Mientras usaba su celular para despejarse, Hanbin encuentra en internet a un chico, quien usa su página web para hacer lives de temática erótica y sexual.
—¿Por qué tienes esa cara, hijo? —preguntó la madre de Hao al verlo decaído mientras tomaba desayuno
—No... no es nada —fingió una sonrisa
—¿Sabes que no puedes mentirme?
—Es que... —suspiró —¿cómo haces para borrarte a alguien de la mente?
—¿Quieres borrar a ese chico que te hizo daño?
—No... a él no —bajó la mirada dándole vueltas a su cereal
—¿A Hanbin? —sonrió —pues no estoy segura, supongo que si lo quisiste, no lo puedes quitar tan fácilmente de tu corazón
—¿Crees que tenga que meterme con alguien más para olvidarlo?
—No estoy segura que eso funcione, creo que primero tendrías que sanar y...
—¡Gracias, mamá! —se levantó de la mesa rápidamente y agarró su celular
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...
Hanbin estaba de vuelta en Corea yendo en el taxi hacia Shine Corp con Yujin. Fueron meses muy duros pero ahora esperaba unas vacaciones de 3 días por lo menos.
—Llegamos, Bin —empezó a sacar las cosas —ya deja ese celular y camina, tenemos que llegar puntuales
—¿A qué hora?
—¡Ahora!
Se encaminaron hasta las oficinas del director, el señor Kim, quien recibió a Hanbin con una sonrisa, pero a su lado estaba Jiwoong, mirándolo de forma macabra, era obvio que estaba planeando algo.
—Mi querido Hanbin —dijo el hombre —gracias a ti hemos vendido el triple de lo que hicimos en el último mes, ahora tenemos demanda internacional, ¡eso me parece asombroso!
—Gracias, señor —hizo una reverencia
—Más tarde tendrás una entrevista por todo tu recorrido hasta ahora que te convertiste en una estrella, sé tu mismo pero no demasiado
—Claro que sí, señor
Más tarde, en la entrevista, Hanbin fue bien recibido por el público presente en vivo, quien observaba todos sus movimientos y las cosas que decía.
—¿Tienes alguna persona a quien quisieras dedicar todos tus logros? —preguntó la mujer atenta a su respuesta
—Yo... —se le cruzó el nombre de Hao por la mente, pero no podía mencionarlo en público, debía ser él mismo pero no demasiado —se lo dedico a mi hermano menor, él siempre me apoyó en todas mis decisiones
