『56』

440 66 10
                                    

Se retomaron las clases y durante toda la primera semana, Jiwoong paraba casi todos los días con Hao, era como si ambos hubieran escogido las mismas clases, cosa que confundió al pelinegro, ya que el mayor le había prometido que terminaría con él.

—¿Cómo se encuentra mi mejor amigo? —entró Gyuvin al salón tan feliz sentándose al lado de Hanbin como siempre, pero este no quitaba la vista del rubio quien estaba muy ocupado riendo de su novio

—¿Estás celoso cuando tu eres el amante?

—Baja la voz —le tapó la boca por inercia —están a un metro de distancia, nos pueden oír

—Ni que hubiera gritado

—De todas formas, silencio

Hanbin pasaba su tiempo observando a Hao en vez de atender la clase, incluso se sintió triste cuando este salió del salón junto a él a comprar.

Y como el castaño era consciente de la relación de estos, le contó lo que sentía con la esperanza de que este lo escuche, pero él parecía muy entretenido con su teléfono. Sonriéndole a la pantalla.

Le pareció raro ya que Gyuvin nunca lo usaba en clases, pero ahora eran todos los días sin falta. Hanbin ya sabía lo que se sentía ser ignorado.

—¿Con quién tanto hablas? —pero no hubo respuesta

...

Por suerte aquellas semanas de tortura para el pelinegro acabaron, y ahora Hao estaba solo las siguientes clases gracias a las prácticas intensivas de Jiwoong.

Ese día llegó y al verlo sólo aprovechó y se sentó a su lado, Gyuvin no podía molestarse ya que sólo paraba con su teléfono.

—Hola, bonito —susurró en el oído de este

—Me haces cosquillas —sonrió —¿cómo estás?, pensé que me estabas ignorando

—¿Ignorando yo? —frunció el ceño —tu eres el que estaba pasándola bien con Jiwoong

—Pero podías habernos interrumpido o algo...

—¿Hoy tienes algo que hacer? —preguntó —quería invitarte a salir

—Estoy disponible siempre para ti —sonrió

Justo el profesor llegó y a él le gustaba prestar atención, pero aún así, Hanbin le empezó a pasar notas para comunicarse mediante ellas, parecían niños de primaria.

Por la tarde, caminaron por toda la plaza, el día estaba soleado y perfecto para comer un helado, así que fueron a una heladería y el menor le pagó su favorito, el de frutos rojos.

Como lo había invitado a salir, esperaba pagarle todo lo que él quería, pero el dinero se le acabó rápido y le dio vergüenza ofrecerle más, pero cuándo el contrario se dio cuenta simplemente soltó una sonrisa y lo abrazó. Al final él pagó lo siguiente por Hanbin.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —dijo cuando se sentaron a comer una hamburguesa en el segundo piso del centro comercial

—Claro dime —se seguía tomando fotos, no parecía estar escuchando

—Tu ya conoces a mis padres... pero... —tragó saliva, no sabía si la pregunta lo iba a incomodar —pero yo no sé de tu familia, nunca hablas de ellos... ¿te llevas mal con ellos? —de inmediato su semblante cambió y dejó el celular a un lado

twink boy ▪︎ HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora