Diez

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Capítulo final

—No hagas esto más difícil, EunSeo—de la cocina toma uno de los cuchillos. Espero que la amiga de EunSung haya advertido a la policía, el rubio al verme desatada no parece sorprendido, ni siquiera se inmuta por ello. Trago con dificultad teniendo dos objetivos en mente, quiero salir de aquí, pero también debo sacar a mi prima.

—Estás loco, la policía vendrá y será peor para ti—advierto.

—Será mejor no perder el tiempo entonces—viene hacia mí. Rodeo el sofá evitando su cercanía, intento llegar a la habitación de EunSung con la esperanza de que esté allí, Jimin toma mi cabello jalando hacia atrás, una de mis manos alcanza la lámpara estrellándola contra él, logro que me suelte y entonces entro en la habitación cerrando con seguro. Doy un respingo por los golpes que se escuchan del otro lado—¡Abre la puerta, EunSeo!

En la cama hay un cuerpo inconsciente, tiene las muñecas atadas detrás de su espalda.

—EunSung—me acerco verificando su pulso. Sigue respirando, su frente tiene una herida, está sangrando un poco—EunSung despierta—muevo sus brazos.

—¡Abre la maldita puerta, EunSeo!—los golpes son cada vez más fuertes.

—Vamos, despierta, por favor—sigo insistiendo. Escucho un quejido de su parte, acto seguido abre sus ojos.

—¿EunSeo?

—Sí, soy yo—la ayudo a quedar sentada. Desato sus muñecas notándola aturdida.

—¿Qué está...?

—Luego te explico, tenemos que salir, ¿De acuerdo?—los golpes se han detenido. La ayudo a colocarse de pie, abro la ventana de la habitación mirando afuera unos segundos—¿Puedes bajar por las escaleras del balcón?

Cada balcón de los departamentos tenía unas escaleras que conectaba con la otra y así hasta llegar abajo.

La cerradura nos indica que Jimin está abriendo la puerta. EunSung se apresura a la ventana, una vez me aseguro de que está bajando no alcanzo a salir, me escondo detrás de las cortinas largas con el corazón latiendo a toda velocidad. Mis manos incluso tiemblan.

Escucho sus pasos acercarse a la ventana, debe estar mirando a EunSung, aprieto mis labios escuchándolo moverse. Mis tobillos son jalados haciéndome caer al suelo, Jimin me arrastra un poco antes de colocarse sobre mí con el cuchillo de cocina.

—¡Déjame en paz!—grito desesperada además de histérica—¡Ayuda!—mi boca se cubre con su mano. La punta del cuchillo roza mi barbilla haciéndome tragar en seco, Jimin tiene una mirada de desquiciado, su cuerpo inmoviliza el mío.

—¿Por qué tuviste que irte de repente?, ¿No era suficiente para ti quedarte conmigo sin esas ideas tontas de seguir tus sueños?—forcejeo negándome a darme por vencida. El olor del gas está presente en el aire, comienza a marearme—Estaremos juntos incluso después de la muerte, ¿Sí?

Suelto uno de mis brazos arrojando golpes a su brazo. Jimin tiene más fuerza que yo, aun así lucho por mi vida, el cuchillo cae lejos de nosotros cuando golpeo su mano. Su agarre se va a mi cuello en segundos, estiro mi brazo para alcanzar el cuchillo mientras el oxígeno en mis pulmones se va reduciendo.

"No quiero morir así. No voy a morir así"

La falta de aire me hace sentir adormecida, mis dedos rozan el cuchillo, alcanzo a tomarlo y en un abrir y cerrar de ojos el sonido de la carne siendo cortada me devuelve la respiración. Jimin va soltando mi cuello para ver el arma atravesando su abdomen, mi mano sigue sosteniendo el mango de dicha arma. Me mira con ojos llorosos, no sé que leer en ellos, sólo sé que estoy aterrada. Realmente acabo de lastimarlo.

—No moriré porque tú lo quieras—susurro.

Escucho las sirenas de la policía a lo lejos, Jimin se desmaya a mi lado. El olor a gas es mucho más fuerte, la adrenalina se esfuma dejando agotamiento en mi cuerpo, es mucho para mí, caigo en una densa oscuridad dejando de escuchar y de sentir lo que me rodea.

༺═──────────────═༻

—¿EunSeo?—la voz se va haciendo más nítida. Poco a poco abro mis ojos, mi vista tarda unos segundos en aclararse—¿Puedes escucharme?

—Unnie...—entonces puedo verla. Su frente tiene una pequeña gasa, puedo asegurar que le han tomado dos puntos allí, me abraza y hago lo mismo, siento alivia de verla bien—¿Estás bien?

—Sí, sólo tenía un golpe en la frente. ¿Tú estás bien?, me dijeron que no estabas herida de gravedad...

Miro alrededor distinguiendo las paredes de cortinas blanca, estoy en el hospital.

—Jimin...

—Tranquila, hace segundos salió de la operación, la policía no lo perderá de vista—dice tomando mi mano—Laura avisó a la policía como le pediste—la amiga de ella. Esa que escuché en la puerta—Mi tío llamó, le pagué un boleto para que venga a verte.

—Debe estar preocupado y asustado—me incorporo en la camilla.

—Lo está, le dije que una vez llegara le explicaríamos lo que pasó. La policía tomará tus datos de lo sucedido, esta vez ese loco no se saldrá con la suya.

—¿Está en una habitación?

—Sí. Sigue inconsciente por los sedantes y la anestesia.

La vuelvo a abrazar sintiendo alivio.

—Lamento haberte metido en esto, unnie.

—Tranquila, estamos bien, es lo importante.

༺═──────────────═༻

Park Jimin era un excelente profesor de danza contemporánea. Lo admiraba mucho, admiraba su forma de enseñar sus clases, admiraba lo que podía expresar a través de sus movimientos en compañía de la música, me enamoré de ese hombre, me enamoré del hombre apasionado, romántico y talentoso que era, no de esto.

Ver lo que su obsesión lo había llevado a hacer era decepcionante. Destruyó todo, destruyó su propia vida por culpa de su maldita obsesión excesiva hacia mí.

La policía ha tomado mi declaración, di todos los detalles que pude sobre la visita de mi ex novio. Claramente Jimin sería trasladado a Corea para todo lo que conlleva la ley, una cosa es segura, irá a la cárcel.

Y no me siento mal por ello.

Y no me siento mal por ello

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El próximo es el epílogo.

Excesivo • PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora