II

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Después de enterarse quién era el papá del bebé que estaba esperando, no tuvo más remedio que reunirse con él ya qué, le había mandado un mensaje donde se reunieran en un restaurante.

El restaurante estaba completamente solo, eso se le hacía muy raro ya qué, era un día entre semana y una buena hora.

-Es raro, el restaurante está solo.

-Es que alquile el restaurante.

Eso la sorprendió, pero era de esperarse, un millonario como él podría hacer esto. Pero, para ella estaba muy mal.

-No deberías hacer eso.

-Lo hice para que habláramos- Tomó un sorbo al vaso de agua que le acababan de servir- Vayamos al grano, casémonos.

Ella tomó un sorbo de su agua, pero cada fue la noticia de golpe, que terminó escupiéndola. Mojando al mesero y salpicando un poco al chico, él se asustó porque no dejaba de toser.

Hasta estar cerca de ella, se dio cuenta que estaba muy cerca de ella, invadiendo su espacio personal, podría oler su perfume. Era algo inusual, que alguien usará perfume de glicinas.

Ella lo empujó, alejándolo, también sintiendo un hueco en el estómago.

Se sentía nerviosa.

-No puede decidir eso usted mismo.

-Estarás mejor conmigo, no les faltará nada, además de que me haré cargo al cien por ciento.

-No es... Eso- En sus recuerdos veía que sus padres siempre peleaban, discutían, hasta el punto en que la culpaban- No quiero un matrimonio sin amor.

-Entonces, déjame enamorarte y... - Su reloj sonaba- Lo siento, lo dejaremos para la próxima cita, ¿estarás libre el siguiente fin de semana?

Ella solo asintió, pero no dijo nada más, dejándola sola en ese restaurante. Aunque, saliendo del lugar estaba un carro negro esperándola, el chofer tenía indicaciones de dejarla hasta la puerta de su casa. Y lo hizo, pero ella se fue a acostar directo a su cuarto, en el cuál su hermana mayor la estaba esperando.

-¿Cómo te fue?

-Alquiló un restaurante para nosotros dos- Pudo escuchar una pequeña risa de su hermana- También quiere casarse conmigo.

La contraria se quedó callada, aunque pensó un poco, veía que él iba enserio con ella. No sería un matrimonio sin amor, simplemente necesitaba tiempo de quitar la barrera que ella ponía.

-Y, ¿qué le dijiste? - Esperaba una respuesta rápida.

-Sabes que pienso, que no me voy a casar si no hay amor, no quiero terminar como nuestros padres.

-Pero, tal vez con él sería muy diferente, lo de nuestros padres no debe afectarte en tu vida personal.

Ella debería de seguir su vida, pero con recordar sus peleas y que no podía ser ella misma le afectaba en su autoestima. Aunque las palabras de él resonaban mucho en su cabeza, vio llegar a su cuñado con un pequeño paquete de comida, era raro. Las dos hermanas no habían ordenado la cena. Hasta que la chica del boche en color púrpura escucho el tono de mensaje de su teléfono.

"Envié la comida que había sobrado de esta noche y unos platillos más para tu familia, que tengas buena noche, hablamos mañana."

-Fue Tomioka-san, les compro la cena yo iré a dormir, me siento muy cansada.

Ella no dijo nada más, retirándose a su habitación retirando su ropa, viendo su pequeño vientre que formaba una raya desde su ombligo hasta llegar al apartado de sus senos. Había leído eso en un libro de su clase, como ella daba las materias de biología, física y química en la preparatoria casi todos los alumnos la conocían. Se seguía preguntando como no había notado los cambios de su cuerpo estos últimos días, entre ellos al ver de lado que su pancita se estaba asomando.

Se puso su pijama, estando boca arriba en su cama viendo al techo, hasta que tomo su teléfono para poderle escribir al papá de su bebé. 

Gracias por la comida, hablamos el día de mañana.

Fue muy fría en su mensaje, así que apago la luz, para comenzar a dormir. No habían sido unos días tan buenos.

Por otro lado, Giyuu se encontraba viendo unas hojas, tardo más de un mes en encontrar a la chica con la que había tenido su primera vez, si, él había pasado su primera vez con una mujer que no conocía. La cual estuvo buscando como loco todos esos días, era un hombre que casi toda su vida estaba fríamente calculada, pero esa vez tenía la noche libre. Su trabajo estaba hecho, así que paso a tomar un poco topándose con la chica del vestido negro.

Pareciera que tenía seguridad, su sonrisa genuina y muy sincera, además de que resaltaba con su ligero maquillaje. Lo que lo cautivo fue su iniciativa para todo, hasta llegar a un hotel donde beso con ternura a esa chica hasta intimar.

Despertando, solo, desnudo y con dos billetes de 5000 yenes en el lado donde debería de estar ella. Pero de solo recordar ese momento, lanzo las cosas de su escritorio al suelo. Se sentía ofendido y sucio, ¿qué se creía ella?, ¿qué era cualquier hombre que esperaba dinero?

No debía de pensar en eso, pero ahora levanto el pequeño expediente. Viendo que ella trabaja en una de las escuelas de la fundación de su empresa, tomando un poco de atención a la situación de su familia. Su hermana casada y sus padres divorciados.

"No quiero un matrimonio sin amor"

Resonaban esas palabras en su cabeza, así que él tendría que poner en práctica lo que puso en la mesa, conocerse y enamorarse. Así que llamo a un número en específico, dando unas indicaciones para los próximos días.

La mañana había llegado, Shinobu estaba saliendo de su casa cuando se dio cuenta que estaba un auto negro esperándola. Era raro que estaba una mujer esperándola.

-Buenos días, señora, mi nombre es Angie, asistente del señor Tomioka, yo la llevare a su trabajo.

-No se preocupe, mi hermana me llevara y... - No la dejo terminar.

-Insisto si usted no se siente segura conmigo, puede llamar a mi jefe y vendrá otro compañero por usted.

Ella no podía esperar mucho, así que no le quedo de otra que subir al auto, viendo que estaba muy cómodo y claro que tenía su privacidad.

-Señora Shinobu...

-Puedes llamarme Shinobu, no debe haber tantas formalidades si va a venir por mí.

-Está bien, solo quiero agradecerle que usted haya cambiado a mi jefe- Ella no entendía mucho- No lo había visto así en todo lo que tengo trabajando y no se preocupe, lo que usted diga no saldrá de mí, además lo de su embarazo no lo divulgare. Solo déjese llevar, mi jefe no es de las personas que se rendirá tan fácilmente. Si quiere algo de desayunar puede decirme, se lo traeré de inmediato.

-No es necesario, pero muchas gracias.

Veía que la chica era alguien de confiar y tranquila, no se notaba que mintiera. Pero su curiosidad fue ver un pequeño paquete a su lado.

Llamando su atención que ya estaba llegando a la escuela, ella iba a salir, pero fue detenida por la voz de ella.

-Shinobu, ese paquete es suyo.

Se sorprendió un poco al ver ese pequeño paquete, no hizo nada más en negar que lo tomó, despidiéndose de la chica.

Viendo que casi todos los alumnos llegaban a las prisas, logró visualizar a dos en especial que la vieron y solo uno de ellos la saludo de lejos con su mano.

No quería levantar sospechas.

Al dirigirse a la sala de profesores escuchaba murmullos por parte de ellos, no les prestó atención hasta llegar a dicho lugar, pero su amiga Mitsuri la abordara.

-¡¡SHINOBU-SAN!! - Ella se detuvo de golpe recordando su condición, era una amiga confiable que ni siquiera su novio que era parte del staff de maestros de la escuela sabía- Lo siento... Tienes que ver tu escritorio.

Ella no respondió nada, se dirigió a su cubículo encontrándose con un pequeño ramo de rosas rojas y una nota.

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Bueno hasta aquí lo dejó, pero tengo que escribir las ideas antes de que me dé un bloqueó.

Espero les guste.

Y qué, ¿Merezco review? ❤

Las Dos Rayitas Del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora