes que recibió no solo de su esposa, sino de los Beckham y otros invitados más que notaron la profunda tristeza de la mujer en su sonrisa fingida.

Aun así, él jamás llegó y cuando la noche termino, las esperanzas de Margaret también se esfumaron y concluyó que, por primera vez, una de sus fiestas había sido un fracaso, pues en lugar de hacer olvidar, solo hizo que lo que dolía...doliera más.

Y trajo consigo la duda que le causó completo insomnio y muchos más pensamientos que no pudo dejar atrás ¿Había alguien más? ¿Alguien más le estaba arrebatando el tiempo y el amor de Cillian?

La mañana siguiente aun seguía cuestionándoselo mientras estaba sentada en la sala de estar con tonos marrones y grisáceos que ella misma eligió, tomando una copa de vino aun en bata cuando escucho el ruido de un auto estacionado en la entrada e instantes más tarde el ruido de unas llaves abriendo la puerta principal de la casa.

—¿Dónde estabas? — Pregunto su madre furiosa cuando Melody con cautela cruzo la puerta principal solo para encontrarse con lo que tanto quiso evitar, reclamos.

Nerviosa, la chica se quedó contra la puerta mientras la saliva pasaba duro por su garganta en lo que las palabras trataban de salir para darle respuesta.

—En casa de Malena— Su respuesta fue casi robótica, la había ensayado lo suficiente para minimizar los daños de su error.

—¿Estas segura de eso, Melody? — Cuestiono su madre totalmente furiosa, mucho más de lo que la joven esperaba encontrarla y eso sin duda, no ayudaba a sus nervios que ya la tenían sudando frio— Te llame un millón de veces, a ti y a Malena, tienes suerte de que no haya ido a buscarte. Así que te voy a dar la oportunidad de decirme la verdad ¿Dónde estabas? — A la castaña se le helo la sangre ante el severo tono de su madre.

Secreto de Familia [Cillian Murphy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora