Excesivo • PJM

Siete

EunSung se fue en la mañana a su retiro. Quedarme sola no era algo nuevo, no hay mucho que pueda hacer considerando que todavía no me desenvuelvo bien con el idioma, sé que debo tomar unas clases para ello, aprovecho de limpiar un poco el departamento y cuando termino con todo es mediodía. Hago una pausa, me preparo algo de comer para luego tomar asiento frente al televisor, mi teléfono comienza a sonar con una llamada entrante, dejo de masticar al ver que la pantalla refleja un número desconocido.

"No, no puede ser él"

Trago primero mirando el móvil hasta que deja de sonar, aunque me niego a creer en la posibilidad, otro lado de mí no puede evitar pensar en Jimin. Niego con la cabeza, subo el volumen de la televisión e intento enfocarme en ello.

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—Sí, estoy sola—contesto entrando a mi habitación. La llamada está en alta voz.

—Aprovecha de salir a conocer un poco, cariño.

—No, estoy bien aquí por el momento, papá—me dirijo a mi armario buscando algo para ponerme luego del baño—Mejor dime, ¿Cómo va el trabajo?

—Lo mismo de siempre, mi vida es muy aburrida sin ti aquí—sonrío un poco—Al mismo tiempo me siento más tranquilo de tenerte allá, EunSeo.

Dejo las prendas en la cama decidiendo preguntarle.

—¿Papá?

—¿Sí?

—¿Tú...lo has visto de nuevo...por casualidad?

—¿A quién?, ¿A Jimin?

—¿Alguna vez fue a la casa luego de venirme a España?

—No. Ese cobarde no se apareció—su voz cambia a una seria—Idiota, pero inteligente. ¿Por qué?, ¿Está molestándote de nuevo?

—No, no, nada de eso—tomo la toalla para el baño—Sólo...

—¿Piensas en él todavía, hija?

Puedo sentir cierta decepción en su voz.

—No puedo mentirte. No pienso en él como antes, sólo...pienso si realmente puedo estar tranquila—enciendo la luz del baño. Éste queda frente a mi cuarto—A veces me parece que hui de Seúl por él.

—Fuiste a hacer lo que querías. Tienes un mejor futuro allí, lo sabes, te he visto bailar.

—Tienes que verme dando clases, todavía no me acostumbro.

—Oye, ¿Cómo van las cosas con NamJoon?

—¿De qué hablas?—dejo el teléfono en el borde del lavabo comenzando a deshacerme de mi ropa. Coloco la bañera a llenarse mientras tanto.

—¿Ustedes...son amigos?

—Papá.

—¿Qué?, no dije nada malo.

—Nosotros hablamos como amigos, nada más. Es agradable conversar con él, sólo eso—aclaro—No me siento del todo bien para una relación en este momento. Tengo mucho a lo que acostumbrarme.

—Dale tiempo. Ha pasado poco desde que te fuiste.

—Lo sé. Voy a tomar un baño, te estaré escribiendo, ¿Sí?

—Está bien, cuídate.

—Te quiero.

—Y yo a ti.

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Apago las luces del departamento cuando es de noche y voy a acostarme. EunSung me escribió hace unos minutos para decirme que mañana por la tarde estaría de regreso, al parecer le estaba yendo muy bien. Una vez en mi cama decido ver algunos vídeos por Internet, reviso nuevas técnicas de baile para explicar en clase y es de ese modo que empiezo a quedarme dormida.

Cuando despierto la habitación está a oscuras, mi respiración se agita sin saber porque. Con mis manos reviso la cama sin encontrar mi teléfono, de inmediato enciendo la luz de la lámpara eliminando dicha oscuridad. Mi corazón late muy rápido, hay algo que no está bien, puedo sentirlo.

Me levanto de la cama apartando las sábanas, ¿Dónde está mi celular?, justo en ese momento escucho el tono de llamada. Mi cabeza voltea a la puerta entreabierta, ¿Por qué suena desde la sala?, del cajón de la mesa de noche tomo el spray que suelo guardar, no esperaba usarlo, pero parece haber llegado el momento. Avanzo despacio saliendo de mi cuarto, las luces están apagadas, mi teléfono sigue sonando. ¿Quién me está llamando?

Mi brazo se estira alcanzando el interruptor de la luz, la sala queda iluminada, mi teléfono está en el sofá. Al estar cerca lo tomo, la llamada se cae, entonces unos brazos me rodean por detrás y una voz susurra en mi oído:

—¿Enserio creíste que iba a rendirme?

Es él.

—¿Jimin?

—Te extrañé mucho, EunSeo.

El próximo es el antepenúltimo.