『87』

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La navidad llegaba en pocas horas, la niebla blanca pintaba las calles y las luces de colores llenaban de vida la ciudad. Los mercados estaban repletos, y los dos muchachos aprovecharon en salir a comprar algunos regalos.

—¿Ya has pensando dónde mudarte?

—¿Lo preguntas porque me quieres visitar? —bromeó. Creía que Hanbin continuaría ocupado en el modelaje y no tendrían tanto tiempo para verse

—Lo pregunto porque quiero vivir contigo

—¡Mhm! —se detuvo en medio de la calle para mirarlo con sorpresa —¿quieres que vivamos juntos?

—Claro que sí, se supone que ya somos novios, podríamos vivir juntos y hacer cosas de novios

—¿Y cuando vayas de país en país tomándote fotos para anuncios de fideos? —hizo un puchero —¿qué será de mí?

—Es por eso que tu me vas a acompañar, bonito —rodeó su cintura en medio de la calle haciendo que dos mujeres ya mayores los miraran con desdén

—No... no deberíamos actuar cariñosos aquí —sonrió tímidamente dando unos pasos atrás —este país no es el correcto para ser gay, ¿sabes?

—¿Y porqué te quieres mudar para seguir viviendo aquí? —frunció el ceño —mejor vamos a recorrer el mundo juntos... sigo siendo modelo, pero ya no estoy bajo una agencia, incluso me han llegado correos para grabar comerciales aquí en China

—¿En serio?

—Sí, pero primero necesito encontrar a alguien que me pueda agendar todas esas cosas del medio, algo así como un manager, alguien que sea bueno en cuentas y promociones... —mencionó con voz juguetona, quizás alguien que estudió marketing... ¿crees conocerlo?

—¿Alguien que se parece a mí? —sonrió comprendiendo sus indirectas

—Exactamente —señaló fingiendo sorpresa —también que se llame igual que tú, pero creo que será complicado encontrar a alguien así...

—¡Hanbin! —lo abrazó fuertemente a pesar que la calle estuviera concurrida —me hace feliz que hayas pensando en mí para ser tu manager

—Siempre pienso en ti, bonito

De repente, empezó a nevar, y ambos chicos fueron rápidamente a comprar los regalos que habían prometido. Por suerte, aún estaban disponibles algunas cosas. Al llegar a casa, la madre de Hao los estaba esperando con un pequeño banquete como cena navideña sobre la mesa.

—Voy a brindar, por mis queridos dos hijos —dijo la mujer sonriente al alzar su copa en el aire —que ahora son una pareja feliz, aunque me habría gustado que se quedaran a vivir para siempre conmigo, pero entiendo porqué se quieren mudar

—No se preocupe, la vendremos a visitar de vez en cuando

—Trataré de enviarte cartas desde donde sea que esté, mamá —respondió cálidamente tomando su mano —esta vez si te enviaré cartas de regreso

—Gracias, hijo

Después de eso, los tres brindaron, bebieron y comieron hasta llenarse, se abrazaron mientras veían los fuegos artificiales brillar en el cielo a pocos metros de la casa.

Cuando cada uno abrió sus regalos, Hao visualizó una pequeña cajita de la cual sacó una cadena con una cereza en ella, parecida a la que Jiwoong le había comprado gracias a Hanbin.

—Bin... —sonrió casi llorando ya que esté la había comprado sin que el otro se diera cuenta —gracias...

—Espero que te guste... la escogí pero esta vez fui yo quien te lo compró, aunque me hubiera gustado que fuera más brillante

twink boy ▪︎ HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora